La ley de amnistía

La influencia de Boye marca la negociación de la amnistía

En la investidura la ley se cerró sin su visto bueno, pero ahora vuelve a ser clave en las conversaciones

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El abogado del expresidente Carles Puigdemont Gonzalo Boye en Luxemburgo ayer.

BarcelonaNo hay abogado más influyente ahora mismo en política. Gonzalo Boye es uno de los artífices de la ley de amnistía y, en consecuencia, una de las personas que desde fuera de Junts per Catalunya ha influido más en el giro del partido para investir a Pedro Sánchez. No sólo porque ha sido uno de los principales negociadores, desde el punto de vista técnico, sino porque hace meses, incluso antes de las elecciones españolas del 23 de julio, que trabajaba en el escenario de un posible olvido judicial, sobre todo ante la posibilidad de que la justicia europea no garantizase la inmunidad en Puigdemont. Ahora bien, a lo largo de la negociación entre el PSOE y Junts, el abogado no siempre ha dado su visto bueno a las distintas versiones del articulado que se han ido produciendo y su influencia ha ido variando en función del momento. Por eso, más allá de los movimientos de los jueces de Tsunami y Volhov, que Junts ha cambiado de criterio en las últimas semanas.

"Es un texto que nos ha costado muchísimo pactar, casi la mitad es aportación nuestra y estamos de acuerdo. Hemos ido al detalle jurídico para que nadie quedara al margen", aseguraba el secretario general de Junts, Jordi Turull, el pasado 14 de noviembre en una entrevista en Els Matins de TV3 sobre el texto pactado con el PSOE, añadiendo que no presentarían enmiendas al articulado: "La ley de amnistía cumple todas nuestras expectativas". Semanas más tarde, sin embargo, Junts ha tumbado la proposición de ley que pactó con el PSOE y, en esto, tiene mucho que ver el asesoramiento de Gonzalo Boye. El abogado ha dejado claro en privado y en público que ahora mismo la norma tiene rendijas para que los jueces puedan sortear la amnistía. "Caerá mucha gente", advirtió el pasado domingo en una entrevista en Vilaweb, aseverando que no solo Carles Puigdemont o Marta Rovira pueden quedar fuera, sino decenas de personas investigadas por Tsunami, Volhov, CDR y todo lo que pueda derivarse: mantiene que todavía existen piezas secretas en los tribunales.

El desacuerdo de Boye y un acuerdo cerrado "por arriba"

Y es que Junts cerró el acuerdo de investidura con los socialistas el 9 de noviembre a cambio de un texto de la ley de amnistía que carecía del aval del abogado de Carles Puigdemont. El silencio mediático que ha protagonizado hasta hace poco más de una semana el letrado era elocuente: sólo ha vuelto a hablar públicamente al recuperar el control de la negociación.

Según varias fuentes conocedoras de las conversaciones, en noviembre, en el tramo final del acuerdo de investidura, Boye acabó enfrentado con los negociadores del PSOE, sobre todo en los últimos días. El problema no sólo era el delito de terrorismo o de alta traición, sino también incluir el lawfare, que atascó el acuerdo durante al menos una semana. El momento más tenso fue cuando los socialistas acusaron al letrado de tener un conflicto de interés por intentar que su causa de blanqueo de capitales vinculada al narcotraficante Sito Miñanco quedara amparada en la amnistía. Una acusación que enervó al letrado hasta límites insospechados.

En ese momento, Boye mantenía las mismas reticencias con el articulado de la ley que las que tiene ahora, pero políticamente Junts decidió sellar el acuerdo: "Se cierra por arriba", en palabras de uno de los negociadores. Turull es uno de los más partidarios en ese momento y se asesora también jurídicamente con el exconsejero de Presidencia Francesc Homs, que supervisa algunos borradores de la ley de amnistía para superar el bloqueo que había con Boye. Se impone la parte más pragmática de Junts (y de Puigdemont) ante la estrategia del letrado. En ese momento, el juez de la Audiencia Nacional Manuel García Castellón ya había imputado por terrorismo a Carles Puigdemont y Marta Rovira y atribuía a las protestas de Tsunami el turista francés fallecido en el aeropuerto.

La recuperación del timón

El pacto, pues, se cierra con una serie de advertencias de Boye de que la cúpula de Junts acaba desoyendo. Sin embargo, a medida que avanzan los acontecimientos, los avisos del abogado se demuestran acertados a ojos de Puigdemont, que le vuelve a dar el timón de la negociación. Por eso queda en papel mojado lo que dijo Turull de no presentar enmiendas en noviembre y por ese motivo Junts se opone el martes en la ley de amnistía. Testimonios de las conversaciones que se han mantenido en la última semana constatan que todo lo que el PSOE ha planteado en Junts ha terminado sobre la mesa de Boye: Míriam Nogueras no hacía ningún movimiento sin obtener el aval.

L el abogado participa en las reuniones técnicas con los demás juristas negociadores del PSOE, pero también habla en algunas de las negociaciones políticas, en una interlocución protagonizada por Puigdemont y Turull por parte de Junts y, por parte del PSOE, el secretario de organización, Santos Cerdán, y el ministro de Presidencia y Justicia, Félix Bolaños, con quien los junteros mantienen una relación difícil. Serán ellos mismos quienes ahora, tras el choque, deben rehacer el consenso sobre la amnistía.

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