Política

Los indultados de ERC se reivindican un año después: "Ni en silencio ni escondidos, la cabeza bien alta"

Junqueras se reafirma en la apuesta por la mesa de diálogo a pesar de la falta de avances

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Imagen del acto de ERC para reivindicar el primer aniversarios de los indultos.

BarcelonaLos indultos, a pesar de la alegría que supusieron para los presos y sus familiares, no fueron un plato fácil de digerir. La medida de gracia les permitió salir de la prisión, sí, pero no extinguió ni la sentencia del Supremo, ni las penas de inhabilitación, ni tuvo ningún impacto en las otras causas judiciales del Procés. La sensación que quedó en el independentismo –y también en los mismos indultados– es que la injusticia persistía. Un año después, Esquerra ha decidido hacer un acto para conmemorar la salida de la prisión de los presos políticos y lo ha hecho tanto para reivindicar a los indultados como para reclamar la amnistía y la mesa de diálogo como vías para resolver el conflicto político.

Quien mejor ha resumido la sensación agridulce de hace un año ha sido la ex consellera Dolors Bassa. Ha recordado la alegría que sintió por no tener que volver a prisión, pero también la "agrura" de pensar que "eso no era libertad". "Nos daban unos indultos forzados, de manera parcial y revisable. Nos abrían la puerta de la prisión, pero no nos permitían hacer nada con normalidad", ha resuelto. A pesar de esta falta de normalidad, todos los indultados han reivindicado que un año después siguen con sus ideas intactas, aunque algunos hayan dejado la primera línea política. "Ni en silencio ni escondidos, la cabeza bien alta", ha resumido.

Una de las derivadas complicadas de los indultos es que no supusieron ninguna mejora para el resto de encausados en casos vinculados al Procés. Esto hizo que los partidos celebraran la salida de los presos, pero con una cierta sordina autoimpuesta, porque el resto de causas seguían abiertas. Por este motivo, Esquerra ha querido que el acto de este miércoles fuera también de compromiso con todos los represaliados y para exigir el fin de todas las formas de represión. Otro de los indultados, Raül Romeva, ha hecho un extenso resumen de todas las causas abiertas –incluyendo el exilio– para concluir que, a pesar de los indultos de hace un año, España sigue siendo "un estado represor".

A pesar de que el tema no ha protagonizado el acto, ha sido inevitable hablar de que los indultos no son una carpeta cerrada, puesto que en las últimas semanas ha tomado fuerza la posibilidad de que el Supremo los revierta. No hay ninguna certeza de que lo haga ni de que lo descarte, pero la amenaza está bien presente, según ha dicho la expresidenta del Parlament, Carme Forcadell. "Están revisando nuestros indultos. Tenemos siempre la espada de Damocles encima para amenazarnos y demostrarnos quién manda", ha lamentado.

La estrategia que seguir

Y cuando ha tocado hablar de estrategia ha llegado el turno del presidente del partido, Oriol Junqueras, el cuarto indultado miembro de Esquerra. Para él hay dos elementos centrales que hay que seguir persiguiendo –aparte de la independencia–, a pesar de que el gobierno español no ha dado señales de querer saber mucho nada. El primero es la amnistía, que es "la herramienta más útil" para acabar con la represión. Y no solo esto, sino que ha recordado que esta amnistía sería factible solo con el aval del poder legislativo y, por lo tanto, con "las mayorías parlamentarias que apoyan al gobierno español". En definitiva, es un recordatorio de que para sacarla adelante habría bastante con la mayoría de partidos que invistió a Pedro Sánchez –entre ellos ERC– el enero del 2020, pero el PSOE se ha opuesto una y otra vez.

Tampoco la mesa de diálogo ha tenido muchos resultados, pero Junqueras ha vuelto a dejar bien claro que su partido no renunciará a ella por mucho que siga siendo torpedeada desde el gobierno español, desde la derecha e incluso desde algunos sectores del independentismo. ERC se ha entregado al principio de que "la negociación es útil para resolver conflictos políticos" y no tiene previsto desfallecer. "Si el gobierno español querría ahorrarse la mesa de negociación, lo último que nosotros tendríamos que hacer es ahorrarle la mesa que tanto le incomoda", ha proclamado.

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