Los socios dejan solo a Sánchez ante los ataques de la derecha
Feijóo amenaza con el UCO: "Ábalos fue el principio, pero Cerdán no será el final"
MadridPedro Sánchez está "tocado" por el caso Santos Cerdán, pero no tiene intención de echar la toalla. Ahora bien, aunque de momento ninguno de sus socios parlamentarios está dispuesto a darle la estocada final, la sesión de control en el Congreso de este miércoles ha puesto en evidencia la soledad del presidente del gobierno español frente a los ataques de la derecha. La estrategia del PP pasa por tratar de "colectivizar la responsabilidad" del presunto caso de corrupción que salpica al PSOE y extenderla a sus aliados parlamentarios debido a que no le retiran el apoyo pese a los indicios contra el ex número tres del partido, el ex ministro José Luis Ábalos y su ex asesor, Koldo García. Aunque en Génova no cuentan que les sirva para conseguir los cuatro votos que les faltan para que prospere una moción de censura, sí que vaticinan una agonía imparable aunque pueda ser más lenta de lo que quisieran. "Ábalos fue el principio, pero Cerdán no será el final", ha advertido Alberto Núñez Feijóo en su cara a cara con Sánchez. El PP amenaza con los nuevos indicios de que pueda sacar a relucir la Unidad Cental Operativa (UCO) de la Guardia Civil y vaticina de que saldrán más audios a los que el resto de la mayoría plurinacional quedará ligado por no haberse desvinculado a tiempo del PSOE.
"Estamos hablando de un informe de la UCO con indicios. No hay sentencia firme y el PSOE ha asumido su responsabilidad y ha actuado con contundencia ante un duro y doloroso golpe tanto política como personalmente para mí", se ha defendido el líder socialista con una actitud que ha molestado a algunos de sus aliados de la investidura, que han tratado de marcar distancias. Es lo que ha hecho el portavoz republicano, Gabriel Rufián, en una intervención cargada de reproches en la que ha reclamado garantías". "No nos hagan elegir entre corruptos cutres y corruptos premium porque al final lo que le vamos a decir es que la gente decida. Y no nos responsabilicen de lo que tenga que ocurrir con este gobierno. La culpa será exclusivamente del PSOE", remachó. "No aceptaré que haga de la anécdota una categoría", le respondió Sánchez con una reacción que incluso fuentes del gobierno español han visto "desafortunada", ya que pareció que minimizaba el caso Cerdán. Sin embargo, las mismas fuentes gubernamentales se muestran novenas que "se muestran convencidas. Sánchez", en referencia al M. Rajoy de los papeles del extesorero del PP Luis Bárcenas, y confían en que podrán volver a encauzar el mandato.
Un escenario que Podemos, en cambio, pone en cuestión. "La legislatura ya está muerta", ha sentenciado su líder, Ione Belarra, en los pasillos de la Cámara Baja ha reprochado a Sánchez que se haya atrincherado en "la estrategia de defensa del "y tú más"" con el PP y parlamentarios, ha optado por contraatacar tildando a los populares "de enciclopedia de corrupción con capítulos autonómicos" y acusar a los de Santiago Abascal "de hipocresía cum laudo". "Es una actitud indefensable porque es un caso igualmente grave, y restarle importancia es disolvente progresista", ha criticado Belarra, quien aunque no se muestra dispuesta a sumar los votos de Podemos a los del PP para acelerar la caída de Sánchez, tampoco a pactar con los socialistas, lo que dejaría al gobierno de coalición: 2027.
La ronda de contactos
Tras reunirse con Sánchez durante media hora en el Palacio de la Moncloa, Rufián ha rebajado el tono y ha hecho un llamamiento a las formaciones a la izquierda del PSOE a evitar este bloqueo ya aprovechar "el tiempo que le quede" en la legislatura para impulsar "avances sociales", como la intervención del mercado de la vivienda, y ha reclamado actuar contra los corazones Sánchez se ha comprometido. Sumar también ha presionado a los socialistas en este sentido. El ministro de Derechos Sociales, Pablo Bustinduy, exigió el cumplimiento del acuerdo de coalición con medidas como la prestación por crianza universal o la intervención del mercado de la vivienda. Bustinduy y la ministra de Sanidad, Mónica García, fueron los únicos ministros de Sumar que asistieron a la sesión de control. La vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, ha evitado la imagen junto a Sánchez al igual que los ministros de Cultura y Juventud e Infancia, Ernest Urtasun y Sira Rego, en un intento de marcar distancias aprovechando que ninguno de los tres debía responder a preguntas.
Rufián también ha declinado hacerse una foto con Sánchez durante la reunión. Tampoco se le ha hecho la portavoz del PNV, Maribel Vaquero. Los nacionalistas vascos defendieron actuar con "prudencia" a la espera de que avancen los eventos. Por el momento, Vaquero ha pedido a Sánchez "ejemplaridad, transparencia y que cumpla el pacto de investidura". "No pediremos ningún plus más. No haremos mercadeo con estos hechos tan graves", afirmó Vaquero, que vio a un Sánchez "preocupado", pero convencido de que no hay financiación irregular en el PSOE. EH Bildu, los únicos con Junts en haber permitido que las cámaras registraran el inicio del encuentro, le reclamó "contundencia" contra la corrupción. Podemos y el BNG ni siquiera han querido participar.
La diputada de Coalición Canaria, Cristina Valido, que ha puesto punto y final a la ronda de contactos, ha advertido al presidente español de que no puede garantizarle el apoyo porque el caso Cerdán les ha hecho perder la confianza en él. El posicionamiento de los grupos de la mayoría plurinacional da un cierto margen a Sánchez debido a que ninguno de ellos cambia de bloque, pero le deja con la presión para que haga más medidas y la constatación de que las relaciones quedan tocadas. Más allá del cumplimiento de los pactos, iniciativas sociales pendientes y adicionales contra la corrupción también le exigen, como hicieron ayer martes, que comparezca en el Congreso para abordar el caso Cerdán antes del 9 de julio, la fecha propuesta por el gobierno español de que todos los socios coinciden en considerar que es demasiado tarde.