Podemos recula para reconducir la crisis sobre Ucrania

Yolanda Díaz e Ione Belarra hablan en las últimas horas para intentar rebajar la tensión

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El presidente español, Pedro Sánchez, y la ministra de Igualdad, Irene Montero, esta tarde en el acto por el 8M en Madrid

MadridLa guerra en Ucrania y, en concreto, el envío de armas a la zona de conflicto ha sido el último encontronazo entre los dos socios del gobierno español. Esta vez, sin embargo, ha ido algo más allá y también ha dividido internamente al socio minoritario, Unidas Podemos. El pasado miércoles, el presidente español, Pedro Sánchez, anunció en el pleno del Congreso que, finalmente, el ejecutivo español sí se ponía junto al resto de países de la OTAN y enviaría armas a Ucrania. Ni diez minutos después salía la secretaria general de Podemos y ministra de Derechos Sociales, Ione Belarra, a desmarcarse del jefe del ejecutivo y también de la vicepresidenta primera, Yolanda Díaz, que poco rato después cerraría filas con Sánchez. La grieta se iba haciendo más profunda con el paso de los días, sobre todo dentro del espacio lila. Hasta que este lunes, la coportavoz de Podemos, Isa Serra, ha salido en rueda de prensa a escenificar el retroceso de los lilas: ha apoyado la posición del gobierno, a pesar de admitir discrepancias al respecto.

El domingo la ministra Belarra y la titular de Igualdad, Irene Montero, fueron especialmente duras en contra del envío de armas y la líder de Podemos tildó las formaciones que lo defienden de "partidos de la guerra". Unas palabras que desde el partido lila admiten que no fueron las adecuadas para responder a Sánchez –que había dicho que ayudar militarmente a Ucrania era estar en el lado correcto de la historia– y que tampoco gustaron ni en el PSOE ni a Yolanda Díaz, que este mismo domingo habló con Belarra para intentar rebajar la tensión en el seno de Unidas Podemos, pero también con los socialistas. Horas después, Isa Serra matizaba las palabras de la ministra de Derechos Sociales y aseguraba que no se refería al PSOE cuando hablaba de "partidos de la guerra", sino al "fervor belicista" de la derecha y a la "presión enorme" que hay dentro de la Unión Europea por profundizar en esta vía.

Varias voces admiten que desde el miércoles ha habido tensiones dentro del espacio lila. Fuentes de Podemos argumentan que el partido no podía quedarse con los brazos cruzados y que tenía que dar voz a todas las personas que defienden no dar alas al conflicto bélico. Así, la dirección decidió desmarcarse públicamente de la posición del PSOE, a pesar de que quien coordina el espacio de Unidas Podemos y también la relación con los socialistas, Yolanda Díaz, hubiera decidido no hacer batalla de esta cuestión y cerrar filas con Sánchez. "Ha habido tensiones, pero se han reconducido", apunta un dirigente de este espacio.

Junto a Díaz, se habían puesto el ministro de Consumo, Alberto Garzón, y también el de Universidades, Joan Subirats. Y este mismo lunes también lo han hecho los comuns. En una entrevista en RAC1, la alcaldesa de Barcelona y líder de Catalunya en Comú, Ada Colau, ha calificado "de adecuadas y sensatas" las declaraciones de la semana pasada de la vicepresidenta primera. Con todo, varias voces de los comuns admiten que ha habido debate dentro del espacio, pero que mayoritariamente se ha acabado imponiendo el criterio de blindar el gobierno de coalición y no profundizar en las discrepancias con el PSOE, a pesar de que la misma Colau ha admitido "contradicciones" en este debate.

El acto por el 8-M

El retroceso de Podemos se ha escenificado también esta tarde en un acto organizado por el Instituto de las Mujeres del ministerio de Igualdad con motivo del 8-M en el cual han entrado juntos el presidente español, Pedro Sánchez, e Irene Montero, una de las voces del espacio lila que ha sido más beligerante con el envío de armas. También estaba la ministra Ione Belarra. Fuentes del partido lila aseguran que con esta imagen se da por cerrada la tensión con el PSOE, que esta mañana ha tenido un nuevo episodio cuando la ministra de Defensa, Margarita Robles, ha acusado a Belarra y Montero de tener una "visión pequeña e insolidaria".

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