El Parlament examina la estabilidad del Govern

El debate de política general, que empieza este martes, medirá de nuevo la sintonía entre ERC, JxCat y la CUP

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El vicepresidente de la Generalitat, Jordi Puigneró, y el presidente, Pere Aragonès, en un pleno reciente del Parlamento .

BarcelonaDesde las elecciones del 14-F, el independentismo tiene más diputados que nunca en el Parlament (74) y blande a menudo la bandera de haber superado por primera vez la barrera del 50% de los votos en unos comicios, pero hasta hoy todo esto no se ha traducido ni en una unidad política más grande del movimiento ni en más estabilidad del Govern. El debate de política general, que empieza este martes y que durará hasta el jueves, servirá para volver a examinar el estado de la cuestión. ¿Tienen ERC, JxCat y la CUP un denominador común para hacer avanzar con solvencia la legislatura? El inicio del curso político parlamentario –será el primer pleno desde la parada estival– permitirá calcular las posibilidades de entendimiento para los próximos cuatro años. El debate también servirá para leer hasta qué punto el PSC y los comuns quieren involucrarse en la gobernabilidad catalana, sobre todo a la hora de afrontar la negociación de los presupuestos de la Generalitat, que están a la vuelta de la esquina.

El de este martes también será el primer debate de política general con Pere Aragonès al frente de la Generalitat. El del año pasado, a las puertas de la inhabilitación de Quim Torra, ya se saldó con una fotografía del independentismo que no ha variado mucho: los tres partidos discrepaban sobre cómo había que reaccionar a la decisión del Tribunal Supremo –ERC y la CUP querían elecciones y JxCat no–. De hecho, precisamente este martes se cumplirá el quinto aniversario de la última hoja de ruta compartida por todo el independentismo y que incluso subscribieron temporalmente los comuns: El "O referéndum o referéndum" que pronunció en el mismo hemiciclo el entonces presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, y que acabaría con la convocatoria del 1 de octubre de 2017. Desde entonces, más recelos que horizontes compartidos.

Pero a pesar del pronóstico reservado del momento político, Aragonès afronta el pleno como una nueva oportunidad para reivindicar su gobierno y su estrategia para afrontar el conflicto político, la de la vía dialogada con el gobierno español. Fuentes de la Presidencia explican que este martes el presidente reafirmará "la apuesta por la vía de la negociación para resolver el conflicto político con el Estado" con el referéndum y la amnistía como hitos y formulado como una propuesta para "todo el país entero". A pesar de que no constituye ninguna novedad destacada en el guion, siempre es relevante solemnizar el tema en sede parlamentaria, sobre todo después del nuevo zarandeo que ha provocado la detención y posterior liberación en Cerdeña del ex presidente Carles Puigdemont.

La principal vía para medir la unidad independentista serán las propuestas de resolución que cada grupo presenta en un debate así y que se votarán el jueves por la tarde. ERC, JxCat y la CUP ya hace días que preparan las suyas con sus propios acentos, y la cuestión será si son capaces de poner alguna en común. Los contactos han empezado, pero no será fácil. Si ERC mantiene la vía negociada contra viento y marea, la portavoz de JxCat, Elsa Artadi, ya avisaba este lunes que la detención de Puigdemont volvía a evidenciar la "poca credibilidad" de la mesa de diálogo. Los de Puigdemont no tienen previsto presentar ningún texto contrario a la mesa de negociación, pero sí que elaborarán propuestas para marcar perfil. La CUP también hace semanas que se pronuncia con críticas en el Govern por la negociación con el Estado y, de hecho, la semana pasada ya convocó asambleas territoriales para analizar los "incumplimientos" del pacto de investidura que en marzo firmó con ERC.

Más allá del Procés

A pesar de que el Procés sigue marcando una parte importante de la agenda política, Aragonès es el primero que se ha fijado el objetivo de que no lo determine todo. Así, desde el Palau de la Generalitat también se señala que el debate servirá para aportar concreciones al listado de intenciones que hizo en su pleno de investidura en clave de "reconstrucción" de la Catalunya de la pospandemia. Transición ecológica, feminismo y políticas sociales serán algunos de los temas de los cuales hará bandera. Tanto él como el vicepresidente, Jordi Puigneró (JxCat), se han propuesto aislar el Govern de las discrepancias del Procés y buscan que con las políticas del día a día el ejecutivo muestre la cohesión de la que carece cuando tiene que hablar de estrategia política.

Tampoco en este ámbito el debate de política general se prevé más plácido, puesto que se espera que todos los grupos maniobren para intentar posicionar al Parlament a favor o en contra de dos temas controvertidos que no generan consenso: la ampliación del aeropuerto de El Prat y la candidatura de los Juegos Olímpicos de Invierno. Y en este punto, las discrepancias son transversales y superan la tradicional división entre el bloque independentista y el no independentista. Por ejemplo, el PSC es un ferviente partidario de ambos proyectos, mientras que los comuns los ven con recelo con la misma intensidad. Tampoco el Govern de ERC y JxCat piensa lo mismo que la CUP.

Una parte de los focos de este martes también estarán sobre los socialistas, puesto que es el primer debate de política general desde que lideran el bloque constitucionalista después del descalabro electoral de Ciutadans. Su líder, Salvador Illa, ha combinado hasta ahora la mano extendida con la crítica frontal sin acabar de decantarse claramente por ninguna de las dos opciones. Desde los escaños del ejecutivo catalán escucharán con atención su intervención, sobre todo en el punto en el que tendría que aclarar si es seria la oferta de negociación de los presupuestos del año que viene. La Generalitat insiste que la CUP es el socio prioritario, pero los cupaires cada vez dan más señales de estar muy lejos de avalar las cuentas. Además, los comuns tampoco están muy dispuestos a hacerlo como en 2020 y dar su voto. La negociación de los presupuestos este otoño será la prueba definitiva para saber qué estabilidad tiene el Govern.

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