Los Juegos de Invierno

El Pirineo después del fracaso de los Juegos de Invierno

Los cargos locales reclaman que las mejoras lleguen igualmente y el Govern reconoce que ya no se acelerarán

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La entrada del Túnel del Cadí, una de las puertas del Pirineu

BarcelonaEl martes por la tarde, una vez el presidente del COE, Alejandro Blanco, dijo que renunciaba a optar a los Juegos de Invierno de 2030, a algunos cargos del Solsonès y el Alt Urgell apenas les llegó la noticia. Aquella misma tarde explicaban que todos sus esfuerzos estaban destinados a sofocar los incendios que quemaban su territorio. Incluso algunos hacían de bomberos voluntarios. En aquel momento, el fin de los Juegos no era una prioridad, pero lamentaban que el fuego era una evidencia más del abandono del Pirineo, de la dejadez con los bosques. Para muchos, los Juegos eran una brizna de esperanza. Más de uno dice que en 1992 Barcelona miró por primera vez al mar. Ahora, esperaban que en 2030 Barcelona mirara hacia la montaña. ¿Se tendrán que esperar a 2034?

“Ahora estábamos en la agenda política”, dice Albert Piñeira, alcalde de Puigcerdà, que comparte con su homóloga de Tremp, Maria Pilar Cases, la desazón de haber salido. “Sin los Juegos todo costará mucho más”, lamenta. Para el alcalde de Cercs, Jesús Calderer, la ampliación de la C-16 entre Berga y Bagà también costará más. “Tenemos la sensación de que todo volverá a estar parado”, dice. El presidente del Consejo Comarcal del Pallars Sobirà, Carlos Isus, está convencido de que también será más difícil el acondicionamiento del Coll de Comiols, la principal puerta de entrada y salida de la comarca. “Ahora no hay ninguna herramienta que le dé impulso”, expone. La preocupación del alcalde de Naut Aran, César Ruiz-Canela, es el desdoblamiento de la N-230, con 600 camiones diarios. Son mejoras en infraestructuras planificadas por el Govern -y algunas en proceso de ejecución- que los Juegos de Invierno habrían “acelerado”, en palabras del presidente comarcal del Pallars Jussà, Josep Maria Mullol.

De hecho, según numerosas voces municipales, en las reuniones con el ejecutivo nunca se les han prometido estas mejoras y tampoco las ha vinculado a los Juegos. El Govern siempre ha dicho que el proyecto olímpico sería un “catalizador”, un "revulsivo". Además, en los estudios preliminares de la candidatura ya se marcaban qué infraestructuras serían necesarias y aparecía el Coll de Comiols, la C-16 y la N-230. Estas dos últimas habrían costado 1.000 millones de euros. “¿Y ahora qué?”, se pregunta el Pirineo.

Fuentes de Vicepresidencia admiten que el adiós de los Juegos puede hacer demorar algunas actuaciones, a pesar de que puntualizan que todas tienen un calendario previsto. Por ejemplo, de la C-16 están analizando las alegaciones del territorio y de las mejoras del Coll de Comiols ya se están iniciando las obras de la parte baja, en Artesa de Segre. Los Juegos habrían “acelerado” este calendario. Ahora, todo volverá al ritmo inicial. Un ritmo que los cargos locales critican. El alcalde de Cercs, por ejemplo, afirma que con la C-16 el Govern "ha vendido mucho humo”: “Desde la época del conseller Nadal [2003] hay proyectos”.

Sin embargo, el territorio no se rinde: “Tenemos que continuar luchando”, dice Cases. “Tenemos que reivindicar que todavía estamos”, afirma Piñeira. Este lunes la consellera de Presidencia, Laura Vilagrà, ha convocado la mesa territorial de los Juegos -con alcaldes y presidentes comarcales- en la Generalitat. Según la consellera, el objetivo de la reunión es presentar al Pirineo la propuesta catalana para los Juegos de 2030, pero los cargos locales van con otra idea. Viendo los Juegos como una vía muerta, dicen claramente que irán a reclamar que no se olviden de ellos, que las inversiones tienen que estar. “Sin los Juegos costará unos años más, pero lo que queremos es que se ponga en marcha la maquinaria y no pare”, afirma Cases. 

Más mejoras

De todas las inversiones que el Govern preveía, buena parte dependían del Gobierno español. El ejemplo más claro es el de Cercanías, puesto que se preveían, entre otras, mejoras en la R3. Según fuentes del ministerio de Transportes, la Generalitat no ha hablado con ellos de estas previsiones. “Trabajamos en el corto plazo”, exponen las mismas voces. Aun así, el ministro de Cultura y Deportes, Miquel Iceta, dejó claro el miércoles que el Gobierno español había dado el aval institucional a la candidatura, pero también el económico. Sea como sea, desde Transportes esgrimen que las reformas en la red de Cercanías ya se están iniciando sin esperar a los Juegos. La R3, para el alcalde de Puigcerdà es una inversión prioritaria. De Sants a Puigcerdá en tren hay tres horas. En coche, dos.

Que se rebaje este tiempo ayudaría al Hotel Solana, a la entrada de Ripoll. Uno de sus propietarios, Toni Oriol, explica que para la hostelería los Juegos eran “como cantar bingo”. Incluso expone que, si se hubieran oficializado, habrían planificado una serie de acciones para ponerse al día. En cambio, Laia Blasi, presidenta de la Asociación de Empresarios del Alt Urgell, dice que no puede ni lamentar la renuncia ni alegrarse: “No nos han explicado nada. No sabemos qué suponían”.

Más allá

Pero los compromisos del Govern con la llegada de los Juegos iban mucho más allá de las carreteras y los trenes. En enero de este año el ejecutivo elaboró un documento en el que se consideraban acciones como la rehabilitación de viviendas, el impulso del sector primario o la mejora de escuelas. Actuaciones tanto o más importantes para el territorio que las infraestructuras: “La gente se marcha porque no se puede ganar la vida”, lamenta Isus. Con los Juegos, en palabras de Piñeira, veían la oportunidad de destinar las villas olímpicas a alquileres asequibles. Casas añade que creían que se podría conseguir que la fibra óptica llegara a todo el Pallars Jussà (continúa siendo un compromiso de legislatura para el Govern). Todo esto no tanto por el simple hecho de que llegaran las pruebas olímpicas, sino porque creen que con el horizonte de 2030 el Govern tendría la obligación de mirar permanentemente durante unos años al Pirineo. Lo resume Carlos Isus: “Por inercia, cuando pones el foco en un lugar siempre lo tienes presente a la hora de aprobar presupuestos. Dicen: «Ep, allí tenemos un tema pendiente»”.

Pastos en el Ripollès.
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