Balance del 2021

Sánchez cierra el año relegando el diálogo con Catalunya a un segundo plano

El presidente español pide "sentido de estado" a sus socios de gobierno para validar la reforma laboral

El presidente español, Pedro Sánchez, este miércoles durante el balance de final de año

MadridEl 22 de junio Pedro Sánchez llegaba al final de un camino que hacía meses que allanaba: indultaba a los presos políticos después de casi cuatro años en prisión. Era la primera piedra para recomenzar y abordar el conflicto político al margen de los tribunales. El siguiente paso era retomar la mesa de diálogo que había quedado interrumpida por la pandemia, y el 15 de septiembre llegaba la fotografía de los dos equipos, del gobierno español y el catalán, en el Palau de la Generalitat. Pero han ido pasando los meses y la Moncloa ha ido dando señales de que, después de haber indultado a los presos políticos, el conflicto catalán ha dejado de ser una prioridad. Y lo ha certificado este miércoles el presidente español, que ha cerrado el año defendiendo la idea de que ahora la gestión de la pandemia es incompatible con retomar inmediatamente el diálogo con la Generalitat.

Catalunya ha pasado a segundo plano y la prueba es que el discurso del balance del 2021 que el jefe del ejecutivo español ha hecho este miércoles en la Moncloa no ha incluido ni una referencia al conflicto catalán. Se ha tenido que pronunciar, eso sí, en el turno de preguntas de los periodistas. Muy diferente fue hace un año, cuando antes de cerrar el 2020, y apenas iniciando la vacunación en todo el Estado, Sánchez abrió por primera vez la puerta a conceder los indultos a los presos. Medio año después de su liberación, en Catalunya se vive con una "normalidad mejor" que la de hace cuatro años, ha señalado este miércoles el presidente español, y ha sustentado así la tesis de que el diálogo para resolver el conflicto político puede esperar.

De hecho, es previsible que la tercera reunión de la mesa de diálogo, que estaba prevista para principios de año, tenga que acabar posponiéndose. Y es que el encuentro no figura entre las "prioridades urgentes" que tiene el ejecutivo español, tal como ya apuntaba este lunes el portavoz del PSOE, Felipe Sicilia. Con la virulencia de la pandemia de escudo y las elecciones en Castilla y León del 13 de febrero como telón de fondo, Sánchez tampoco lo ha querido concretar. "Ya les diremos cuándo se reunirá la mesa. Se reunirá seguro, pero es de sentido común que tenemos que dejar unas semanas para trabajar en lo que realmente importa ahora mismo a la ciudadanía, que es la sexta oleada y consolidar la recuperación económica", ha dicho Sánchez. "Es probable que las prioridades más urgentes de la Generalitat y del gobierno español sean otras", ha acabado admitiendo.

Sus palabras llegaban después de que el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, redoblara el domingo la presión al ejecutivo español para que de la mesa de diálogo salgan los primeros resultados "tangibles". "Probablemente, discrepemos en esos resultados tangibles", le ha replicado el presidente español. ¿Cuáles son los que espera la Moncloa? "Nosotros defendemos superar el Procés, no tener dos bloques de la sociedad catalana divididos", ha detallado. "Probablemente no, seguro que discrepamos de la tangibilidad de los resultados de la mesa", ha sentenciado Sánchez. Con todo, ha querido remarcar que su gobierno "no renuncia" al diálogo con la Generalitat. Pero para su socio, Unidas Podemos, esto es insuficiente. En una entrevista a Europa Press, el presidente del grupo lila en el Congreso, Jaume Asens, ha pedido a Sánchez "avanzar en la agenda social, territorial y democrática" de cara al año que viene, a pesar de que ha defendido no "caer en prisas ni poner fechas".

Presión a los socios por la reforma laboral

Sánchez ha acabado el año con los presupuestos del Estado validados y con pacto entre sindicatos y patronal para la reforma laboral –uno de los acuerdos más importantes y a la vez espinosos de la legislatura– bajo el brazo. Ahora es el Congreso de los Diputados quien tiene que validar la propuesta consensuada con los agentes sociales y, de momento, los socios del ejecutivo no la avalan. Sin mencionarlos, el líder socialista ha pedido a ERC, el PNV y también EH Bildu que tengan "sentido de estado" y voten a favor de una reforma que "transciende ideologías e interpela a todas las fuerzas políticas". Da por perdido, en cambio, un pacto con el PP para desbloquear la renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ). "Con esta oposición es altamente improbable un acuerdo", ha afirmado, recriminando a los populares que bloqueen cualquier pacto y acusándolos de estar incumpliendo la Constitución.

Sánchez se ha resistido una vez más a valorar los rumores sobre un posible regreso del rey emérito a España después de que la fiscalía suiza le archivara una de las causas –el ministerio público español mantiene abiertas tres investigaciones pero también se inclina por su archivo–. Ha evitado cualquier referencia a Juan Carlos I y se ha limitado a reconocer "el ejercicio de transparencia y ejemplaridad" de Felipe VI en una intervención que buscaba rehuir temas espinosos. Y es que el objetivo este miércoles era otro: sacar pecho de la gestión de la pandemia, sobre todo de la estrategia de vacunación, y aprovechar para volver a pedir confianza a sus socios de gobierno para dar "estabilidad" a los dos años de legislatura que quedan. En este sentido, ha intentado poner cifras al cumplimiento del ejecutivo de sus compromisos. El gobierno español ha actualizado el informe Cumpliendo, que presentó por primera vez el año pasado, y ha subrayado que ha cumplido el 42,7% de los 1.481 compromisos que se había marcado esta legislatura. De los 428 compromisos que se habían marcado el PSOE y Unidas Podemos cuando sellaron el acuerdo para el gobierno de coalición, según el documento, se han cumplido un 44,4%.

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