La lucha de la CUP por no compartir grupo con Aliança Catalana en el Parlament

Los cuperos reclaman la cesión de un diputado a ERC por tener grupo propio y autonomía

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BarcelonaEn medio de las negociaciones entre las fuerzas independentistas por la mesa del Parlament y la presidencia de la Generalitat, existe un tema paralelo que complica más la ecuación: la demanda de la CUP por tener grupo propio. Los resultados de las elecciones al Parlament dejaron a los cuperos con sólo cuatro representantes –hacen falta cinco para tener grupo– y la formación anticapitalista no quiere compartir, de ninguna de las maneras, grupo mixto con Aliança Catalana, en las antípodas de sus postulados a pesar de ser también independentista. "Es tan sencillo como que no queremos estar con Aliança Catalana por todo lo que comporta ideológico y queremos confrontarlos", señalan desde las filas cuperas.

Y es que no tener grupo propio también limita la acción parlamentaria, con menos tiempo para intervenir –hay que repartirla proporcionalmente los grupos que estén representados– y para presentar propuestas de resolución. Así, compartir grupo mixto implicaría que ambos partidos tuvieran que coordinarse, por ejemplo, para repartirse el tiempo en las intervenciones en el pleno o en la participación en las comisiones. Una coordinación logística que ya les generó choques con el PP en el 2017, cuando ambas fuerzas se quedaron con cuatro diputados, y que también fue motivo de fricción en el 2010 entre Solidaritat Catalana per la Independència y Ciutadans.

El reglamento de la cámara catalana establece que si los subgrupos parlamentarios no se ponen de acuerdo sobre el número de diputados en las comisiones y en las mesas que les corresponden, los tiempos de intervención y el número máximo de interpelaciones y de preguntas con respuesta oral que les corresponde en cada sesión plenaria, la mesa del Parlamento debe establecer la distribución proporcional de todas estas cuestiones entre los subgrupos. Sin embargo, la CUP no quiere tener que llegar a este extremo y lleva semanas negociando con diferentes partidos para que les cedan un escaño que les permita disponer de grupo propio. Fuentes del partido asambleario revelaron al ARA que están conversaciones con ERC, aunque también exploraron los comunes, que tienen 6, después de que éstos manifestaran que estaban dispuestos a ceder uno, aunque finalmente se allí negaron.

El tiempo les apremia. El reglamento dictamina que los grupos parlamentarios deben constituirse en el plazo de ocho días hábiles a partir del día siguiente de la constitución del Parlamento, con un escrito en la mesa del Parlamento, que deben firmar todos los diputados que deseen constituir el grupo y en el que deben hacer constar la denominación del grupo, los nombres de todos los miembros y los de las personas que lo representan. Los diputados que no se integren en los plazos establecidos en ningún grupo parlamentario quedan incorporados directamente al grupo mixto. El problema es que el reglamento no contempla la posibilidad de ceder diputados temporalmente, lo que complica la gestión: en el Congreso y el Senado la gestión es más habitual y, sin ir más lejos, esta misma legislatura PSOE y Sumar cedieron diputados a Junts y ERC para que pudieran formar grupo parlamentario propio en ambas cámaras.

La asignación económica

Si ahora alguna formación les cediera un representante, este diputado se integraría formalmente en el espacio del grupo mixto, pero tendría libertad de voto para desmarcarse de la CUP en las votaciones parlamentarias, siguiendo las directrices de su partido. El inconveniente es que si en algún momento este diputado decidiera marcharse del grupo que constituyera la CUP, el titular del escaño ya no podría volver con su grupo parlamentario y pasaría a ser diputado no adscrito. Si la CUP no lograra grupo propio, podría crear un subgrupo parlamentario, tal y como queda recogido en el reglamento, por tener tres diputados. A efectos prácticos, los cuperos seguirían compartiendo grupo mixto con Aliança Catalana y deberían coordinarse con ellos, pero tendrían más derechos y autonomía y también, por ejemplo, voz y voto en las reuniones de la junta de portavoces. Sin embargo, la CUP quiere batallar hasta el final para conseguir grupo propio. También por una cuestión económica. La asignación que reciben los grupos parlamentarios es también mayor que la que reciben los del grupo mixto porque la subvención fija y la variable que otorga el Parlamento tiene en cuenta "la importancia numérica" ​​de cada uno de ellos a la hora de facilitar recursos humanos y materiales.

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