Sánchez aplaca la oposición territorial con las medidas contra la guerra

Aragonès planta a Felipe VI pero asiste a La Palma por la "situación excepcional"

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El presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, interviniendo en la conferencia de presidentes autonómicos a la isla de la Palma

MadridLa guerra en Ucrania sobrepasa la dinámica de confrontación habitual de la política española. Pedro Sánchez primero reclamó unidad por la pandemia y ahora el conflicto bélico en el este de Europa le ha dado un nuevo argumento para intentar diluir la oposición. Más o menos, lo ha conseguido: el incremento de precios y la crisis humanitaria han provocado que el presidente español y los de las comunidades autónomas hayan aparcado las diferencias con el objetivo de encontrar soluciones. Incluso el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, ha ocupado la silla de Catalunya en la Conferencia de Presidentes celebrada este domingo en la isla de La Palma una década después de que Artur Mas lo hiciera por última vez de manera presencial. Sin embargo, el líder catalán ha evitado la fotografía con Felipe VI y se ha ausentado del encuentro previo con el monarca.

Sánchez tampoco ha encontrado una actitud hostil en los líderes del PP el día que Alberto Núñez Feijóo se ha estrenado como presidente virtual de la formación conservadora. Solo la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, ha querido marcar perfil reclamando que parte del presupuesto del ministerio de Igualdad se destine a rebajar la factura de la luz. Feijóo, todavía presidente de la Xunta, ha explicitado una "voluntad inequívoca" de llegar a acuerdos con el ejecutivo del Estado para acoger refugiados y paliar la inflación, si bien ha advertido que las promesas de Sánchez no pueden quedarse en "meras declaraciones de intenciones".

El líder del PSOE ha planteado una actuación coordinada de todos los territorios en varios ámbitos, ante una guerra "larga y con riesgo de cronificarse", según ha expuesto. En una declaración previa a la reunión, Sánchez ha puesto de ejemplo la UE para reclamar la "máxima unidad" a los líderes autonómicos. El resultado se ha traducido en la declaración de La Palma, un documento de cuatro puntos aprobado por unanimidad que apuesta por un plan integral para hacer frente a la crisis. Se trata de un "compromiso político de mínimos", en palabras de Aragonès, pero que es todavía "insuficiente" porque le falta "concreción". El president ha explicado que este texto ha sustituido el borrador que había preparado el gobierno español porque contenía medidas más específicas que suponían una "invasión competencial".

En cuanto a su contenido, uno de los ámbitos más urgentes es el de la acogida de refugiados: el presidente español ha prometido recursos económicos a las comunidades y ha anunciado la posible instalación de un nuevo centro en Málaga, que se sumaría a los ya previstos en Barcelona, Madrid y Alicante. Las cifras con las que trabaja el ejecutivo son dedicar 5.400 plazas del sistema estatal y 12.800 de proporcionadas por las administraciones autonómicas y locales. La cuantía del fondo para las comunidades es todavía una incógnita, porque no se sabe cuántas decenas de miles de refugiados llegarán al Estado.

Según indica el comunicado conjunto, las comunidades autónomas se comprometen a apoyar a Sánchez de cara al próximo Consejo Europeo que tendrá lugar los días 24 y 25 de marzo. Allí defenderá desvincular el mercado del gas de la fijación del precio de la electricidad con el objetivo de que Bruselas se avenga. En materia energética, el gobierno español mantiene la rebaja fiscal para atenuar el precio del recibo de la luz y deja la puerta abierta a otras medidas. Los presidentes del PP han reclamado un tipo superreducido para el IVA de la electricidad y el gas y que se pida a la UE una reducción excepcional del impuesto de hidrocarburos y el del IVA de la gasolina y el petróleo.

También ha obtenido el aval de los presidentes autonómicos para dejar por escrito que "es esencial dejar al margen las discrepancias partidistas y aprovechar al máximo la oportunidad para que los fondos europeos lleguen de verdad a todos los rincones del país". El documento concluye así: "La Conferencia de Presidentes, como clave de bóveda del Estado autonómico, da así el primer paso para lograr un plan integral de respuesta a la crisis que se irá poniendo en práctica a través de los órganos de cooperación".

Las relaciones Generalitat-Moncloa

En cuanto a la participación catalana, Aragonès ha subrayado que su presencia "excepcional" se debía, precisamente, al hecho de que no se vive una situación de normalidad. Así, ha desvinculado su asistencia del conflicto político entre Catalunya y el Estado. "La normalización de las relaciones con la Moncloa dependerá del reconocimiento del derecho de autodeterminación y una ley de amnistía", ha dicho en declaraciones a los medios, cuando le han preguntado si su presencia se podía interpretar como una manera de relegar a un segundo plano la hoja de ruta independentista. "Nuestro planteamiento es de antes de esta situación de guerra, y los objetivos se mantienen", ha insistido el president de la Generalitat.

El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, en la conferencia de presidentes en La Palma

En el encuentro, el jefe del ejecutivo catalán ha expuesto una lista de veinte medidas que ya había avanzado el sábado. Entre ellas, ha puesto énfasis en la necesidad de crear un fondo para las comunidades autónomas para sufragar la acogida de refugiados y ayudar a las familias y empresas más afectadas por las consecuencias de la guerra. En este sentido, Aragonès ha defendido conceder ayudas directas para garantizar la liquidez de los negocios, alargar los ERTE, prohibir el corte de suministros hasta finales de año a las personas vulnerables y actuar contra la escalada de precios en el sector primario.

A nivel energético, el presidente catalán ha apostado por intervenir sobre las empresas hidroeléctricas y controlarlas directamente desde la administración de manera temporal. Aragonès también ha hecho un llamamiento a destinar los fondos europeos a ámbitos que favorezcan la autonomía estratégica de la Unión Europea como los chips, el hidrógeno verde y la computación cuántica. Uno de los puntos importantes en relación con la cuestión energética es la voluntad de recuperar el proyecto MidCat para abastecer el continente de gas proveniente del norte de África, siempre que pueda canalizar hidrógeno renovable. Además, Aragonès ha reivindicado las competencias propias de Catalunya a la hora de tomar medidas.

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