Elecciones Generales 2023

El malestar en el campo: el polvorín que Vox quiere convertir en una reserva de votos

La formación de Santiago Abascal se presenta como abanderada de las reivindicaciones agrarias y las contrapone a la protección del medio ambiente

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El presidente de VOX, Santiago Abascal, en una manifestación de agricultores en Madrid.

MADRIDMurcia, la llamada "huerta europea" que vive la tragedia ecológica del Mar Menor, fue uno de los primeros ejemplos paradigmáticos donde la ultraderecha de Vox logró recoger gran parte de sus votos en las elecciones generales del 2019. De hecho, fue la primera fuerza política. Los de Santiago Abascal venían de colocar agricultores y ganaderos como prioridad en sus mítines y programas electorales. Desde entonces, el partido ha presumido de ser la única formación que "defiende" a este colectivo.

Lo mismo hicieron en las elecciones municipales y autonómicas del pasado 28 de mayo. De hecho, después no dudaron en exigir las competencias en materia agraria allí donde pasaron a tener poder de la mano con el PP. Es el caso de Extremadura o la Comunidad Valenciana. Mucho antes lo habían hecho en Castilla y León, donde se celebraron elecciones anticipadas en 2021.

Para el ingeniero agrónomo y sociólogo del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) Eduardo Moyano, una de las claves para entender por qué Vox busca irrumpir entre este colectivo pasa, precisamente, por tener en cuenta la diversidad del sector y, sobre todo, el momento de transformación que atraviesa. Mientras que algunas explotaciones se han logrado tecnificar y digitalizar gracias, en parte, a la entrada de jóvenes agricultores mucho más profesionalizados, "una parte del sector más tradicional [menos tecnificado] lo está pasando mal por el incremento de costes y la menor producción y son éstos los que expresan su malestar y lo dirigen a quien gobierna, sea del color que sea. Este lamento no ha encontrado un espacio en partidos con élites urbanas, sobre todo a la izquierda, pero sí en Vox, que basa su discurso en la esencia y el papel sagrado de la agricultura", reflexiona. "El populismo se caracteriza por ofrecer soluciones simples a problemas complejos", añade Moyano en una conversación con el ARA.

Sin embargo, Moyano advierte del peligro de "homogeneizar" el voto agrario. "Estamos hablando de casi un millón de personas, titulares de pequeñas y medianas explotaciones, pero también grandes empresarios que ni viven en las zonas rurales", explica, y avisa de que "dejar las carteras de agricultura en manos de Vox puede dar lugar a fuertes frustraciones entre los campesinos con dificultades, ya que no se van a solucionar sus problemas apelando a la soberanía nacional".

"Caldo de cultivo perfecto"

También el coordinador de Ecologistas en Acción, Luis Rico, cree que el descontento sumado a un "abandono crónico" ha generado un "caldo de cultivo perfecto" para partidos como Vox, que, además de defender que "todo siga igual" , mantiene un discurso lleno de "generalidades". "[Desde Vox] defienden la industria agraria, las macrogranjas y un modelo que sólo ha empobrecido al sector", añade. Aquí Moyano matiza que pese a los problemas existentes "nunca había habido tantas ayudas europeas de la PAC a los agricultores españoles como [50.000 millones en seis años]".

A ojos del sector, uno de los problemas de fondo es el hecho de que las preocupaciones de los campesinos "siempre han quedado en un segundo plano" y se han dado "soluciones cortoplacistas", dice Diego Justo, portavoz de la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA), organización que se define como "progresista". "No había interés [político]", sintetiza, y añade que cuando éstas comienzan a formar parte de la primera línea del debate, "las fuerzas políticas convierten estos temas [que afectan al mundo agrario] en armas arrojadizas que no solucionan el problema ". Miguel Padilla, secretario general de la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG), añade que hasta ahora se ha realizado una legislación "desde un punto de vista urbano". "Así nos equivocaremos siempre", afirma.

Las primeras polémicas

Pese a que la ultraderecha saca pecho de los pasos que han dado o quieren empezar a dar, las decisiones que de momento ha tomado en este ámbito no han estado exentas de polémica. El último ejemplo, la intención de flexibilizar los controles de tuberculosis en el sector vacuno de Castilla y León bajo el argumento de "apoyar al sector ganadero, que está en una situación complicada". Pero una idea que finalmente se vieron obligados a abandonar porque es contraria a la normativa estatal y europea.

