Muere el único alcalde histórico del PP catalán
Lluís Caldentey ha fallecido a la edad de 83 años, después de haber ocupado la alcaldía de Pontons durante dos décadas
BarcelonaEl único alcalde histórico del PP catalán ha fallecido. Se trata de Lluís Caldentey, que fue alcalde de Pontons entre 1999 y 2018, y que ha traspasado a la edad de 83 años, según ha informado el consistorio de su pueblo. Caldentey ha sido el único poder territorial histórico de los populares en medio de un mapa municipal que han dominado tradicionalmente PSC, CiU y ahora Junts y ERC. "Con su trayectoria y dedicación, se convirtió en una figura relevante en la política local y contribuyó al desarrollo de Pontons durante un largo período de tiempo", lamenta el Ayuntamiento, que concreta que el entierro será este sábado al mediodía. En el municipio encadenó cinco mandatos apacibles, pero fuera hizo unas declaraciones polémicas sobre el independentismo y la homosexualidad.
"Buena persona, culto y muy sencillo, su vida era su pueblo y era querido por todos", asegura al ARA el actual alcalde, el también popular y discípulo suyo, Josep Tutusaus, quien comenta que ha recibido mucho cariño de las poblaciones de alrededor, con una ola de muestras de pésame. "En Pontons sólo gana el PP en las municipales, nunca gana en otras elecciones", sostiene para explicar cómo Caldentey impregnó un talante exclusivamente "centrado en el pueblo" y que él después ha querido mantener. "Como alcalde nunca hablaba de política [estatal], no le interesaba mucho, sólo el pueblo", explica Tutusáus. Lo confirma el líder de la oposición, Lluís Escardó, de Junts, que sostiene que "la política nacional no le interesaba" y que "solo le importaba el pueblo". "Era todo un personaje, tenía cosas buenas y malas, pero se tomó el Ayuntamiento de manera profesional, estaba allí y se hacía notar y buscaba lo mejor por el pueblo". Escardó, que lleva 18 años siendo concejal, formó parte del equipo de gobierno de Caldentey, pero salió con el 9-N, cuando el alcalde no dejó votar y se "cabrearon". Sin embargo, "al final llegó a un acuerdo con el consejo comarcal para poner un autobús y que la gente pudiera ir a votar en Torrelles de Foix".
Caldentey, que nació en 1941, trabajó como ingeniero en varias empresas como Braun o Condiesel, y su sello político sólo estuvo en Pontons y en el Consejo Comarcal del Alt Penedès. En lo personal, casado y con dos hijos, siempre vivió vinculado a Pontons, pero en los últimos años de vida enfermó y se trasladó a Barcelona. Su familia era toda natural de la pequeña localidad del Penedès, aunque su padre era pontonense de adopción porque venía de Mallorca. Siempre implicado en la vida del pueblo, participó en comisiones de fiestas hasta llegar a ser alcalde, lo que marcó su vida.
A lo largo de su etapa política nunca ocupó ningún cargo dentro del PP catalán y sólo formó parte de la junta directiva "porque lo dicen los estatutos", pero sin tomar partido en política catalana ni española. "Era un hombre muy de pie y muy catalán, que se sentía español, tenía profundas convicciones", relata Tutusáus. Caldentey tenía la costumbre de hacer una política "personal", "con nombres y apellidos" y contacto de tú a tú: siempre llevaba un papel y un bolígrafo sobre lo que pudiera ser. Su máxima era "no tener ego" y escuchar a todos los vecinos, según apunta el actual alcalde, lo que le llevó a gobernar durante 19 años y permitió extender el reinado a su discípulo, Tutusáus. "Yo me la apreciaba, tenía sintonía en algunas cosas y le cantaba las cuarenta en otras", añade Escardó, quien comenta cómo en algunos enfrentamientos con vecinos que tuvo Caldentey acabó "transigiendo".
Polémicas
Pese a que no hablara de política española ni catalana y que consiguiera el voto de nacionalistas y progresistas del pueblo –si no, no se entienden sus resultados– sí hizo algunas declaraciones polémicas, más allá de la política local. Caldentey afirmó que los homosexuales eran "personas taradas" que habían nacido con una "deformación psíquica o física" –se opuso al matrimonio gay–, y posteriormente aseguró que la bandera del arco iris era "tan ilegal como la estelada". A raíz de la marcha del expresidente Carles Puigdemont en Bruselas tras la declaración de la República Catalana desde el Parlament, el exalcalde acusó al presidente de la Generalitat de haber "abandonado" a Catalunya y le tildó de "rata". "Cuando un barco hace aguas, los primeros que le abandonan son las ratas", dijo.