Elecciones en Galicia

Analfabetos en gallego cuando terminan la secundaria: la nueva realidad en Galicia

La lengua vive un proceso de declive especialmente acusado en las generaciones más jóvenes

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MadridCuando Xosé Paulo Rodríguez llegó a A Coruña para trabajar en el Ayuntamiento, hace ya casi 15 años, se encontró que empezaba a hablar y los demás trabajadores le decían: "¡Ah, eres gallego!" Al ver que la reacción se iba repitiendo, acabó contestando: "Y vosotros, ¿de dónde estáis?" Resulta que todos eran coruñeses, pero ya tenían el hábito de utilizar el castellano. El director del Teatro Rosalía de Castro utiliza esta "anécdota significativa" para explicar lo residual que es el uso de la lengua propia en el ámbito de la administración a nivel relacional, aunque de cara afuera el gallego sea el idioma que se utiliza institucionalmente y predominio en la política gallega. Salvo Mariano Rajoy, en el Parlament no se oye castellano en los discursos, y en los mítines de la campaña electoral del 18-F el gallego es la lengua única o mayoritaria de todos los partidos. Sin embargo, una radiografía más amplia permite ver que está en declive.

El Instituto Gallego de Estadística (IGE) hace informes cada cinco años sobre esta cuestión y en septiembre se publicará el del 2023, por lo que los últimos datos disponibles son del 2018. El dato que más preocupa es que casi un 24 % de los niños de hasta 14 años conocen poco o nada la lengua propia. "Tenemos analfabetos en gallego cuando terminan la secundaria", lamenta con rotundidad Suso Bermello, secretario general de CIG Ensino, sindicato mayoritario en el sector educativo. Su diagnóstico es que el deterioro de la presencia del gallego en las aulas forma parte de un "plan perfectamente planificado y orquestado por el PP" a partir del 2009, cuando el partido conservador recuperó la Junta de Galicia de la mano de Alberto Núñez Feijóo, tras una legislatura del bipartito PSdeG-BNG.

El decreto de Feijóo

Feijóo aprobó el decreto de plurilingüismo en 2010 –todavía vigente–, que, bajo el pretexto de potenciar el inglés, reduce al gallego a un tercio de las horas de clase y lo excluye de las asignaturas de matemáticas, física, química y tecnología en primaria y secundaria. "Es el único territorio con lengua propia donde existe prohibición en determinadas materias", contextualiza el portavoz de la Mesa pola Normalización Lingüística, Marcos Maceira. En los programas electorales de las principales formaciones que concurren este 18-F, BNG y Sumar explicitan que derogarán esta norma si gobiernan, mientras que los socialistas prometen la "revisión del actual modelo de centros plurilingües". Al candidato del PP, Alfonso Rueda, en los últimos días se le ha reprochado que el domingo antes de que empezara la campaña electoral de los primeros comicios que ganó Feijóo, en el 2009, participara en una manifestación de la asociación españolista Galicia Bilingüe, que contó con la presencia de Albert Rivera y Rosa Díez.

Según el PP, no hay un problema con el aprendizaje del gallego en las aulas, aunque los expertos del sector así lo indiquen. "La pérdida del gallego en los adolescentes, que es cuando adquieren el pensamiento formal y el crecimiento cognitivo, es más agudizada. Pero a nivel infantil empieza ya de forma grave", asegura el sociolingüista Xaquin Louredo, miembro de la Real Academia Galega. Es decir, valida la afirmación de que los niños entran en la escuela hablando en gallego y salen hablando en castellano. Sin embargo, para la formación conservadora el retroceso del gallego es fruto de la libre elección que cada persona realiza después de la etapa educativa. Los datos de uso habitual dicen que el 52,3% de la población se expresa siempre o más en gallego que en español y un 47,7% a la inversa. Cuestionarios anteriores del IGE indicaban que en 2008 era el 57% y en 2003 un 61% a favor del gallego. Tal y como puede verse en el gráfico, lo más indicativo es la información por edades, que refleja cómo se va perdiendo el uso de la lengua propia en las generaciones más jóvenes.

La ruptura de la transmisión generacional

Tradicionalmente, la transmisión familiar es la que ha mantenido altas cuotas de conocimiento del gallego –más allá del declive, se habla más que el catalán y el euskera en sus respectivos territorios–, pero los expertos también han detectado que este hilo se ha roto. No en el ámbito rural, donde los niveles de monolingüismo son altos, pero sí en las ciudades y en las periferias urbanas. "Si haces una encuesta, la gente diría que el gallego tiene mucho prestigio. Sin embargo, cuando haces experimentos ves que a nivel implícito no es así y que se mantienen unos prejuicios hacia el gallego, a partir de los cuales es mejor ir cambiando al castellano. Y ese proceso en la familia se produce de forma natural", asegura Louredo. Ahora mismo, está construyendo el programa Modo galego, actívao, que pretende modificar los prejuicios de los adolescentes y celebra que está "empezando a funcionar".

El fenómeno de la diglosia –elegir una lengua u otra en función de la formalidad del contexto– lo ha vivido en el ámbito sanitario Iago, un médico que ahora trabaja en Valencia y donde ha encontrado similitudes con el que ha experimentado en los hospitales de Santiago de Compostela y Vigo. En conversación con el ARA, explica una situación recurrente: los pacientes iniciaban la conversación en castellano, pero cuando él utilizaba el gallego, cambiaban y todo era más fluido. "La asistencia sanitaria es un acto muy privado y expresar sensaciones en un idioma que no es el tuyo es complicado", subraya. En otros ámbitos como el de la justicia, la presencia del gallego está prácticamente desaparecida. "Los jueces que trabajan en gallego tienen el doble de trabajo porque las aplicaciones informáticas no están preparadas", anota la experta en derecho lingüístico Alba Nogueira.

Por su parte, en el sector cultural existe una tradición popular muy ligada al gallego y existen ayudas para las propuestas en la lengua propia. Sin embargo, algunas voces alertan de que esto acaba siendo una especie de arma de doble filo, una salvación ya la vez una condena, si no va acompañado de una apuesta estructural por potenciar la cultura en gallego. "La proyección exterior es prácticamente inexistente", denuncia la escritora Berta Dávila. Por el contrario, algunas pequeñas batallas dan una brizna de esperanza: la televisión pública gallega abrirá una aplicación infantil y juvenil y, más allá de las instituciones, existe un circuito notable de grupos y festivales musicales en gallego y se abren paso creadores de contenido en las redes sociales. "Es un momento crítico en el que se puede pasar de lengua mayoritaria a minoritaria", avisa Xaquin Louredo.

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