Gobernabilidad en el Estado

Feijóo, Sánchez o nadie: el dilema de Felipe VI para la investidura

El monarca recibe los partidos el lunes y el martes y ninguno de los dos aspirantes tiene los apoyos garantizados

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Felipe VI y Francina Armengol ayer en el Palau de la Zarzuela.

MadridAlberto Núñez Feijóo, Pedro Sánchez o nadie. Éstas son las tres opciones que pueden salir de la ronda de consultas con los partidos que Felipe VI mantendrá entre este lunes y el martes de cara a la investidura. Él es el encargado de designar a un candidato, por primera vez se postulan dos y el artículo 99 de la Constitución no especifica qué hacer en casos así. El rey se encuentra con un dilema, porque cualquier decisión que tome será discutible. Hacer hipótesis sobre en qué está pensando el jefe del Estado es situarse en el terreno de las especulaciones y sólo existe una única certeza sobre su actuación: ha convocado a los grupos el primer día hábil una vez constituidas las Cortes españolas. En las dos elecciones de 2019, por ejemplo, esperó entre una y dos semanas.

El escenario es complejo porque, habitualmente, el monarca ha propuesto al aspirante que lo solicitaba y que coincidía con el que tenía más opciones de construir una mayoría. En el caso actual, Feijóo y Sánchez quieren optar a la investidura y ninguno de los dos tiene los soportes garantizados. Esto pone a Felipe VI en un problema, porque si se decanta por uno de los dos, se estará mojando y eligiendo una determinada manera de interpretar las posibilidades de uno y otro. La alternativa sería constatar que nadie tiene los votos suficientes hoy por hoy para ser investido y no designar candidato, a la espera de que las negociaciones dibujen un panorama claro y uno de los dos pueda presentarse al rey asegurando que su investidura saldrá adelante.

Pros y contras de la tercera vía

Esta tercera vía tiene la ventaja de que el reloj de la repetición electoral no empezaría a correr: la carta magna establece que las cámaras se disolverán si no ha habido ningún candidato investido dos meses después del primer debate fallido. Ahora bien, sería un precedente inédito que el rey optara por no proponer a nadie en la primera ronda de consultas. En 2016 y 2019 Felipe VI propició sendas repeticiones electorales al no proponer a nadie, pero después de que se hubieran celebrado debates de investidura fallidos. También es distinto el caso de Mariano Rajoy de enero del 2016: tras las visitas de los partidos a la Zarzuela, fue el entonces líder del PP quien rechazó el encargo del monarca.

En cuanto a las perspectivas de cada aspirante, que no hubiera candidato le daría a Sánchez un cierto aire para encarar las negociaciones con las fuerzas independentistas, que por ahora sitúan lejos su apoyo al líder del PSOE y aún fijan posiciones de máximos como la amnistía y la autodeterminación. “Hay que dialogar, trabajar y llegar a puntos de equilibrio y acuerdos. Y nos esforzaremos”, ha manifestado el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, en declaraciones este domingo. "Nuestra política con Cataluña es el diálogo y la convivencia dentro de la ley y la Constitución", añadía. El PSOE está abierto a profundizar en la desjudicialización pero no a un referéndum de independencia. En cambio, si el rey decidiera designar a Sánchez, podría encontrarse con poco margen para atar los apoyos y arriesgarse a una investidura fallida. Eso sí, tener el control de la mesa del Congreso le permite fijar el calendario y que Francina Armengol no ponga fecha al debate hasta que haya acuerdo con Junts y ERC.

Por su parte, Feijóo se ha reivindicado desde el día siguiente al 23-J como ganador de las elecciones y, por tanto, como quien debería ser propuesto por Felipe VI. Este domingo su número 2, Cuca Gamarra, ha reiterado la "disposición" del líder del PP de asumir la investidura si se la encarga el jefe del Estado. El rey podría designar a Feijóo con el argumento objetivo de que es la primera fuerza de la cámara baja, sin entrar a valorar posibles apoyos como los de Vox, Unión del Pueblo Navarro y Coalición Canaria –que serían insuficientes–, ni descartar de otros, como el del PNV, al que sigue apelando el PP, aunque sus dirigentes hayan repetido por activa y por pasiva que no entrarán en la ecuación de la derecha.

En un hilo en Twitter,el profesor de ciencia política de la Universidad Autónoma de Madrid Ignacio Molina defendía esta tesis porque situaría a Felipe VI fuera del “cálculo político” y fiel a la tradición: el rey siempre ha propuesto en primer lugar al candidato más votado, aunque su investidura no esté garantizada. El único precio a pagar, apunta, es que se pierde tiempo, pero sería inferior a elegir a Sánchez y que fracasara.

“Obstinación ridícula”

En sentido contrario, el PSOE se agarra al capítulo de la mesa del Congreso para subrayar que el único aspirante posible es Sánchez. Tras criticar que el PP “presione” a Felipe VI para que designe a Feijóo, la Moncloa prefiere dirigirse al líder conservador para que directamente no se postule. "Es un empeño ridículo", anotaba Bolaños, que comparaba un hipotético debate de investidura de Feijóo con la moción de censura de Ramón Tamames. Decidirá Felipe VI, que este lunes recibirá a los líderes de UPN, CC, PNV y Sumar; y el martes Vox, PSOE y PP.

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