Junqueras volverá a ser presidente de una ERC partida por la mitad

Se impone con el 52% de los votos, mientras que Xavier Godàs se queda con el 42%

BarcelonaOriol Junqueras gana el plebiscito y volverá a presidir Esquerra. Después de quedarse a las puertas del 50% de los votos hace quince días, el candidato de Militancia Decidim se impuso finalmente a sus rivales con el 52,2% de los votos (3.437), pero los resultados dejan un partido dividido. Xavier Godàs, el candidato de Nueva Izquierda Nacional, se quedó a 10 puntos de Junqueras y obtuvo el 42,2% de los votos (2.777). Hubo 5,6% votos en blanco (371). Tras meses de guerra interna, en esta segunda votación el porcentaje de participación también fue muy alto: votó más del 81,98% de la militancia (6.585 votos de un censo de 8.032), una cifra histórica que supera relativamente la participación de la primera vuelta, que fue de un 81,35% (6.533). Dos cifras que están por encima del 70% que votó en el congreso convulso de 2008 y el 77% que lo hizo en la consulta sobre la investidura de Salvador Illa.

Junqueras ha ganado 280 votos respecto a la primera vuelta, pero ha sido Godàs quien ha crecido más: me ha conseguido otros 469. Los votos en blanco también han aumentado, otros 127. Aquí es donde se repartirían los más de 800 votos que obtuvo Foc Nou en la primera vuelta y es Nueva Izquierda Nacional quien se lleva la mayor parte del pastel. De hecho, a pesar de decidir no apoyar a ninguna de las candidaturas, el proyecto de Helena Solà y Alfred Bosch puso mejor nota a Godàs porque les había aceptado cuatro de las cinco condiciones y algunos de sus miembros explicitaron que en esta segunda vuelta votarían a Xavier Godàs. misma Solà anunciaron que optarían por el voto en blanco.

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tuvieron una sensación agridulce: habían ganado la votación, pero no de la manera contundente como esperaban. las voces que apostaban por un cambio de liderazgo en el partido. "El cambio es inevitable", ha afirmado Godàs en rueda de prensa esta noche, que ha insistido en la necesidad de abrir un nuevo ciclo. Ahora bien, la candidata a la secretaría general, Alba Camps, ha denunciado juego sucio durante la campaña: "Se han cruzado líneas rojas que han supuesto sufrimiento" personal".

El candidato de Militancia Decidim volverá a pilotar Esquerra y aumentará, así, sus trece años al frente del partido. Junqueras vuelve a la presidencia de los republicanos tras dimitir el 10 de junio, al día siguiente de las elecciones europeas, tal y como había prometido en la tensa ejecutiva del 15 de mayo, donde se acordó convocar el congreso del 30 de noviembre después del divorcio entre el propio Junqueras y Marta Rovira. Desde entonces, los republicanos se han inmerso en una cruenta guerra interna por el control del partido que se ha visto agravada por episodios como el escándalo de los carteles contra los Maragall.

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El futuro del partido

Junqueras abre una nueva etapa al frente de Esquerra (por primera vez sin Rovira a su lado), en la que se encontrará una organización rota. Su principal reto será recosirla y neutralizar a sus rivales internos. Uno de los primeros movimientos que Junqueras dijo que haría si era elegido presidente es reunirse con todas las candidaturas que se habían presentado en ese proceso congresual. El dirigente republicano prometió "no excluir a nadie" del proyecto que tiene en la cabeza para pilotar Esquerra. Ahora bien, habrá que ver si opta por realizar cambios, por ejemplo, en la dirección del grupo parlamentario en el Parlament. Tanto Josep Maria Jové, presidente del grupo, como la portavoz, Marta Vilalta, se habían puesto junto a Nueva Izquierda Nacional. "Si se piensa que no van a tomar [los miembros de Nueva Izquierda Nacional] postura política ante modificaciones de posición, va muy errado", ha advertido a Junqueras.

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¿Cuál será el papel de Nueva Izquierda Nacional a partir de ahora? Godàs ha advertido de que no están dispuestos a entrar en la ejecutiva. "Sería un pasteleo", ha dicho Godàs. Tampoco quieren formar parte de uno de los órganos que Militancia Decidim había propuesto para llegar hasta el final en el caso de los carteles contra el Alzheimer, una comisión de la verdad. Ahora bien, sí quieren influir en la siguiente parte del proceso congresual: la redacción de las ponencias. Los textos deben debatirse en el plenario del congreso dentro de un máximo de 60 días. Junqueras ha prometido incluir todas las sensibilidades en la redacción de estos textos. Habrá que ver cómo se concreta esto y si la guerra interna sigue marcando también la segunda fase del congreso más convulso de la historia del partido.