ANÁLISIS

¿Por qué el PSC debería cambiar la rosa de su logo por una grúa

Salvador Illa visita las obras de una promoción de viviendas en Viladecans.
10/02/2025
Subdirector y delegado en Madrid
2 min
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BarcelonaSi hay algo que forma parte del ADN del PSC de forma inequívoca es la pasión por la obra pública. Y los casos del Ayuntamiento de Barcelona y la Generalitat lo ejemplifican a la perfección.

Cada partido tiene su cultura política y sus banderas. El PP o Junts hablan a menudo de rebaja de impuestos o reducir la burocracia. Los comuns y ERC hacen más bandera de la defensa del territorio y de contratar a maestros y médicos. Por el contrario, el PSC tiene una fe casi religiosa en los efectos positivos de la inversión. Por eso cuando llegan a los gobiernos, su obsesión es aumentar esta partida y poner el dinero público a funcionar. Las cuentas del Ayuntamiento de Barcelona de 2024, de 3.807 millones, destinaban 777,6 millones a la inversión. Y a fe de Dios que se nota. Hay obras en marcha por toda la ciudad.

Esta pulsión inversora también la quiere aplicar ahora Salvador Illa en toda Catalunya, mediante el plan presentado la semana pasada para invertir 18.500 millones en cinco años. El ideólogo del plan es Albert Dalmau, conseller de Presidencia, y artífice también del impulso de la inversión en Barcelona. Y la joya de la corona tiene que ser, sin duda, el aeropuerto.

Informes europeos

A diferencia de la época de la Gran Recesión, ahora los socialistas consideran que el viento sopla a favor de sus políticas, citando como autoridad tanto el informe Draghi como el informe Letta, que proponen una especie de New Deal europeo. El hecho de que Alemania no levante cabeza después de años de gobiernos conservadores y reacios a gastar es también un argumento de peso. En Bruselas y Estrasburgo los socialdemócratas alemanes se lamentan de que a ellos les ha tocado vivir el desastre provocado por años de poca inversión en infraestructuras. Y alucinan cuando ven la red viaria y de AVE española. Las autopistas alemanas, antes la envidia de Europa, están hoy colapsadas.

El entusiasmo por la obra pública también conecta con el ADN municipalista del PSC. Los alcaldes socialistas aman las grúas y las inauguraciones de obras porque son sinónimo de votos. "Este alcalde hace cosas para el pueblo", es la frase que más les gusta oír. En su concepción, el ciudadano debe ver con sus propios ojos que el dinero público luce, emplea y mejora el entorno. Illa está convencido de que la decadencia económica que él atribuye al Procés se debe también a que ni Junts (y antes CiU) ni ERC pusieron toda la carne en el asador con la inversión (obviando los incumplimientos del gobierno español).

Subir el sueldo a los funcionarios (maestros, médicos, etc.) forma parte más del ADN del PSOE, pero no tanto del PSC, que tiene un enfoque igual de intervencionista pero más liberal en esta materia (véase la prohibición del teletrabajo a los altos cargos). La grúa es, realmente, la bandera tangible que los distingue y lo que los ciudadanos primero notan cuando gobiernan y hay dinero. Y ahora hay. Y donde usted puede que ahora vea incomodidad y colas, ellos ven un país en marcha.

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