El Govern abre negociaciones a dos bandas para intentar salvar los presupuestos

Junts mantiene un encuentro sin ERC con los anticapitalistas para que levanten el veto i el ejecutivo se reúne con los 'comuns'

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El secretario general de Juntos, Jordi Sànchez; el vicepresidente de partido, Jordi Turull, y el presidente del grupo, Albert Batet, esta tarde al Parlamento

BarcelonaHacía años que el Gobierno no tenía tantas opciones diferentes para aprobar los presupuestos -la CUP, los comuns y el PSC se han mostrados dispuestos a negociar-, pero lo cierto es que a cuatro días de acabar el plazo para el debate a la totalidad, el primer trámite que tienen que superar las cuentas para ser aprobadas, el ejecutivo no tiene ningún apoyo garantizado. Ante las dificultades con los cuperos, ayer el president de la Generalitat, Pere Aragonès, activó los contactos con los comuns y este jueves representantes de Economía y Presidencia han profundizado en la negociación para empezar a estudiar las condiciones de En Comú Podem para facilitar la tramitación. Paralelamente, sin embargo, las conversaciones con la CUP se han mantenido vivas: Junts ha tenido esta tarde un encuentro con los cuperos para intentar que levanten el veto a la tramitación de las cuentas y mantener la "mayoría independentista del 52%". El Govern, pues, negocia a dos bandas para conseguir 'in extremis' un pacto que no acaba de llegar: se divisan tres días intensos para salvar el lunes el debate a la totalidad.

Los contactos han empezado a primera hora de la mañana. El conseller de Economía, Jaume Giró, se ha encontrado en el Parlament con el diputado de los comuns Joan Carles Gallego, que lidera la negociación por parte del partido, y ha hablado por teléfono con la cabeza de filas de En Comú Podem, Jèssica Albiach. Después, a las nueve y cuarto de la mañana, representantes del Govern se han reunido casi tres horas con los comuns: había, por parte del Govern, el secretario general de Economía , Jordi Cabrafiga; la secretaria general de Presidencia, Núria Cuenca, y el coordinador de asuntos interdepartamentales, Marc Ramentol; y por parte de los comuns, Gallego y la diputada Susana Segovia. "Hemos entrado en materia", han asegurado fuentes de los comuns al salido de la reunión.

Los representantes de los comunes después del encuentro con el Gobierno  este jueves

Así, a diferencia del primer encuentro de ayer miércoles, en que solo había representantes de Esquerra y de los comuns, este jueves ya se ha incorporado Economía, departamento que lidera Junts, a pesar de que sin el conseller Giró. Desde el departamento han informado de que ha tenido cambios a última hora a la agenda, pero su ausencia coincide con la incomodidad de algunos dirigentes de Junts con la negociación pública abierta ayer miércoles por parte de Pere Aragonès con los comuns. Elsa Artadi, portavoz del partido, ha asegurado en una entrevista a Catalunya Ràdio que activar el plan B con En Comú Podem significa un "cambio de las reglas del juego" del pacto de investidura, puesto que supone que se pueden sacar adelante los presupuestos con una mayoría que no es la independentista "del 52%". ¿Significa esto que Junts vetará esta alianza? Fuentes del partido y del Govern aseguran que no, que el objetivo de la formación es sacar adelante los presupuestos –que defienden como suyos– y que si la formación lila no pone condiciones inasumibles para ellos no pondrán pegas. Ahora bien, dicen que su prioridad son los cuperos y avisan a los comuns de los límites: "No les concederemos cosas con las que no hemos cedido con la CUP", afirman fuentes de Junts, en alusión a una subida de la presión fiscal y la renuncia a formalizar la candidatura de los Juegos Olímpicos de Invierno.

En todo caso, las mismas fuentes lamentan que después de meses negociando con la izquierda anticapitalista -Giró hace meses que habla-, no dé una oportunidad más a la negociación y al mantenimiento de la mayoría independentista retirando la enmienda a la totalidad. Y también envían un dardo a sus socios del Govern, Esquerra, asegurando que hicieron un acuerdo con los cuperos de forma expresa por la investidura que no han cumplido.

Para intentar desencallar la situación, esta tarde se ha producido una cumbre entre Junts y la CUP sin los republicanos en el Parlament. Los dos partidos coinciden a la hora de criticar a RC por la mesa de diálogo y reclaman una mayor confrontación con el Estado, pero se alejan en los temas más ideológicos y de modelo de país. De hecho, parte de las peticiones de los cuperos como renunciar a los Juegos de Invierno o al Hard Rock son cuestiones que Junts ha defendido durante este mandato. También topan en fiscalidad, puesto que JxCat ha dejado claro que no quiere subir los impuestos y los cuperos reclaman un aumento del IRPF a las rentas de más de 60.000 euros.

La delegación de la CUP que se ha reunido este jueves con Junts en el Parlament

En el único campo que, según fuentes conocedoras de las conversaciones, podría haber margen de acuerdo es en las políticas de vivienda, a pesar de que los cuperos tendrían que valorar si es suficiente para levantar el veto. La izquierda anticapitalista pide aumentar la partida hasta los 1.000 millones de euros y el ejecutivo lo está estudiando -ahora el presupuesto prevé 770 millones-. También hay sobre la mesa otra cuestión: la ley antideshaucios: Junts ha presentado enmiendas para que se indemnice a los "pequeños propietarios" -no a los grandes tenedores- a quienes se los obliguaría a ofrecer un alquiler social y los cuperos quieren que las retiren.

Las condiciones de En Comú Podem

Si bien las peticiones de los cuperos chocan con el Govern, de momento las de En Comú Podem parecen plausibles, puesto que, entre otras cosas, evitan entrar en materia tributaria, tal como ha avanzado Europa Press y detallan fuentes del partido lila. Se centran en reclamar más recursos en Salud –especialmente en salud mental y en un servicio público bucodental, para el que reclaman una partida de 300 millones. También piden más inversión en trenes –600 millones en cuatro años en nuevas líneas de trenes y tram en el Camp de Tarragona, el Bages y la Costa Brava–, así como ampliar la T-Jove a los 30 años y la T-16 a seis zonas, recuperar la red de trenes nocturnos en Catalunya y un pacto nacional por la movilidad que incluya el plan del Govern para el traspaso de Cercanías. Insisten además en el despliegue de la ley de barrios verdes –con una partida de 1.500 millones en cinco años–, así como en una reindustrialización del territorio, entre otros puntos. Como la CUP, los comuns quieren que se retire la partida de 120 millones para el proyecto del Hard Rock, puesto que consideran que no representa el "modelo de país" a que aspiran, y apuestan por fórmulas para revertir el modelo de monocultivo turístico.

Aún así, fuentes conocedoras explican que en la reunión de esta mañana todavía no se han concretado cantidades. Voces de la formación explicaban que se ha "entrado en materia" y, a pesar de que no ponen líneas rojas a la negociación, se muestran optimistas de que se pueda llegar a acuerdos en cuestiones como las referidas al ámbito de la salud. El portavoz de En Comú Podem en el Parlament, David Cid, insistía por la mañana en una entrevista a Radio 4 y La 2 que no ponen "líneas rojas" a las negociaciones. Los comuns tienen interés, dicen las mismas fuentes, en cerrar un acuerdo pronto.

Mientras tanto, el PSC se lo mira desde la distancia, puesto que a pesar de la reunión de ayer de Salvador Illa con Pere Aragonès de momento ha quedado fuera de la ecuación.

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