La legislatura catalana

Así ha fracasado el último intento del Govern de salvar los presupuestos

El ejecutivo ofreció a los comunes estudiar una moratoria para macroproyectos sin garantizarles que afectara al Hard Rock

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Votación de los presupuestos, hoy en el Parlament

BarcelonaHasta este martes los comunes y el Gobierno todavía mantenían la esperanza de poder encontrar un entendimiento con el Hard Rock y salvar los presupuestos que el Parlament ha terminado tumbando este miércoles. En las 24 horas previas a la votación mantuvieron tres reuniones para tratar de encontrar un entendimiento, el último al más alto nivel, entre el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, y la líder de los comunes en la cámara, Jéssica Albiach. Ninguna de ellas sirvió para desbloquear una negociación que lleva semanas encallada en el macroproyecto en el Camp de Tarragona, condición del PSC para dar su sí al Govern y que ha terminado desencadenando un adelanto electoral para el 12 de mayo.

Durante la tarde del martes el equipo negociador de Palau hizo una última oferta al grupo de Albiach: estudiar una moratoria sobre macroproyectos mientras Catalunya estuviera en sequía, una medida que los comunes no veían efectiva para frenar al Hard Rock porque en el Camp de Tarragona no está decretada la emergencia por falta de agua y que, además, no suponía detener el plan director urbanístico. De hecho, el propio ejecutivo aseguraba hace pocos días que esa moratoria tampoco era viable porque debía modificarse la ley de urbanismo y que no estaban dispuestos a hacerlo por esta cuestión.

En la oferta el Gobierno también se comprometía a sacar adelante una ley para garantizar "el juego seguro", con controles de acceso y límites a autorizaciones sobre juego, y prometía una ley que revirtiera la rebaja fiscal del impuesto sobre casinos (pasará del 55% al ​​10% cuando el Hard Rock levante la persiana), una propuesta que los mismos comunes registraron en el Parlament. Sin embargo, el problema es que esta ley no reuniría la mayoría parlamentaria suficiente en la cámara catalana porque, según fuentes del grupo lila, los socialistas se negaron a apoyarla en la ley de medidas. Por tanto, ya efectos prácticos, esta reforma tributaria tampoco impediría que el macroproyecto viera la luz. En cambio, desde el Govern aseguran que los socialistas les pidieron "tiempo" para valorarlo, un extremo sobre el que el PSC no ha querido pronunciarse.

Choque en el pleno

Este miércoles, en el pleno, se ha vivido la constatación de lo alejadas que estaban las posiciones que han abocado las cuentas al fracaso. Desde el atril del hemiciclo, la consellera de Economía, Natàlia Mas, ha acusado a los comunes "de incoherencia y electoralismo" por haberse "enrocado en una cuestión que ha contaminado el debate político". Y los comunes se han vuelto. "Estamos en esta situación porque Esquerra no se ha plantado", le espetó Albiach, quien desveló que en la reunión del martes Aragonés le trasladó una última oferta de pacto "a tres" que incluía una comisión de estudio sobre la fiscalidad del juego. "Es un brindis al sol, es papel mojado", valoró.

En el PSC consideran que correspondía a Aragonès construir una mayoría y se sacuden cualquier responsabilidad sobre el fracaso de la votación. Sin embargo, la portavoz del PSC en el Parlament, Alícia Romero, también ha acusado a los comunes de estar actuando con "electoralismo". "No se entiende su posición", ha dicho, y les ha recordado que años anteriores apoyaron las cuentas cuando había partidas para el macroproyecto –por ejemplo, con 120 millones para que el Incasòl pudiera formalizar la compra de los terrenos y revenderlos después a los inversores– y también en el 2023, cuando el Gobierno pactó llevarlo adelante con los socialistas. Además, el PSC reprochó a Esquerra sus "complejos" con el casino cuando fue Oriol Junqueras, como vicepresidente del Govern, quien dio luz verde. "Dejen de decir que es inevitable o que no lo quieren", ha dicho.

La vía muerta con Junts

El Govern había dado por muerta la vía de Junts para pactar los presupuestos porque no asumía su propuesta de fiscalidad que pasaba, entre otros, por eliminar el impuesto de sucesiones. El presidente de Junts en el Parlament, Albert Batet, ha hecho llegar a Aragonès una nueva propuesta de última hora para acercar posiciones con el Govern –han hablado de reducción del impuesto de sucesiones en vez de supresión–, pero el ejecutivo considera que no hay nada nuevo. "Lo hemos hecho por responsabilidad y por enderezar el rumbo", ha justificado Batet. Sin embargo, el diputado juntero ha exigido a Aragonés que haga una "propuesta clara de presupuestos" o convoque elecciones: "Por un mínimo de patriotismo lo que debería hacer es rectificar y convocar elecciones".

La pugna ERC-Junts ha reavivado en el Parlament cuando la portavoz republicana, Marta Vilalta, ha replicado a Batet acusándole de hacer "teatro" con su mano tendida de esta mañana. La diputada considera que hacerla "directamente en el atril" es no tener voluntad de negociar y ha insistido en que ERC no aceptará una rebaja en el impuesto de sucesiones: "Se han movido hacia la derecha, no hacia la Catalunya entera" , sino hacia la Cataluña burguesa". "Después de su salida unilateral del Gobierno, han decidido imponer sus propios intereses a los del país. Se han errado de adversario", ha lamentado Vilalta.

Los presupuestos tampoco han tenido el aval de la CUP, que le ha reprochado al Govern su pacto con el PSC. El diputado Xavier Pellicer ha señalado al Hard Rock como la "punta del iceberg": "Es el modelo de la vieja sociovergencia. [...] La izquierda de este país no puede permitirse tener este modelo". El PP, Ciutadans y Vox también han votado sus enmiendas a la totalidad. La extrema derecha pidió recortar un 30% del gasto de los presupuestos, mientras PP y Ciutadans se centraron en pedir al ejecutivo que reduzca su estructura de organismos.

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