Sánchez hace saltar por los aires las estrategias en el inicio de campaña
Los socialistas piden adhesión a la causa del presidente ante las suspicacias de sus rivales el 12-M
BarcelonaUnos se habían preparado para hablar de referendo y financiación. Otros del retorno del exilio, del punto final del Proceso, de las grandes infraestructuras o de las lecturas positivas y nocivas –depende de quien las plantee– que tiene la amnistía. Pero ninguno de los actores que este jueves han dado el pistoletazo de salida a la campaña electoral esperaban veinticuatro horas antes de que toda la planificación saltara por los aires con el anuncio de Pedro Sánchez.
El lunes explicará si dimite o no como presidente del gobierno español, pero ya ha obligado a todo el arco parlamentario a posicionarse. El PSC lo ha hecho encantado: "Decimos lo suficiente a esta deriva innoble de la política y la combatiremos de forma permanente", han expresado en un comunicado que se suma a las muestras de apoyo que Sánchez ha ido recogiendo de socialistas de todo el Estado . El candidato, Salvador Illa, ya partía con ventaja en las encuestas y, pese a la inquietud que generó el lunes la carta del presidente español en la que cancelaba la agenda –que le habría llevado al mitin de inicio de campaña en Sabadell –, en el partido confían en que sea un revulsivo para movilizar a sus votantes.
“Hacemos un llamamiento a la resistencia colectiva, a todos los y las progresistas, a todos los y las demócratas, para denunciar y combatir las estrategias y mensajes que buscan erosionar la convivencia y quieren distorsionar el normal funcionamiento de las instituciones ”, concluyen en el comunicado, al que ha puesto voz Isla: "Estamos contigo, presidente". En resumen, piden una adhesión a la causa de Sánchez, que ha denunciado el acoso a su esposa de la derecha política y mediática. Y qué mejor manera, deben pensar en la calle Pallars, que hacerlo con el voto. Ya nadie recuerda la comparecencia de Isla en el Congreso y en el Senado para hablar de las irregularidades en el gobierno español en la compra de mascarillas durante la pandemia y, de momento, los acuerdos con el independentismo que molestan a una parte de su electorado han pasado a segundo plano. El viento parece que los sopla a favor (el CIS también les da ganadores), siempre que el lunes Sánchez no anuncie que se pliega, un escenario que haría entrar en pánico a más de un dirigente socialista
Pero la carta también ha arrastrado a sus rivales políticos en estas elecciones. Empezando por ERC, que se ha visto atrapada por la ola de solidaridad. “No es el momento de especular ni abandonar. Es la hora de comprometerse”, ha subrayado el candidato republicano, Pere Aragonès, en una calculada respuesta para no abrazar efusivamente lo que el partido considera una táctica ideada por la Moncloa para españolizar los comicios. Los jefes de campaña de ERC, Sergi Sabrià y Oriol Duran, han ironizado de hecho en el primer capítulo de un podcast que se comprometen a realizar durante la campaña. "Nos pasó a nosotros, le pasó a Podemos y miraron hacia otro lado y cuando les pasa a ellos, todo el país debe detenerse", han criticado. En el primer mitin en Barcelona, Aragonés ha parafraseado además al presidente español con una de las frases que este jueves estaba en boca de todos: "Yo también estoy profundamente enamorado de mi mujer, pero no abandono, siempre de pie".
Cuestión de confianza superada
La primera respuesta de Carles Puigdemont llegó el lunes reclamando a Sánchez que se sometiera a una cuestión de confianza para “aclarar” sus dudas. De momento, lo que ha recibido públicamente es el sí de ERC a su continuidad, así como el de Bildu y el PNV, que ya han dicho que no participarán en ninguna maniobra para relevarle al frente del gobierno español. ¿Y Juntos? Puigdemont recordó, ejemplificándolo en su partido y su persona, los ataques furibundos que desde hace años le llegan de las mismas plataformas que ahora denuncia el jefe de gobierno español. "Nosotros venimos llorados de casa", le ha dirigido desde Argelès, a la Catalunya del Nord, donde Junts ha instalado su maquinaria de campaña.
Sea como fuere, el efecto Puigdemont ya no es el único que ha impactado en el 12-M. Aún se desconocen las implicaciones que podría tener la decisión que acabe tomando Sánchez el lunes, pero hasta entonces –y quién sabe si después– será la principal incógnita a resolver. Los junteros pretendían, de hecho, una confrontación directa no con Isla, sino directamente con Sánchez ya corto plazo se encarecieron los ataques contra él.
Los comunes son otros de los potenciales afectados, probablemente quienes más si los socialistas pretenden convertir las elecciones en un plebiscito no ya sobre las políticas, sino sobre la persona de Pedro Sánchez. La candidata, Jéssica Albiach, ha expresado la "solidaridad" en el mitin de Reus: "Basta ya". La frontera de voto entre comunes y socialistas es especialmente vulnerable a factores coyunturales y, por eso, los primeros prefieren huir de cualquier tipo de plebiscito que les termine de desenfocar.
En pie de guerra
La situación es la opuesta entre las filas de la derecha. En el PP, no solo no se dan por aludidos, sino que cargan contra una estrategia que consideran premeditada para sacar rédito electoral. “Quiere gobernar por compasión; no lo permitimos”, ha señalado el líder de los populares, Alberto Núñez Feijóo. Se le han sumado desde Cs (Carlos Carrizosa ha dicho que Sánchez "no habría durado ni cinco minutos durante el Proceso") y Vox, enseñándole la puerta de salida. "Ya debería haber dimitido hace tiempo", ha destacado su candidato, Ignacio Garriga, mezclando la amnistía, la pandemia y "los pactos con ETA".
Una derecha virulenta contra él es, de hecho, lo que mejor le ha funcionado a Sánchez en todas las elecciones. Por eso, y porque comienza una campaña en la que se juega mucho, su carta corre el riesgo de convertirse en un elemento más de la lucha partidista. Al menos hasta que el lunes revele cuál es su decisión. Si el PSC gana y puede gobernar, se entenderá que la sociedad catalana ha premiado su apuesta por el diálogo. Si ocurre lo contrario, el futuro de Sánchez en la Moncloa podría verse seriamente comprometido aunque diga que se ve con fuerzas para continuar.