Salvador Illa, el candidato a pasar página al Proceso

El partido le nombra por aclamación en un congreso en pleno clima electoral

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Salvador Illa en la segunda jornada del XV Congreso del PSC en Barcelona

BarcelonaYa es oficial: Salvador Illa es el candidato del PSC a la Generalitat de Catalunya, ratificado por aclamación en el congreso de los socialistas este sábado. El exministro de Sanidad y jefe de la oposición en Cataluña ya se proyecta a sí mismo como el presidenciable que puede y quiere poner punto y final al Proceso y centrar su acción política en la sequía, la educación y el resto de problemas que vive Cataluña. "Ciudadanos y ciudadanas de Catalunya: la prioridad, lo primero y más importante, será recuperar la excelencia de los servicios públicos", ha subrayado en su primer discurso tras ser proclamado candidato. Ni una palabra sobre la amnistía o sobre la resolución de un conflicto político que, para los socialistas, forma parte de un pasado a enterrar.

No es casual que Isla haya hecho inciso en su primer discurso como candidato en la defensa de los servicios públicos. Ya hace tiempo que el PSC hurga al Govern por su gestión en salud, vivienda, educación e infraestructuras, pese al apoyo que le han brindado desde la salida de Junts del ejecutivo, y hoy él mismo le ha acusado de caer en la queja y el "victimismo". Y es que la campaña del PSC buscará situar estas cuestiones en el centro del debate, un planteamiento con el que el partido aspira a atraer a votantes de todo el espectro político. De hecho, hoy Illa ha pedido explícitamente el voto a los catalanes de derechas y de izquierdas; a los independentistas, federalistas y autonomistas; a los que hablan castellano ya los que hablan catalán, las dos leguas en las que ha hecho el discurso.

El PSC confía en que su papeleta sea el punto de encuentro de todos ellos, pero tendrá al menos un punto débil para seducir al electorado no independentista y que recuerda con más enfado los años álgidos del Proceso: su partido acaba de aprobar la ley de amnistía y será en buena parte el responsable del regreso de Carles Puigdemont, que ya se vislumbra como una opción más que probable. Mientras, en el PP ya se frotan las manos para captar votantes socialistas molestos por los pactos socialistas con Junts y ERC, sobre todo en Madrid.

Un paralelismo buscado con Tarradellas

En su discurso de coronación como candidato, Isla ha querido buscar resonancias con el Ciudadanos de Cataluña, ya estoy aquí que entonó el expresidente Josep Tarradellas a su regreso del exilio, un paralelismo con el que su equipo ha querido reforzar el perfil presidenciable de quien ahora es jefe de la oposición. Le ha acompañado la proyección de una bandera en la pantalla del Palacio de Congresos de Catalunya a sus espaldas, ante un auditorio entregado y emocionado. "Ciudadanos y ciudadanas de Catalunya, les pido la ayuda y el compromiso para que me acompañáis a abrir esta nueva etapa", ha concluido el dirigente.

Hacer piña

El partido vive con ilusión la cita electoral del 12 de mayo, porque confía en que le permitirá entrar por la puerta grande de la Generalidad de Cataluña después de regresar al Ayuntamiento de Barcelona y mantenerse en la Moncloa pese a la ajustada aritmética de las últimas elecciones. El entusiasmo electoral se respira en la cita del socialismo catalán este fin de semana en el Palau de Congressos de Catalunya, con 1.300 delegados. "No se vivía un congreso así desde el 2004", apunta una voz de la dirección, que resalta una sensación compartida en todas las federaciones. Así se ha puesto de manifiesto a lo largo de la jornada de hoy, en especial en un diálogo con viejas glorias del socialismo catalán en el que ha participado Raimon Obiols, Manuela de Madre y Montilla junto a Iceta que, pese a haber dejado la primera línea política, mantendrá el cargo honorífico de presidente del PSC en la nueva ejecutiva.

Todos ellos han hecho valer el legado transmitido de generación a generación dentro de la "gran escuela" del socialismo catalán y catalanista, que nunca ha renunciado a significarse dentro del PSOE y que hoy, con la investidura de Pedro Sánchez, ve realizado su anhelo fundacional más federalista, ha destacado Obiols. Ninguno ha negado los altibajos que sufrió el partido entre 2010 y 2018, con el auge del independentismo. "El PSC es el partido al que se han escrito más esquelas", apuntó Iceta.

Precisamente, en la nueva ejecutiva de Isla se hace evidente la voluntad de cerrar filas y no dejar atrás a la mayoría de personas con un liderazgo relevante dentro del partido en los últimos años, antes de que él cojas las riendas en el 2021: están Núria Parlon, como portavoz, e Iceta como presidente, los protagonistas de la última gran guerra interna en el PSC en las primarias de 2016. Núria Marín seguirá como vicepresidenta e incluso Meritxell Batet, fuera de la primera línea política tras dejar el escaño en el Congreso, será presidenta del Consell Nacional. Isla premia al alcalde Jaume Collboni con más peso orgánico: será adjunto a la primera secretaría, su número 3 después de Lluïsa Moret.

Collboni se contagia a los comunes

El episodio de los presupuestos catalanes tumbados también planea sobre el congreso de este fin de semana. Y es que, viendo el estruendo con el veto de los comunes, el alcalde de Barcelona, ​​Jaume Collboni, ha aprovechado una intervención en una mesa sobre gobiernos locales para pedirles que no cometan "el mismo error" en el Ayuntamiento y den apoyo a los presupuestos municipales pactados con Esquerra. Para hacerles la oferta más atractiva, les ha recordado estar abierto a ampliar "el gobierno municipal a las fuerzas de progreso". El pacto entre socialistas y republicanos en el Ayuntamiento se daba prácticamente por supuesto, pero la convocatoria electoral ha dejado congelado el acuerdo.

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