¿Cómo llegan los principales partidos a las elecciones del 12-M?

El anuncio electoral del presidente Pere Aragonès ha sacudido el tablón político

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El Parlamento en una sesión de control en el Gobierno.

BarcelonaLa convocatoria electoral en Catalunya tras el fracaso de los presupuestos ha sacudido el panorama político. Con su anuncio, el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, ha puesto punto y final a una legislatura convulsa que comenzó con un ejecutivo de coalición entre ERC y Junts, pero que ha acabado con los republicanos en solitario mirando a la izquierda y pactando con socialistas y comunes, aunque la negativa a las cuentas de los aliados catalanes de Sumar fue precisamente el detonante de los comicios del 12-M. ¿Cómo queda el mostrador político? ¿Cómo llegan los partidos?

PSC
Isla aspira a pasar página del Proceso
WEB XAPA PSC

El PSC encara la cita electoral con Salvador Illa recién ratificado como candidato en el congreso del partido que también le ha confirmado como su líder en los próximos cuatro años. Con una base de casi 13.000 militantes, el PSC presume de encarar la cita con cohesión y unidad después de haber ganado las anteriores elecciones catalanas, las municipales y las generales de 2023. Ahora se fijan como objetivo conseguir lo que no pudieron hacer en el 2021, pese a ser el partido más votado en Catalunya: volver a la Generalitat de la que José Montilla tuvo que marcharse en el 2010 para dejar paso a Artur Mas y al inicio del gran ciclo de movilizaciones independentistas.

Desde la oposición, Illa ha tendido la mano al Gobierno de Pere Aragonès para pactar leyes e incluso dos presupuestos, una posición que ha llevado a sus rivales a acusarle de ser la muleta de Esquerra o, incluso, de subordinar los intereses de Cataluña a los de la Moncloa. Ante esto, Isla se reivindica como líder de una oposición responsable y paladín de la política útil. De hecho, los socialistas creen que en estas elecciones se decide si Catalunya pone punto y final al Proceso, que consideran “diez años perdidos” de la mano de gobiernos de Esquerra y Junts. Habrá que ver, sin embargo, si la amnistía pasa factura a los votantes más contrarios al independentismo, y si alguna derivada del caso Koldo acaba perjudicando a la candidatura del PSC. En cuanto a pactos, los socialistas no se mojan, pero tampoco esconden que han cerrado pactos con partidos de todo el espectro político –excepto Vox–.

ERC
El reto de revalidar la presidencia
WEB XAPA ERC

Esquerra es el partido que ha podido controlar los tempos del adelanto electoral. La formación llega a las elecciones con el debate sobre el candidato a presentar resuelto desde enero: Oriol Junqueras dejó vía libre a Pere Aragonès para que optara a la reelección. Aunque el presidente de la Generalitat quería agotar la legislatura de cuatro años y mantener las elecciones en febrero del 2025, el fracaso de sus últimos presupuestos ha terminado precipitando el cambio de decisión. Este 12-M, ERC se juega mantener la presidencia de la Generalitat o, al menos, continuar en el Govern. Pero el partido viene de dos batacazos electorales –las elecciones generales de julio del año pasado y las municipales del mes de mayo– y tendrá que remontar unas encuestas que antes del adelanto electoral le situaban por detrás del PSC.

Los republicanos quieren hacer valer la obra de Gobierno de estos últimos tres años, el último año y medio en solitario por la salida de Junts. El ejecutivo ha tenido que afrontar crisis como la de la sequía o los malos resultados del informe PISA, y su debilidad en el Parlamento les ha obligado a buscar alianzas para aprobar leyes tan relevantes como los presupuestos. El PSC y los comunes han sido los principales aliados del Govern por las cuentas –excepto las del 2024, en las que En Comú Podem ha dicho no–, pero Pere Aragonès ha vuelto a vetar a los socialistas para cualquier pacto de Govern y ha presentado Salvador Illa como su principal rival. Los republicanos, en ese sentido, priorizarían un pacto independentista.

Juntos
Juntos lo fía todo en Puigdemont
WEB XAPA Junts

Desde que la amnistía fue una opción real –el PSOE, Junts y ERC cierran el texto el 6 de marzo–, los junteros tuvieron claro que lo fiarían todo a Carles Puigdemont. El expresidente prevé oficializar esta semana su candidatura a las elecciones catalanas y no se espera que nadie le dispute: su apuesta implica intentar, ahora sí, el regreso a Catalunya con las garantías de la amnistía e intentar de nuevo ser presidente de la Generalidad. De este modo, dentro de Junts se acaban las quinielas sobre posibles cabezas de cartel alternativo –ninguno de los sectores cuestiona la figura del expresidente– y el partido se cohesiona en torno a su figura, en una legislatura en la que las tensiones entre los entornos de Laura Borràs y Jordi Turull han sido máximas. De hecho, sólo si toma las decisiones Puigdemont, aunque no las debata en los órganos del partido, no existe contestación interna. Así fue en la negociación sobre la investidura con el PSOE –invertió Pedro Sánchez pese a decir que no lo haría– y así ha sido ahora a la hora de plantear la campaña por el 12-M.

Puigdemont, pues, abandonó la presidencia de Junts en junio de 2021, pero no ha dejado de determinar el rumbo del partido: lo más relevante fue la salida del Gobierno de octubre de 2022. Su opinión a favor de romper con Esquerra y salir del ejecutivo inclinó la balanza, en un resultado ajustado, a favor de irse. Ahora bien, pese a la rotura, Junts dice que sólo trabaja con la opción de pactar con los independentistas después del 12-M y niega que pueda hacer presidente a Salvador Illa.

CUP
En plena refundación
WEB XAPA CUP

Si a algún partido coge a contrapié estos comicios está en la CUP. La formación asamblearia llega sin haber terminado su proceso de refundación, que debía acabar a finales de mayo. Los cuperos se han visto obligados a aparcar el debate interno, fruto de los últimos batacazos electorales, y activar a toda prisa a la militancia para acordar propuesta y candidatos. El objetivo, volver a conseguir seducir a un electorado que les ha ido abandonando con la parálisis del Proceso.

Comunes
La incógnita del efecto Hard Rock
WEB XAPA ECP

Los comunes llegan a las elecciones con la incógnita de cómo les afectará a las urnas haberse mantenido firmes en el veto en el Hard Rock. Aunque el partido no la ha ratificado oficialmente, la previsión es que Jéssica Albiach sea de nuevo candidata. Quien se ha descartado por ahora es la exalcaldesa Ada Colau, que insiste en que su sitio está en Barcelona. Habrá que ver si vuelven a presentarse con Podemos, con quien la relación es tensa desde hace meses.

La dura batalla entre la derecha españolista, incierta

La derecha unionista está en reestructuración, en un combate que puede ser de dos actores en vez de tres. Ciudadanos y el PP exploran una candidatura conjunta de “frente amplio”, si bien fuentes populares aclaran que sería debajo de sus siglas e incorporando a personas del partido naranja. Por eso, todavía no han confirmado a Alejandro Fernández como cabeza de lista. En cualquier caso, el PP aspira a volver a liderar la alternativa españolista de centroderecha, también sacando votos al PSC a raíz de la amnistía y el caso Koldo. Y Ciudadanos espera sobrevivir. En cambio, la extrema derecha de Vox, con 11 diputados –mientras Cs tiene 6 y el PP, 3– pretende continuar con la fuerza actual y mejorarla con Ignacio Garriga de nuevo al frente de la lista. De entrada, todo este espacio sitúa al independentismo y al PSC de Salvador Illa como enemigos principales y la “traición” de la amnistía será un tema clave para ellos.

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