Oriol Junqueras, el historiador que ambiciona el despacho de presidente
El candidato de Militancia Decidim ha dirigido a ERC en los últimos trece años y aspira a revalidar el cargo
BarcelonaHasta el 2011, Oriol Junqueras (Barcelona, 1969) había combinado su faceta de historiador con la de político, primero como concejal en Sant Vicenç dels Horts y después dando el salto a Europa, como eurodiputado (independiente) de ERC en el 2009. El 2011 fue un año clave para su trayectoria política: llegó a la alcaldía de su municipio (que mantuvo hasta el 2015) y tomó las riendas de Esquerra, junto a Marta Rovira. Desde entonces, su camino es meridianamente conocido. Como presidente de ERC, fue candidato a las elecciones catalanas de 2012, en 2016 llegó a la vicepresidencia de la Generalitat bajo la presidencia de Carles Puigdemont y tras el 1-O fue encarcelado durante casi cuatro años por haber organizado el referendo del 2017 –fue condenado a 13 años de cárcel y 13 de inhabilitación–. Junqueras quedó en libertad en junio del 2021 gracias a los indultos concedidos por el gobierno español y, después de trece años como presidente de ERC, quiere revalidar su cargo en el congreso de este fin de semana.
Licenciado en Historia Moderna y Contemporánea y doctor en Historia del Pensamiento Económico por la Universidad de Barcelona, si hay algo que apasiona al candidato de Militancia Decidim es la historia. De hecho, sus discursos políticos se impregnan a menudo de episodios históricos. Su formación como historiador le llevó a la docencia en la Universidad Autónoma de Barcelona y también a colaborar en varios medios de comunicación. Él mismo recuerda en varias ocasiones esta etapa de su vida por denunciar que no ha podido volver a ejercer de profesor en una universidad pública porque todavía le pesa la inhabilitación. La ley de amnistía sigue pendiente de aplicársele y, de momento, no podría aspirar a uno de los sueños que ambiciona: la presidencia de la Generalitat.
Antes de volcarse al 100% en la política y en ERC, Junqueras también había trabajado en el estudio secreto del Vaticano, donde llegó por azar. El jesuita Miquel Batllori leyó su primer libro (sobre la historia de Cuba) y le hizo citar para hablar de ello. "¿Hay algo que pueda hacer por usted?", le preguntó el religioso. "Quisiera trabajar en el archivo secreto", fue la respuesta de Junqueras, que salió de ese encuentro con un salvoconducto en un sobre.
Él es católico practicante, pero no siempre fue así. No se hizo hasta la adolescencia y, de hecho, antes se había marcado una misión completamente distinta: intentar convencer a las personas religiosas de que su fe no tenía sentido. Puede parecer un contrasentido, pero contribuyó a cambiar de opinión su aproximación a la ciencia, especialmente a la física cuántica.
De tocar el cielo electoral en el divorcio con Rovira
En diciembre del 2015 se volcó exclusivamente en la política nacional para encarar "la etapa histórica" que se planteaba en Catalunya, con un país "caminante firme hacia la independencia y hacia una sociedad más próspera y justa socialmente". La represión ha marcado buena parte de su trayectoria al frente de Esquerra. Se pasó casi cuatro años en prisión por su papel en el 1-O y desde allí también empezó a alejarse de algunos compañeros de viaje y al mismo tiempo hacer más fuertes los lazos con los compañeros de celda . Alejado de sus dos hijos, les escribió un libro repasando algunos de los cuentos que solía contarles. Del 2019, además del juicio en el Tribunal Supremo, quedará la imagen de él y una parte de los acusados en el juicio recogiendo el acta de diputados en el Congreso con una imagen para la historia: Junqueras, un preso político, saludando al presidente Pedro Sánchez en el hemiciclo.
Desde 2011, con el tándem Junqueras-Rovira, Esquerra ha alcanzado las mayores cuotas de poder de su historia desde la Segunda República, con victorias en las elecciones europeas de 2014, las municipales y las generales de 2019 y volviendo al Palau de la Generalitat después de 90 años con Pere Aragonès como presidente. Ahora bien, con el mismo tándem, los republicanos también han iniciado un ciclo electoral a la baja con tres batacazos en poco más de un año que han abierto una lucha fratricida entre junqueristas y roviristas.
Sus rivales dentro del partido le reprochan su ambigüedad política y la falta de liderazgo, pero también la indefinición ideológica y, en este sentido, consideran que ha bajado la bandera independentista "Es el único que llena auditorios". , le rebaten sus defensores, que recuerdan que su candidatura apuesta por volver a hacer un referéndum de independencia. sea, Junqueras ha rehecho su círculo más cercano para presentarse a la reelección y aspira a seguir ampliando sus trece años de presidencia republicana.