Un 4% (14) de los agentes inmobiliarios evitó responder a la petición de discriminación, con el argumento que de esto era mejor hablar en directo o lo derivaron a un jefe, y solo un 10% (35) rechazaron la petición. Los que rechazaron aplicar el racismo lo hicieron básicamente por tres razones: la mayoría se refirieron a la experiencia profesional, pero alguno también lo hizo por compromiso social antirracista o diciendo que tenían que cumplir la ley. El estudio cita unos pocos casos de agentes inmobiliarios que se oponen aclarando que no discriminan "a nadie", avisando de que "legalmente no se puede hacer" o avisando de que es un error: "¿Hay inmigrantes que no pagan? Claro que los hay. Y españoles también. Esto es así, y te lo digo desde la experiencia".
El 86% de las inmobiliarias aceptan o facilitan el racismo en el alquiler en Barcelona, según un estudio del Ayuntamiento
La investigación, hecha a partir de llamadas a 350 agentes, retrata la discriminación en el sector
Barcelona"No pasa nada, igual que hay personas que no quieren animales, hay propietarios que no quieren inmigrantes... o niños, que también nos hemos encontrado algún caso alguna vez". Esta es una de las respuestas con las que se encontró la socióloga Ariadna Fitó cuando ofreció por teléfono, a 350 inmobiliarias, un piso para alquilar en el Eixample de Barcelona. No lo ofrecía de verdad, solo era un experimento, pero cuando dijo a los agentes inmobiliarios que no quería inmigrantes el 62,3% aceptaron la petición sin reservas. Y el 23,7% le contestaron que ellos no los descartarían, pero que con los datos que le pasarían ella lo podría hacer. El estudio, encargado por el Ayuntamiento de Barcelona, ha demostrado que el 86% de las inmobiliarias aceptan o facilitan el racismo en el alquiler.
"Una de las respuestas más recurrentes era: «Ningún problema»", explica Fitó. 218 inmobiliarias contestaron así o de una manera parecida, aceptando el racismo del pretenso propietario, y 83 optaron por facilitarlo. Esta estrategia "es mucho más sutil y se hace con el objetivo de no dejar rastro, pero también es una discriminación directa y el resultado es el mismo: se excluye al inmigrante", dice Fitó.
Que la petición racista sea del propietario "no exime a los agentes inmobiliarios de la obligación de respetar las leyes antidiscriminatorias y su propio código deontológico", recuerda en el informe la socióloga de la cooperativa Broll y profesora de la Universitat Autònoma de Barcelona.
Hay inmobiliarias, además, que ofrecen "discriminación a la carta" –tal como la define el estudio–, es decir, que permiten elegir qué países de origen se descartan. "Ya entiendo que no dejaréis afuera a un francés, por ejemplo... pero me tendrías que decir: mira, ni chinos, ni negras, tenéis que acotar vosotros lo que consideráis", ofreció uno de los agentes.
El racismo inmobiliario está tan normalizado que, en las conversaciones con la investigadora, el 28% de agentes inmobiliarios reconocieron que es "habitual", a pesar de que no se hace directamente en los anuncios porque es ilegal. "No lo ponemos en ninguna parte porque es feo, pero lo filtramos, y para que [el inmigrante] no se sienta ofendido le explicamos que ya está alquilado o lo que sea, y ya no hacemos la visita", dijo a la investigadora uno de los agentes inmobiliarios.
En verano, el Ayuntamiento de Barcelona anunció que había sancionado con 45.000 euros a los propietarios de un piso y a la inmobiliaria que lo comercializaba por haber negado el alquiler a un ciudadano de origen marroquí que cumplía todos los requisitos. Pero detectar este tipo de casos es especialmente difícil. El estudio explica que a los agentes "les preocupa que la práctica sea detectada" y por eso el 19,4% avisaron de que no publicarían un anuncio discriminatorio, a pesar de que, de estos, el 70,6% aceptaron aplicar la discriminación y solo se opusieron a publicar el anuncio para evitarse una multa.
La diferencia de los colegiados
El estudio también ha detectado diferencias entre los profesionales que están colegiados y los que no, sobre todo a la hora de aceptar directamente la discriminación: el 48,6% de los que lo están lo hicieron, mientras que de los no colegiados fueron el 76%. Pero el 30,3% de colegiados se ofrecieron a facilitarla, y de los que no lo están lo hicieron el 17,1%. En total, el 78,9% de los profesionales colegiados y el 93,1% de los no colegiados facilitaron o aceptaron la discriminación. El informe indica que "la colegiación de los agentes podría estar actuando como factor de protección ante la discriminación".
La muestra con la que ha trabajado Fitó es "muy significativa". Se ha hecho con respuestas de casi el 15% de los 2.358 agentes inmobiliarios registrados en Barcelona, unas cifras que garantizan un margen de error de máximo el 5%. Y esto hace que la investigación, que ha presentado esta mañana el concejal de Derechos de Ciudadanía y Participación, Marc Serra, sea pionera en Catalunya y en España. El informe encaja "con resultados parecidos" de otras investigaciones europeas y se añade a otro estudio que se hizo el año pasado en Barcelona, que detectó que si se pedía información de un piso con un nombre árabe se recibían un 18,8% menos de respuestas por parte de las inmobiliarias.
Los datos no sorprenden al Ayuntamiento
"No nos sorprenden los datos, es una realidad que vemos cada día en la Oficina por la No Discriminación", ha defendido en rueda de prensa el concejal de Derechos de Ciudadanía, que ha remarcado que el estudio demuestra que el "racismo inmobiliario" no es un problema puntual, sino "estructural". El concejal ha apuntado que el objetivo del estudio no es sancionar a nadie, que busca dimensionar el alcance de la discriminación y que la Oficina no descarta poder repetir el mismo estudio pasado un tiempo para ver cuál es la evolución de la problemática.