¿Quién habría ganado las elecciones en Catalunya si se hubiera aplicado la fórmula Imperiali?

Los grupos soberanistas han acordado excluir a Vox del reparto de senadores con esta alternativa

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Pere Aragonès y Oriol Junqueras en la sede de ERC durante la noche electoral del 14-F.

BarcelonaDesde 1980 el Parlament distribuye sus escaños aplicando la ley D'Hondt a los resultados de las elecciones catalanas. Pasa lo mismo con las españolas (con la excepción del Senado), con las europeas y con las municipales. Catalunya aplica la ley electoral española en ausencia de una de propia ante la imposibilidad de cerrar un consenso que requiere dos terceras partes de los diputados. Y el escollo no ha cambiado: todos los partidos quieren un sistema que les haga ganar y ninguno está dispuesto a perder. Por lo tanto, D'Hondt continúa siendo el modelo. Pero, ¿qué pasaría si, por ejemplo, se cambiara por el sistema Imperali, al cual han recurrido los partidos soberanistas este martes para excluir a Vox del reparto de los senadores?

En primer lugar hay que decir que el sistema Imperiali por el cual han optado no es el mismo que la cuota Imperiali (los dos prácticamente en desuso en todo el mundo). Es cierto que los dos favorecen a los partidos grandes en detrimento de los pequeños en comparación con la ley D'Hondt, que es más proporcional, pero el modelo por el cual han optado ERC, Junts, CUP y comuns todavía agrava más la diferencia. Manteniendo las cuatro circunscripciones, la barrera de acceso del 3% de los votos, y asumiendo que todos los partidos hubieran recibido los votos del 14-F, ERC habría sido el partido más beneficiado por el cambio de sistema. Los republicanos habrían ganado tres diputados, hasta los 36, y, a pesar de obtener 50.000 votos menos que el PSC, se habrían impuesto en las elecciones. La segunda posición, de hecho, no habría sido tampoco para los socialistas: JxCat, también subiendo tres diputados, habría llegado a los 35. El PSC, con un diputado más, habría logrado 34 y se habría tenido que conformar con la tercera posición. Es decir, los tres partidos grandes habrían ganado 7 diputados a expensas de los pequeños (ERC y Junts uno en cada circunscripción excepto Barcelona y el PSC uno en Tarragona).

Vox se habría mantenido en la cuarta posición, pero habría sido la fuerza más perjudicada por el sistema Imperiali, que le habría hecho perder tres diputados y situarse en 8. Detrás suyo estarían los comuns, que habrían perdido uno, empatados a 7 con la CUP, que habría perdido 2. Ciutadans también habría perdido un diputado, hasta los 5, y el PP se habría mantenido en los tres escaños con los que cerró el 14-F. La diferencia respecto a la ley De Hondt llega especialmente en las circunscripciones pequeñas: el reparto de los 85 escaños de Barcelona se mantendría intacto, pero las fuerzas más votadas en Tarragona, Lleida y Girona saldrían reforzadas.

El sistema adoptado por la junta de portavoces

¿En qué consiste el sistema Imperiali? Es muy similar al reparto que hace la ley De Hondt, pero las divisiones no se hacen solo por los números enteros (1, 2, 3, 4, 5, etc.) sino que se va sumando 0,5 a cada divisor (1, 1,5, 2, 2,5, 3, etc.) Esto hace que los partidos con más votos pierdan menos a cada división, por lo cual salen beneficiados. De momento, la mayoría de la junta de portavoces ha decidido sacar adelante esta técnica, que es prácticamente inédita en el mundo, para evitar que Vox consiga el senador por designación autonómica que habría obtenido si el reparto se hubiera hecho usando D'Hondt o el modelo del resto más elevado, todavía más proporcional, que se utilizaba habitualmente en el caso del Senado.

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