Miquel Calçada, el eterno aspirante que ahora sale del banquillo
El comunicador y empresario será uno de los nuevos consejeros de RTVE
BarcelonaMiquel Calçada vuelve de un cierto ostracismo por ser consejero en RTVE, a propuesta de Junts. Suya fue la primera y jovencísima voz que se pudo oír en Catalunya Ràdio, en 1983. Apenas un chiquillo descreído de firmes convicciones patrióticas a las que le gustaban suficientemente las motos para ganarse el sobrenombre de Mikimoto. Triunfó en televisión con programas icónicos como Personas humanas y Asuntos exteriores, entre otros. Y, por el camino, el locutor Mikimoto se convirtió en el empresario Miquel Calçada i Olivella. Los que han trabajado con él le tildan de duro, brillante, divertido, hiperexigente y mercurial: mejor no tenerlo girado. De la mano de Carles Cuní, fundaron Flaix FM y Radio Flaixbac, para demostrar que la radio musical también podía hablar en catalán. Pero el divorcio no fue amable, cuando Calzada decidió desvincularse del proyecto.
El 2010 es un año decisivo. Se va a Siracusa, en Estados Unidos, para formarse en Administración Pública y Relaciones Internacionales. Ser nombrado por la Generalitat comisario del tricentenario le acaba de subir al carril de la política y cada vez adquiere más un aura de gran esperanza blanca del independentismo. Un año más tarde, se convierte en uno de los candidatos de Junts pel Sí a las elecciones al Parlament de Catalunya, en la posición número 74. No sale escogido y prueba suerte entonces como candidato de CDC al Senado, en el 2016. Tampoco le llega el momento.
Las guerras fratricidas entre las diferentes familias posconvergentes le pillan lejos de Cataluña y queda en orsai. Se presenta como candidato a director de Catalunya Ràdio en el concurso público de 2022 prometiendo devolver la emisora al liderazgo. Obtiene buena puntuación y circula la berrea que es la propuesta de Junts para ocupar el cargo. Pero tampoco cuaja esta opción y finalmente el sitio va para Jordi Borda. Sigue en Estados Unidos, trabajando en una radio local, y evita los focos tanto como puede. Que no lo será demasiado, porque su hija, Laura Calçada, escribe unas memorias descarnadas en las que él aparece de forma recurrente, como padre poco comprensivo y ausente. Ahora será nombrado consejero en el ente televisivo español, a la espera de saber si, a sus 59 años, será una poltrona dorada donde prejubilarse o bien el trampolín que ha estado esperando durante varios lustros.