La legislatura catalana

¿Qué ha hecho el Govern de Aragonès en un año en solitario?

El presidente afronta el último tramo de legislatura con los presupuestos del 2024 en el horizonte

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Imagen de Pere Aragonès y su equipo más cercano tras la comparecencia del presidente del 7 de octubre

BarcelonaLa tarde del 7 de octubre de hace un año, Pere Aragonès y su equipo más cercano se encerraron en el Palau de la Generalitat. Junts debía hacer público el resultado de la consulta a la militancia sobre si se quedaba o abandonaba el ejecutivo, y el equipo del presidente de la Generalitat había esbozado escenarios a lo largo de toda la tarde. Pocos minutos antes de que los junteros hicieran públicos los resultados, Aragonès recibió la llamada del secretario general de Junts, Jordi Turull, en la que le comunicaba que los consellers del partido marchaban del Govern. Este fin de semana ha hecho un año de esa decisión que dio la vuelta al guión de la política catalana y puso fin a un matrimonio que había tenido más turbulencias y choques que momentos plácidos. Aragonès se encerró todo el fin de semana en su despacho para reconfigurar un Gobierno en solitario y en minoría que ha tenido que buscar alianzas para continuar su acción ejecutiva.

Y no ha sido fácil. Ni un mes después de que el presidente de la Generalitat pasara a pilotar un gobierno monocolor, el PSC y Junts se aliaban para tumbar el primer proyecto de ley que iba a pasar el examen del Parlament: el plan estadístico. La norma recibió solo los votos de los 33 diputados republicanos. Aquella derrota auguraba un camino tortuoso en la cámara catalana, que el Govern debería sudar para sacar adelante cualquier normativa. Ahora bien, después de una primera negociación con los comunes y otra más agónica con el PSC, el ejecutivo de Pere Aragonès logró sacar adelante los presupuestos del 2023, un hito que en el Palau de la Generalitat hacen valer porque ha supuesto, por ejemplo, estabilizar a 4.370 profesionales sanitarios o garantizar también la financiación del I2 de los centros públicos. Antes de que las cuentas vieran la luz, el Congreso también dio luz verde a derogar el delito de sedición tras el acuerdo alcanzado por ERC con el PSOE y Unidas Podemos.

En el equipo del presidente de la Generalitat admiten que no es la situación "ideal" gobernar en solitario, pero celebran que ahora la comunicación entre departamentos sea plácida. Y es que la ruptura con Junts le ha dado a Esquerra tranquilidad en el Palau, pero sufre en el Parlament: en el debate de política general la oposición salió adelante una iniciativa en la que proclamaba la "falta de confianza" de la cámara en el presidente y el ejecutivo perdió más de la mitad de las votaciones.

La oposición se mantiene crítica

En este último año el Parlament ha validado trece proyectos de ley, entre los que destaca la ley de la ciencia o la que ha culminado la creación del Lluçanès como comarca. En trámite, todavía hay una docena, entre ellas la ley de comunicación audiovisual –apenas ha superado el debate a la totalidad esta semana– o también la de memoria democrática.

A lo largo de este año el Gobierno ha aprobado varios decretos leyes que han recibido la convalidación del Parlament, pero algunos de ellos no han estado exentos de críticas. Fue el caso del decreto de medidas contra la sequía que el ejecutivo validó tras acceder a su tramitación como proposición de ley para que los grupos pudieran incorporar sus aportaciones. La norma acabó con un pacto a tres bandas con el PSC, Esquerra y Junts.

La oposición le reprocha la poca iniciativa. Fuentes socialistas acusan al ejecutivo de querer "ir solo en un momento complejo en el que se necesitan pactos y consensos" y le vuelven a tender la mano. La relación con Junts tampoco ha mejorado tras el divorcio, y el partido de Carles Puigdemont acusa a Esquerra de "gestionar mal". Aseguran, además, que haber salido del Govern les ha permitido tener "manos libres" para negociar de tú a tú con el PSOE.

Superado el primer año de gobierno monocolor, Esquerra encara ahora el último tramo de legislatura con el reto de aprobar unos nuevos presupuestos –que podrían ser los últimos antes de las elecciones del 2025– mientras también se negocia la investidura de Pedro Sánchez en el Estado. El Govern se agarra al hecho que no hay una mayoría alternativa para derribar al ejecutivo y que el propio líder del PSC, Salvador Illa, ha descartado presentar una moción de censura. Pere Aragonès, pues, deberá seguir confiando en la geometría variable para acabar la legislatura.

Actividad legislativa en el último año
  • 13 proyectos de ley aprobados

    Han terminado su tramitación en el Parlament 13 proyectos de ley: los presupuestos de 2023, la ley de la ciencia o la creación del Lluçanès como comarca.

  • 12 proyectos de ley en trámite

    En el Parlamento se ha iniciado la tramitación de diversas normativas como la de comunicación audiovisual, la de memoria democrática, sobre la composición del Consejo Escolar o también del fomento del asociacionismo.

  • 6 decretos ley aprobados

    Han terminado su tramitación en el Parlament 13 proyectos de ley: los presupuestos de 2023, la ley de la ciencia o la creación del Lluçanès como comarca.

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