Valls anuncia que no se volverá a presentar a las municipales
En una entrevista en Betevé llama "a reinventar" la formación con su apoyo pero "no como candidato"
BarcelonaManuel Valls irrumpió en el espacio unionista gracias a la operación de varios actores –muchos empresarios afines a la Fundación Joan Boscà– que buscaban arrebatar la alcaldía de Barcelona a la izquierda y el independentismo, pero la humilde cuarta posición en la que quedó en los comicios le complicó el trabajo. Finalmente, el ex primer ministro francés, que había anunciado su llegada de la mano de Albert Rivera, optó por votar la investidura de Ada Colau con el único incentivo de evitar que ERC estuviera en el gobierno municipal. La decisión le costó la rotura con Ciudadanos y dio lugar a la creación de Barcelona pel Canvi (BpelCanvi), un partido instrumental "diseñado para evitar que el nacionalismo se apoderara de la alcaldía", señala una voz interna. Cumplida esta misión, Valls dio ayer fecha de caducidad al artefacto en una entrevista en Betevé en la que aseguró que no se volverá a presentar a las elecciones y llamó "a reinventar" el proyecto con su apoyo externo.
"Se tendrá que inventar otra cosa, se tiene que reinventar un proyecto para Barcelona", aseguró Valls en Betevé, donde se mostró dispuesto a apoyar a una iniciativa política, pero "no como candidato". Pese al golpe de efecto de desbancar a Ernest Maragall como alcalde de Barcelona con los votos de Valls, Eva Parera y Celestino Corbacho, el margen de actuación del grupo ha sido reducido este mandato, señalan varias fuentes. Uno de los motivos es que finalmente Corbacho se decantó por permanecer en el grupo de Cs y dejar a BpelCanvi con solo dos regidores, incapaces de garantizar mayorías absolutas en el gobierno de los socialistas y los comunes, lo cual les hizo perder, por lo tanto, la clave de la gobernabilidad.
La transversalidad que caracterizó la candidatura de Valls, además, ha ido dando lugar a algunas tensiones internas. La más evidente fue la rotura de Cs, pero las últimas elecciones catalanas también han pasado factura a la formación. Mientras Eva Parera, Albert Guivernau y Carlos Rivadulla dieron el salto al PP, otros cargos internos apoyaron públicamente al PSC. Valls optó por dar libertad a sus cuadros sin significarse, a pesar de que hace poco admitió en una entrevista en La Vanguardia haber votado por Salvador Illa.
Los malos resultados electorales del PP (obtuvo tres escaños) levantaron críticas internas en las filas conservadoras, algunas de las cuales piden que Parera deje de ser diputada en el Parlament por el PP y se centre en el Ayuntamiento. Pero, según fuentes de su equipo, ella prevé mantener los dos cargos y está previsto que su figura pueda encarnar la colaboración entre las dos formaciones también en el consistorio. Precisamente en este ángulo es por donde puede ir la posible "reinvención" de BpelCanvi. Fuentes del partido señalan la posibilidad de construir una candidatura conjunta capaz de aglutinar el espacio de centroderecha constitucionalista, actualmente representado por el PP y Cs. Consideran que la marca no tendría que ser "un problema", pero todavía es pronto para tomar una decisión definitiva e iniciar negociaciones.
El 2019 los dirigentes de BpelCanvi estudiaron la posibilidad de concurrir en nuevas elecciones y se hicieron esfuerzos para hacer crecer el partido en otros territorios. La pandemia diluyó estas expectativas, pero desde el partido señalan que estas reuniones se podrían retomar de cara a las municipales del 2023, lo cual también podría dar lugar a un cambio de marca.
En cuanto a Valls, los rumores sobre la posibilidad de que en algún momento del mandato abandone sus responsabilidades en el consistorio lo acompañan desde que se quedó con solo seis regidores, unos resultados que no se correspondían con las expectativas que había generado con su llegada a Barcelona. Desde su equipo, nadie se atreve a asegurar que acabe la legislatura. "Si tiene alguna otra oferta, podría marchar", señala una voz próxima. No obstante, insisten que en este momento la posibilidad no está sobre la mesa y que está satisfecho con el cargo, que además le permite mantener su agenda como ex primer ministro en Francia.