La gobernabilidad del Estado

Yolanda Díaz, tocada después de la primera derrota de la legislatura

Su ruptura con Podemos puede poner en peligro la acción legislativa de la ministra de Trabajo

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La ministra de Trabajo Yolanda Díaz con el ministro de la Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes, Félix Bolaños.

BarcelonaYolanda Díaz sufrió el miércoles una de las derrotas más dolorosas desde su ministra de Trabajo. No tanto por el contenido del decreto que se cayó –que reformaba el subsidio de paro–, que también, como porque fue la única norma que el gobierno español llevó a votación que no salió adelante a raíz del voto en contra de Podemos, con quien está enfrentada desde hace meses. "Ayer Podemos golpeó a los trabajadores y trabajadoras de mi país y lo hizo de la mano de Vox y del PP", dijo Díaz al día siguiente de la derrota parlamentaria. La ruptura entre el partido morado y la líder de Sumar tuvo esta semana la primera consecuencia palpable más allá de los reproches cruzados y la vicepresidenta segunda fue consciente de que esta ruptura no será estéril, sino que puede poner en peligro su acción legislativa.

El enfado en las filas de Sumar ha sido visible durante toda la semana y la batalla política se ha evidenciado en la esfera mediática. Los morados no retrocedieron ni un milímetro y sacaron pecho de su no al decreto de Díaz. La secretaria política de Podemos, Irene Montero, criticaba que la norma supusiera un todo o nada para después decir "Si quieres mejoras, tienes que comerte el recorte". En cambio, representantes de Sumar cargaban contra la formación morada por haber tumbado, junto a la derecha, una reforma que beneficiaba, a su juicio, a los trabajadores. Tras rechazar el decreto, la secretaria general de los morados, Ione Belarra, instó a Díaz a seguir negociando en los próximos meses para llegar a un acuerdo.

Las conversaciones con Podemos las pilotaron el secretario de estado de Trabajo, Joaquín Pérez Rey, que les ofreció, in extremis, tramitar esta norma como proyecto de ley y aceptarles los cambios que proponían. Un ofrecimiento que Podemos no aceptó porque no tenía garantizado que partidos como Junts o el PNV votaran a favor. Ahora la ministra de Trabajo quiere abrir el decreto a las aportaciones de sindicatos y patronal para rehacerlo.

Díaz aseguraba esta semana que no le había dolido personalmente el no de Podemos, pero con una frase evidenciaba el abismo que la separa de los morados: "No es demasiado ortodoxo lo que voy a decir. A mí solo me afectan personalmente las cosas de la gente a la que quiero". Esa mala relación la lamenta el PSOE y, de hecho, desde el propio gobierno español admitían el miércoles que la gran derrotada del pleno fue su ministra de Trabajo. Díaz necesita a Podemos para impulsar su agenda legislativa, sobre todo teniendo en cuenta que Junts no tiene ningún aliciente para salvarla.

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