#MazónDimisión y la explosión identitaria valenciana
BarcelonaEstos días se está produciendo en Valencia una explosión identitaria por cuenta de la tragedia de la DANA. Nunca se habían visto tantas banderas en los balcones, se interpreta el himno autonómico, conocido como Himno de la Exposición, como si fuera el God save the Queen, y el valenciano es la lengua mayoritaria de las protestas contra Mazón, hasta el punto de que #MazonDimisión fue ayer tendencia en toda España Lo que ocurra allí acabará reverberando en todo el Estado. ayer el centro de Valencia en una protesta cuyo lema principal era “Mazón dimisión”. Es la segunda manifestación masiva en poco tiempo, pero hay que tener en cuenta que les valencianos no son un pueblo especialmente proclive a la protesta. Lo que llama la atención es que es la primera vez en la historia que hay manifestaciones multitudinarias en las que se pide la dimisión del presidente de la Generalitat, es decir, del jefe de el autogobierno valenciano. Esta crítica a la Generalitat por la gestión de la DANA se combina, sin embargo, con esta exhibición de identidad valenciana de la que hablábamos antes. que no me atrevería a calificar de “nacional” pero se le parece. las Fallas, concordaba con el regionalismo bien entendido de matriz españolista, pero ahora existe un sentimiento valencianista genuino que nace de la desesperación, de ver que, a la hora de la verdad, sólo se tienen a ellos.
A esta autopercepción valenciana ha ayudado también el reconocimiento externo. Ver azules en las farolas de Barcelona habría resultado polémico en otro contexto. Ahora ya no. Desde España se habla del "pueblo valenciano" con naturalidad, y un pueblo que reclama la dimisión de su líder natural es un sujeto político con conciencia de sí mismo.
El papel de ACPV y los sindicatos
De momento, pues, la derecha y la extrema derecha no han logrado colonizar las protestas e instrumentalizarlas en beneficio propio. Esto es mérito en parte de la sociedad civil organizada, que es básicamente el valencianismo organizado (ACPV y Escola Valenciana) y los sindicatos. Ahora parece conjurado, pero existía el peligro de que la calle fuera ocupada por el búnker-barraqueta de siempre, en feliz expresión de Joan Fuster, y de que la protesta se dirigiera más hacia Pedro Sánchez que hacia Mazón.
Resulta curioso, pero Mazón será hoy el político valenciano con mayor grado de conocimiento, gracias también a los medios españoles. Y el hecho de que no se exprese en la lengua propia, que es la de la mayoría de los afectados, está jugando ahora en su contra. Cuando intenta expresar su valencianidad resulta tan postizo que parece más de cartón piedra que nunca, y es lo contrario de lo que quisiera representar Alberto Núñez Feijóo. El PP, pues, puede quedar aplastado entre la explosión valencianista y la rabia ultra, que también va a crecer. Y sin la Comunidad Valenciana, Feijóo tendrá más difícil llegar a la Moncloa.
Los detalles de la semana
Durante la entrega de los premios Ramon Barnils al periodismo de investigación, el presidente del Parlament, Josep Rull, bromeó rápidamente cuando sonó un móvil en la sala. “Siempre digo lo mismo: esto es Marchena que me llama”, dijo, también como una manera de remarcar que entre los expresos políticos nunca ha desaparecido la idea de que los vuelvan a encarcelar a pesar de los indultos y la amnistía.
El congreso del PSOE de Sevilla se celebró con el objetivo de consolidar el liderazgo de Pedro Sánchez pero en un contexto no muy favorable al partido. Por eso el simbolismo era importante. Ayer, cuando Sánchez entró en el Palau de Congressos, fue recibido con la canción Starlight de Muse, es decir, “luz de una estrella”. No cabe duda de que así es como lo ven muchos militantes y dirigentes socialistas.