El post 28-M

La extrema derecha independentista no quiere saber nada de Vox

Aunque es el mayor partido antiinmigración de Catalunya, la formación ultra es rechazada por otras fuerzas de derecha xenófoba como Aliança Catalana por su españolismo

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Ignacio Garriga en una imagen de archivo

BarcelonaA su pesar, buena parte del arco parlamentario los considera extrema derecha o derecha radical por sus planteamientos xenófobos junto con un nacionalismo radical. En las últimas municipales del 28-M tuvieron un crecimiento exponencial: Vox pasó de tres concejales en toda Cataluña en 2019 a 124 y Aliança Catalana (AC) obtuvo contra todo pronóstico la alcaldía de Ripoll, mientras que el Frente Nacional Catalán (FNC) tiene presencia en dos ayuntamientos y el partido de Josep Anglada, Som Identitaris, en Vic. Las cuatro formaciones comulgan en su discurso en contra de los inmigrantes y existen vasos comunicantes entre ellas. Pero también presentan diferencias importantes y la relación entre estos partidos es anecdótica: no colaboran políticamente y cada una se dedica a su municipio, explican sus representantes. Las mayores discrepancias se encuentran en el eje identitario: mientras que algunos partidos son independentistas, otros se definen como catalanistas y Vox es abiertamente españolista y partidario de suprimir las autonomías.

En las últimas municipales, Vox obtuvo 150.653 votos y 124 concejales frente a los 3.529 y seis concejales del FNC, los 1.806 y ocho concejales de AC y los dos concejales y 1.650 votos de SOMI. Fuentes de la dirección de Vox confirman que no existe una relación fluida con ninguna de las tres formaciones municipalistas, aunque otras voces conocedoras advierten que algunos de sus dirigentes han visto en Aliança Catalana (AC), liderada por Sílvia Orriols, una rivalidad: "Se les come parte de la tostada en las municipales", dicen. El mayor partido de extrema derecha en Cataluña, pues, no tiene aliados en los de ámbito municipal. Una fuente de la dirección sospecha que con la alcaldesa de Ripoll sería imposible por su posicionamiento "independentista", mientras que con el FNC, por el mismo motivo, recuerda que hubo distancia incluso en un intento de saludo espontáneo con uno de sus miembros . Ese dirigente no se equivoca.

Un cartel de la candidata de Aliança Catalana, Sílvia Orriols, en Ripoll.

Consultada por este diario, la propia Orriols se muestra muy alejada de Vox: "Es un partido españolista, que quiere borrar la nación catalana". Añade además diferencias en materia de género: "Vox ataca los derechos y libertades sexuales, los de las mujeres constantemente". "No somos el Vox catalán, somos los catalanes que harán retroceder a Vox", asegura. Según explica a la su web, AC es un partido independentista que promueve la islamofobia como principal rasgo característico –su primer punto contra la inseguridad ciudadana es la “tolerancia cero” con “el radicalismo islámico”– y quiere restringir la entrada de personas en Cataluña. Además, alimenta la tesis de que los extranjeros reciben más ayudas por ser extranjeros y carga contra los menores no acompañados.

El de Orriols es el partido antiimigración más importante ahora mismo en el ámbito municipal aparte de Vox. Pero el partido de Ignacio Garriga tampoco tiene contacto con Som Identitaris (SOMI), la formación de Josep Anglada, aunque aglutinó a buena parte de su anterior partido, Plataforma per Catalunya (PxC), que se disolvió en el 2019. " Ni tengo ninguna relación con Vox ni la he tenido nunca", defiende el propio Anglada, que ya en el 2019 se mostró dolido por el paso a Vox de figuras como Mònica Lora, hoy diputada del partido ultra, o el propio Juan Garriga, portavoz del grupo parlamentario de Vox. "Es un partido anticatalán, es una barrera que me supera", argumenta Anglada, pese a que él mismo había formado de un partido franquista, Fuerza Nueva. "Discrepo de sus postulados sobre violencia de género, que quieran cargarse las autonomías y TV3", afirma, aunque coincide en sus ataques a los inmigrantes. En cambio, el concejal de Vic cree que tiene mejor "sintonía" con AC: "He tenido y tengo relación personal con algunos de sus miembros". Sin embargo, remarca, se trata de contactos individuales.

En cambio, Anglada admite que desconoce quién es el líder del FNC, el partido que el 28-M obtuvo seis concejales, cuatro de ellos en el municipio de La Masó, en el Alt Camp. Justamente, muchos de sus votantes tampoco sabían exactamente qué era el Frente Nacional, ni siquiera varios concejales del mismo partido, como explicó el Ara. La figura más conocida de este partido es su secretario general, Jordi Casacuberta, quien confirma que prefieren no "publicitar" a los miembros de la dirección del partido porque quieren una organización de "liderazgos compartidos". Aunque una investigación de El Temps apuntaba a cuatro fundadores, algunos con vínculos con Estat Català y formaciones con vínculos con organizaciones neonazis. Casacuberta asegura, como el resto, que no tienen "ninguna relación" ni con Anglada ni con Vox. "No son como nosotros, el tema nacional está por encima de todo", expone. Tampoco con Orriols (que había ido en listas del FNC en el pasado como independiente) tiene contacto porque considera que pese a estar "de acuerdo" en algunos temas no coincide en otros. La consolidación de la extrema derecha en el espacio institucional ha sido una realidad, pero también que, por las singularidades de cada partido, de momento sigue dividida.

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