Mesa de diálogo

Vilagrà y Bolaños volverán a reunirse este viernes para preparar el encuentro entre presidentes

El Govern quiere abordar las "condiciones necesarias" para retomar del todo las relaciones entre los dos ejecutivos

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Félix Bolaños y Laura Vilagrà a la Moncloa.

BarcelonaEn los últimos meses la principal interlocución entre la Generalitat y el Estado la han llevado a cabo la consellera Laura Vilagrà y el ministro Félix Bolaños, dos personas de la estricta confianza de los respectivos presidentes. Se vieron en abril en Barcelona y en junio en Madrid. Pues bien, según han informado los dos gobiernos este miércoles, la consellera de Presidencia y el ministro de la Presidencia se volverán a ver las caras este viernes en el Palau de la Generalitat. La cita, que será a las 11 horas, se produce en un mes clave para la reanudación del diálogo entre los dos gobiernos: está prevista una reunión entre Pere Aragonès y Pedro Sánchez antes de que acabe julio y, si sale bien, después se reactivará la mesa de diálogo.

¿Para qué tiene que servir el nuevo encuentro del viernes? Según apuntan fuentes de la Generalitat consultadas por el ARA tiene que ser una reunión "preparatoria" de la próxima cita entre presidentes. En definitiva, esperan que salga tanto la fecha concreta como una aproximación de cuál tendría que ser el contenido. El Govern quiere abordar con Bolaños "las nuevas condiciones necesarias" para retomar del todo las relaciones después de que la Generalitat las diera por congeladas cuando estalló el caso de espionaje masivo contra una sesentena de independentistas, el Catalangate.

El Govern espera que el viernes también se hable de la mesa de diálogo, según apuntan otras fuentes de la Generalitat. En concreto de las "garantías" que se le pueden dar a este instrumento de negociación para que tenga una periodicidad y un sistema de funcionamiento concreto, y el PSOE no pueda enfriarlo cuando le conviene. El problema histórico que arrastra la mesa es que nunca ha tenido continuidad. Se ha reunido solo en dos ocasiones –el 26 de febrero del 2020 y el 15 de septiembre del 2021– y se ha pasado más tiempo en el congelador que funcionando. Por ahora, además, no ha podido exhibir ningún resultado. Las mismas fuentes apuntan que la reunión de la mesa tendría que ser también este mes de julio y que tendría que servir para conseguir adelantos en la agenda antirrepresiva. Una agenda que no se mueve desde los indultos y que básicamente tiene dos puntos: la reforma del delito de sedición del Código Penal y la amnistía.

Las garantías

Para obtener alguna pista de cuáles podrían ser estas garantías, que por ahora el Govern se guarda a cal y canto, se puede recurrir a la ponencia política que aprobó ERC en su conferencia nacional del pasado mes de marzo. En aquella hoja de ruta se reafirmaba la apuesta por el diálogo a pesar de la falta de resultados concretos, pero se admitía que la mesa de negociación tenía que introducir ciertos cambios si quería ganar en credibilidad. En concreto, Esquerra se comprometía a dotar a la mesa de una "metodología clara" y "un calendario acordado de reuniones que se pueda cumplir". En resumen, fijar una serie de condiciones en este funcionamiento para que el gobierno español no pueda ir aplazando sine die sus reuniones y los potenciales adelantos en los trabajos. 

El papel de Junts

Otro de los problemas que ha tenido este instrumento de negociación es que ha sido una fuente inagotable de rifirrafes no solo entre la Generalitat y el Estado, sino también entre los dos socios del ejecutivo catalán, ERC y Junts. La principal discrepancia es que Aragonès quiere que la delegación catalana solo esté formada por consellers –para darle la más alta representación–, mientras que Junts quiere incluir otros perfiles. Esto hizo que en la reunión de septiembre pasado Junts se quedara fuera. De cara al próximo encuentro, Sánchez dijo explícitamente el pasado domingo que le gustaría que estuviera Junts, pero ni Aragonès tiene previsto cambiar su condición ni Junts la suya.

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