"Uno puede llevar lo que le parezca razonable a su programa electoral, pero estamos en Europa y eso es una realidad y hay que cumplir [con la ley] a toda costa", expresa Padilla. De hecho, los Estados miembros delegaron la soberanía agraria en Bruselas. Más contundente se muestra Justo: "Se hacen promesas de que no se pueden cumplir, que son infundadas y que generan más bronca política", afirma.

Aunque la implementación de Vox ha crecido en algunas zonas agrarias, el portavoz de UPA rechaza la idea de que en el campo se vote sólo la derecha y la extrema derecha. "Negamos que haya un sector agrícola retrógrado. El medio rural es tan diverso y plural como lo es la sociedad española", afirma en una conversación telefónica con el ARA. Desde Asaja, la otra gran organización estatal vinculada a la patronal CEOE, han preferido no entrar a valorar "cuestiones políticas" y se remiten a las propuestas que han hecho a los partidos para este 23-J.

Medio ambiente vs. campesinado

Desde las entidades ecologistas, a las que Vox ha colocado en el punto de mira, se lee con preocupación el escenario actual, sobre todo porque los de Santiago Abascal han establecido una relación directa entre las normas medioambientales y el mundo rural asegurando que las primeras suponen un lastre para el sector.

Si nos fijamos en el último acuerdo firmado con el PP, el del gobierno autonómico de Extremadura, en los puntos dedicados al campesinado se recoge “la eliminación de cualquier traba burocrática o legislativa en materia climática que afecte a la prosperidad del campo”. También la ampliación del regadío en el sector primario o la “revisión de las prohibiciones y limitaciones de la Red Natura [es una red europea de conservación de la biodiversidad formada por zonas especiales de conservación]”. Por el contrario, en ningún momento del pacto se hace mención a la crisis climática oa la transición ecológica.

"La gran preocupación de los agricultores es el cambio climático", afirma el portavoz de UPA, que critica a los partidos que lo niegan. "Son preocupantes las estrategias [políticas] basadas en fake news o mentiras", sentencia. Padilla lo comparte, pero también introduce matices: "Se quiere un mundo absolutamente ecológico, pero hay que pensar en la producción", dice, y pone de ejemplo el debate del agua y los regadíos, a los que asegura que se ha "atacado". "Sin duda hay que ser conscientes de ello. El agua es un bien limitado, pero ni vale todo ni todo puede prohibirse", transmite.

"Identificar como depredador de recursos naturales [el sector agrícola] genera un sentimiento de desprecio hacia su actividad", advierte Moyano, que anticipa que "el gran reto para avanzar en la transición ecológica es incorporar a los agricultores al debate, comprender los problemas reales y establecer plazos realistas".

Malestar enquistado

Hace años que el campo se enfrenta a retos cada vez más latentes. Por un lado, el demográfico. Existe un problema de relieve generacional alimentado, entre otras cosas, por el poco valor social que se ha dado a la profesión.

Por otro lado, existe la escasa rentabilidad y la caída de precios. Aquí cabe tener en cuenta, entre otras cosas, la diferencia abismal entre el precio en origen y el del destino, una de las quejas históricas del sector. A modo de ejemplo, mientras que la pera se paga a 0,55 €/kg al agricultor, en el supermercado se vende a 2,60 €, según los últimos datos del mes de enero del Índice de Precios en Origen y Destino de los Alimentos. La situación es similar en lo que se refiere a los productos de origen animal. Un escenario al que se añade el cambio climático, con un auge de fenómenos extremos como las largas sequías, que ponen aún más contra las cuerdas al sector.

El resultado de todo ello, un goteo de cierres y concentración de las explotaciones agrarias. "¿Saben lo que es alimentar a una vaca y perder dinero?", se pregunta Padilla. La ley de cadena alimentaria aprobada en 2021 prohíbe por primera vez la venta a pérdidas. "Tuvo el voto en contra de Vox", recuerda Justo.

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