Pedro Sánchez evita confirmar su presencia en la mesa de diálogo
Junqueras y Rovira reivindican la negociación como la vía para obtener aval internacional
BarcelonaPasan los días y el presidente español, Pedro Sánchez, continúa sin confirmar su presencia a la reunión de la mesa de diálogo entre el Estado y la Generalitat que se tiene que celebrar el 16 o 17 de septiembre en Barcelona. A pesar de la presión que los últimos días ha hecho el president catalán, Pere Aragonès, para que asista, tampoco este domingo en una entrevista en El País Sánchez ha querido resolver la incógnita. "Lo más importante no es si voy o no; es si hay adelantos en esta mesa, y tenemos que trabajar todos", se ha limitado a responder el jefe del ejecutivo estatal, que recuerda que desde que es presidente se ha reunido con el president Quim Torra, con el mismo Aragonés y ya participó en el primer encuentro de la mesa hace más de un año y medio en Madrid. "Siempre he manifestado que mi disposición para el diálogo es total", ha resumido.
Desde el indulto a los presos políticos y la remodelación del gobierno que llevó a cabo el julio, Sánchez ha intentado dejar en un segundo término la carpeta catalana, hasta el punto de no garantizar su asistencia a la reunión. Pero en la entrevista Catalunya sí que aparece en varias ocasiones, y Sánchez insiste que su ejecutivo irá a la negociación con la Generalitat con su "agenda del reencuentro", consistiendo, explica, en "un conjunto de inversiones de financiación para aprovechar esta etapa de recuperación y modernización". Cuando se le pregunta por las palabras de Aragonès en que confiaba que se haya hecho un referéndum antes de 2030, Sánchez pasa de puntillas pero afirma que "Catalunya necesita un Govern que salga del ensimismamiento de los últimos quince años", recuperando el mantra que el problema no está entre Catalunya y España sino dentro de Catalunya. "España no tiene ningún problema con Catalunya, quien tiene un problema es el mismo independentismo con la concepción plural de la sociedad catalana", concluye.
A pesar de la tibieza de Sánchez, desde ERC su presidente, Oriol Junqueras, y la secretaria general, Marta Rovira, han redoblado este domingo la apuesta por la vía de la negociación. En un artículo en El Punt Avui explican que cada vez que las instituciones europeas se les dirigen les hacen saber de manera clara que la voluntad de negociar y dialogar tiene que ser la "bandera del independentismo", e instan a "aprovechar la oportunidad de la negociación como una de las mejores vías para hacer realidad el sueño de la República Catalana". Según Junqueras y Rovira, hay que mantener el diálogo con el Estado a la espera que las diferentes resoluciones judiciales europeas se pronuncien sobre el Procés y se pueda forzar un referéndum. "Si abanderamos esta negociación política, será la misma comunidad internacional la que avalará el independentismo", opinan.
El desgaste para Juan Carlos I
En la entrevista en El País, Sánchez hace referencia también a la situación de la monarquía a raíz de la fuga de Juan Carlos I y las investigaciones abiertas contra el rey emérito, de quien el fiscal considera que hay indicios de ser un "comisionista internacional". El presidente español admite que la actitud del exmonarca "no contribuye a la buena reputación de España" y asegura que no se hará nada para intentar frenar la investigación abierta en el Supremo. Aun así, vuelve a levantar un cortafuegos entre el comportamiento de Juan Carlos I y la figura de su hijo, el actual rey Felipe VI.
Precisamente Felipe VI presidirá este lunes el estreno del año judicial, una cita marcada por el bloqueo en la renovación del Consejo General del Poder Judicial. En la entrevista, Sánchez carga contra el PP para negarse a pactar la renovación de los órganos pendientes y lo acusa de llevar más de mil días "fuera de la Constitución".
- Una factura similar a la de 2018 La primera patata caliente del gobierno español este curso es el alza del precio de la luz. En la entrevista, Sánchez rechaza la creación de una energética pública tal y como proponen sus socios de Unidas Podemos porque no forma parte del acuerdo de la coalición, y reivindica que el ejecutivo ya ha tomado medidas para palio liar la escalada de precios. "Hemos restado unos 650 millones de euros que iban directo a la cuenta de las eléctricas para volcarlos en los consumidores", subraya, y anuncia que se está trabajando en un plan para garantizar que al final de 2021 "los españoles miren atrás y vean que han pagado en la factura de la luz una cuantía similar a la que pagaron en 2018".