Inmigración

El PP quiere la mano dura de Italia y Grecia para contener a los inmigrantes

Varios expertos consultados por el ARA ponen en duda que se puedan considerar modelos de éxito y critican que se haga política "partidista" con este asunto

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Inmigrantes rescatados en el Mediterráneo llegando el pasado marzo a Catania, Italia

Madrid"Meloni ha gestionado la inmigración mucho mejor que Sánchez". Esto es lo que sostiene Alberto Núñez Feijóo, que sitúa tanto a Italia, gobernada por la extrema derecha, como a Grecia, con un gobierno conservador con quien se ha reunido este viernes, como referentes en política migratoria. El motivo esgrimido por el líder del PP es que ambos países de la frontera sur de la Unión Europea, a diferencia de España, "han reducido el número de llegadas irregulares". Según datos de las autoridades estatales recogidas por la Organización Internacional de las Migraciones, en Italia han llegado 42.006 personas por mar entre enero y agosto de 2024, y en España 33.481, de las que 25.524 en las Islas Canarias. En términos absolutos, la cifra de llegadas italiana es superior, si bien es cierto que en el caso español supone un aumento en relación con el mismo período de 2023 (10.000 personas más) mientras que en Italia hay una disminución de más de 70.000 .

Evolució del flux migratori per vies irregulars al Mediterrani
Migrants arribats per mar anualment durant el període comprès entre el gener i l'agost

"¿La bajada es por las políticas de Meloni? Puede que sí, pero yo creo que es un componente minoritario", sostiene en una conversación con el ARA Francesco Pasetti, investigador principal del área de migraciones de CIDOB, que argumenta que en el 2023, cuando ya gobernaba la presidenta italiana, se registró la tendencia inversa y se duplicaron las llegadas respecto al año anterior. Pasetti apunta que el "principal factor" del bajón del 2024 son las "medidas brutales" que está adoptando el gobierno de Túnez contra los inmigrantes subsaharianos que atraviesan el país de camino a la UE por la ruta del Mediterráneo central. Según datos de Frontex, en los primeros siete meses de 2024 esta ruta ha reducido en un 64% el flujo, mientras que la de África occidental, que afecta a Canarias, ha crecido un 154%. Una situación que ha hecho que el papa Francisco se plantee viajar al archipiélago. La directora de políticas migratorias en Instrategies e investigadora asociada del GRITIM-UPF, Gemma Pinyol-Jiménez, subraya que estas vías "van cambiando" y la explicación es necesario buscarla más allá de lo que puedan hacer los países de acogida. "También tiene que ver con los contextos geopolíticos del mundo", remarca. En el caso de la ruta canaria, por ejemplo, impacta "un incremento de la inestabilidad en Senegal y Malí".

En el pacto suscrito entre Feijóo y el gobierno canario para presionar a Pedro Sánchez ante lo que consideran un "descontrol migratorio" en España, se pide justamente "impulsar acuerdos" con estos estados "siguiendo lo que ya están haciendo países como Italia, o los modelos de cooperación UE-Túnez". "Todos los países realizan las políticas de externalización del control migratorio de Meloni para bloquear su llegada, pero ella se ha desplazado más allá la línea roja", reflexiona Pasetti, el investigador de CIDOB. La pregunta a responder, añade, es "dónde se pone el límite" en relación con los actores con los que se negocia y "hasta qué punto se está dispuesto a asumir violaciones de derechos humanos y pérdidas de vidas". Pinyol-Jiménez apunta que la política de Meloni "de alejamiento de embarcaciones" hacia países como Libia implica hablar con "actores de dudosa legalidad". La investigadora recuerda, además, las críticas de Feijóo a la gira africana de Sánchez de este verano cuando visitó tres países de origen de la ruta que conduce por mar al archipiélago, alegando que la propuesta de ción del jefe del ejecutivo generaba un "efecto llamada".

"Lo que está ocurriendo es que se está aprovechando para hacer política partidista y no migratoria", lamenta Pinyol-Jiménez. "Deberíamos dejar de plantear este tema como una emergencia y dejar de instrumentalizarlo políticamente", defiende también el investigador del CIDOB, quien cree que el "modelo migratorio italiano no hay por dónde cogerlo" y ponerlo de ejemplo responde a "una retórica política con fines propagandísticos". Pasetti cree que habría que "preguntar a Feijóo si estaría dispuesto a aplicar un procedimiento que perjudica el derecho de asilo, cuya legalidad está siendo cuestionada", en referencia también a la creación de dos centros en Albania para llevar a inmigrantes interceptados en zona italiana, y en "hacer la vida imposible en los barcos de las ONG" como hace Meloni. "Estamos hablando de cosas que en términos de implementación todavía no hemos visto sus efectos" en la reducción de llegadas, pero que ponen en riesgo la seguridad de los inmigrantes, subraya la directora de políticas migratorias en Instrategies. Pasetti subraya, además, que estas políticas "securitarias" pueden tener "eficacia a corto plazo" y pueden desplazar a los flujos de migrantes a otras rutas, pero que "se acaban reajustando a largo plazo".

El caso de Grecia

En cuanto a Grecia, ambos investigadores cuestionan que pueda ponerse como modelo. Según los datos de la OIM, las llegadas por mar han crecido en los primeros ocho meses del año hasta las 26.836. En el mismo período de 2023 fueron 14.850. Los datos de Frontex revelan que la ruta del Mediterráneo del este, que afecta a este país, se incrementó un 57%. El viaje de Feijóo para reunirse con el primer ministro griego, Kyriakos Mitsotakis, responde más, en palabras de Pasetti, a un intento de mostrar unidad con países de frontera gobernados por la derecha que a que pueda situarse como un caso de éxito reproducible. "Creo que importa poco la eficacia de las políticas y que lo hace más demostrar a la opinión pública una posición fuerte y resolutiva ante un tema que es tratado como una crisis de emergencia, pero que es de carácter permanente al menos desde de 2014", concluye el investigador de CIDOB.

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