El PSOE carga contra un pacto que cree que le da munición de cara al 23-J

MadridEl acuerdo entre el PP y Vox para formar gobierno en el País Valenciano se ha producido mientras estaba en marcha la rueda de prensa del consejo de ministros en la Moncloa y poco después de que Alberto Núñez Feijóo acabara el acto de presentación de las cabezas de lista en Aranjuez. En los dos lugares el efecto fue el mismo. Como si hubiera caído una bomba. En la Moncloa, la portavoz, Isabel Rodríguez, no podía esconder su sorpresa ni tampoco su indignación. "Si se consuma será el pacto de la vergüenza por incluir un condenado por violencia de género", ha dicho cuando todavía no era consciente de que el líder de Vox en el País Valenciano, Carlos Flores, no formará parte del ejecutivo y será candidato de la extrema derecha a las elecciones generales del 23-J. En Aranjuez Feijóo no hizo mención del asunto, igual que la secretaria general, Cuca Gamarra.

Una vez digerida la información, fuentes de la Moncloa se mostraban muy contundentes y quitaban hierro al hecho de que Flores no sea consejero de Mazón: "Ahora se demuestra que no tienen escrúpulos y que se trata de ocupar el poder al precio que sea, incluso usando la violencia de género como moneda de cambio". A la misma hora, la portavoz del PSOE y ministra de Educación, Pilar Alegría, hacía declaraciones en la misma línea y con un tono incluso más vehemente: "La coherencia del PP es inexistente y su cinismo es absolutamente vergonzoso. Desde el 2003 hay más de 1.200 mujeres asesinadas por violencia machista, y ellos han pactado con un partido que rechaza que exista esta violencia. Les tendría que dar vergüenza. Me da igual si está en una consejería o si lo llevan de cabeza de lista por Valencia, este señor [Carlos Flores] está condenado por violencia de género", insistía.

Génova bendice el pacto

El portavoz del PP, Borja Sémper, había dicho este lunes que su partido consideraba una "línea roja" la participación de Flores en un ejecutivo de coalición en el País Valenciano. "Consideramos que un condenado por violencia de género no tendría que dedicarse a la política", afirmó. En realidad, Flores continuará en la política activa como cabeza de lista de Vox por Valencia. "Lo que han hecho es mover la línea roja", comentaban irónicos en la Moncloa.

En todo caso, lo que se interpretó como un mensaje que podía entorpecer el entendimiento entre PP y Vox en Valencia en realidad ha actuado como un acelerador. Desde Génova se había lanzado el mensaje estos días de que no había prisa por cerrar los acuerdos con Vox, pero a la vez se daba libertad de acción en los diferentes territorios. El PP valenciano ha recogido el guante y, una vez ha conseguido el paso al costado de Flores, no ha querido alargar la incertidumbre.

Ni Feijóo ni Gamarra han dado la cara todavía pero fuentes del partido dejaban claro que la operación ha tenido el visto bueno del dirigente gallego. "Hemos conseguido echar al PSOE y Compromís del gobierno y a la vez también a Carlos Flores", argumentan fuentes de Génova. En el PP están convencidos de que los pactos con Vox no los penalizan y ponen como ejemplo los resultados en Castilla y León. Consideran que tienen vía libre. Es más, confían en que los pactos PP-Vox acaben beneficiando a Feijóo como líder del partido que lidera las encuestas y el único que puede encabezar un gobierno fuerte.

En el PSOE, en cambio, creen que el pacto de Valencia les da munición a seis semanas de las elecciones. Ahora Feijóo ya no podrá hacer ver que no tiene intención de pactar con Santiago Abascal, consideran, y por lo tanto se centrarán en movilizar al electorado de izquierdas que todavía veía esta posibilidad como remota. La gran esperanza de los socialistas son los debates y los frente a frente. Son conscientes de que lo tienen difícil, pero hoy creen que el PP les ha puesto en bandeja la campaña que Pedro Sánchez tiene en la cabeza desde el primer día: o gobierno de izquierdas o PP-Vox.