LA SEMANA DE... PASOS PERDIDOS

ERC rompe las cartas en la negociación con Junts y sacude el tablero político

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DAVID MIRÓ
3 min
Pie de fotoa.

El gesto de ayer de Esquerra de romper las cartas en la negociación con Junts puede ser dos cosas: el preámbulo de un acuerdo, o un movimiento de fondo que puede alterar los equilibrios del tablero político catalán a corto plazo. Durante los próximos días tendremos la respuesta.

No es ningún secreto que en ERC siempre ha habido ganas de emanciparse del mundo posconvergent, con el que ha mantenido una relación complicada que en los últimos años se ha vuelto tóxica. Aún así, Aragonès y los suyos se habían resistido hasta ahora a dar el paso. ¿Qué ha cambiado? Pues la rueda de prensa de viernes de Jordi Sànchez. En Calabria vieron un Tarradellas de manual, es decir, un intento de traspasarles la presión y abocarlos a una negociación agónica en la que Junts tuviera la sartén por el mango.

Era una vieja película conocida. Parafraseando a Gary Lineker, la política catalana es un partido de once contra once donde siempre gana Convergència, y ahora Junts, que es quien ha heredado su ADN ganador. ERC quiere romper con esto apostando por el govern en solitario. Es una apuesta no exenta de riesgos, pero que si funciona habrá cambiado por siempre jamás el mapa político catalán.

El otro jugador de la partida es Junts y su secretario general, Jordi Sànchez. Hasta ayer Sànchez era quien dominaba el tempo de la negociación con un objetivo muy concreto: sacar el máximo rédito en términos de cuotas de poder y obligar a ERC a compartir -y, por lo tanto, a ceder en puntos fundamentales- su estrategia de resolución del conflicto. Sànchez se creía que el tiempo jugaba a su favor porque ERC no se atrevería a hacer lo que hizo ayer. Ahora, sin embargo, le han cambiado el guion y es él el que juega presionado. Junts estaba unido en la estrategia de conseguir el máximo en la negociación, pero no lo estará si al final tienen que quedar fuera del Govern. Algunas leyes de la política son tan inmutables como las de la física, como la que marca que todo espacio de poder que se abandona es ocupado por otro. Unas nuevas elecciones también harían aflorar diferencias internas en Junts. Por lo tanto, si Sànchez quiere mantener su liderazgo, tiene que reaccionar rápido y contraofertar a ERC.

El escenario de cisma dentro del independentismo reaviva las opciones de los comuns y del PSC de jugar un papel decisivo en la política catalana. Los comuns tienen ahora la oportunidad de apuntalar el divorcio ERC-Junts sumándose al acuerdo de los republicanos con la CUP (Albiach ya dijo que lo veía bien). Y el PSC puede entrar en la geometría variable de ERC si hay gobierno en solitario. Illa no es nada partidario de ayudar a los republicanos, porque quiere construir una alternativa al independentismo, pero paradójicamente al PSOE sí que le puede convenir ayudar a Aragonès.

El PSC se encontraría en la misma situación que cuando gobernaba CiU. A Felipe González no le interesaba molestar a Pujol porque necesitaba sus votos en el Congreso. Pero así como ERC parece decidida a emanciparse de Junts, no está claro que Illa lo quiera hacer del PSOE.

Con todo preparado para la rueda de prensa en que Pere Aragonès tenía que certificar que optaba por hacer un gobierno en solitario, un vecino de la sede de ERC consideró que era un buen momento para empezar a hacer obras en casa. La consecuencia, el ruido de los taladros y los martillos sobreponiéndose al discurso del vicepresident del Govern. Quizás una metáfora que para la investidura todavía tendrá que picar mucha piedra.

EL DETALLE

Una de las protagonistas colaterales de esta campaña en Madrid ha sido Alícia Sánchez-Camacho. El ex líder del PP en Catalunya iba en las listas con Isabel Díaz Ayuso, y ha hecho campaña activa en las redes, donde ha dejado constancia de su día a día frenético. Tan frenético que todas las fotos que ha colgado en su cuenta de Twitter -con Toni Cantó, Andrea Levy o militantes de base- han salido movidas.

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