"Los prepara durante la ESO y cuando terminan la etapa, ataca": ocho denuncias contra el profesor de instituto de la Garriga
Las fuerzas políticas del municipio se unen para acompañar a las víctimas y los jóvenes que puedan estar afectados

La Garriga / BarcelonaSon ocho denunciantes, pero creen que existen muchas más víctimas. Son exalumnos de la Escuela Sant Lluís Gonçaga de la Garriga que sufrieron el presunto acoso y los abusos de lo que había sido su profesor y jefe de estudios en secundaria. La mayoría de situaciones que se denunciaron son conversaciones por redes y contenido altamente sexualizado que el docente, que doblaba en edad a las víctimas, mantenía con los menores, lo que se conoce como grooming. Las denuncias se interpusieron en verano y en otoño el centro le despidió.
El mayor de los denunciantes tiene ahora 25 años. Se ha erigido en el portavoz del resto de víctimas para protegerlas. El acusado hizo con él lo mismo que con el resto de menores. "Era el profesor guay, generaba un vínculo de confianza y establecía una relación como de iguales: esto era una puerta de entrada", relata. "Los prepara durante la ESO, elige a las víctimas y cuando termina esta etapa, ataca. Es el modus operandi que ha seguido con todos", añade la familiar de una de las víctimas. Hasta ahora, el acusado ha menospreciado los hechos argumentando que todo era sólo un juego.
En cada clase –hay denuncias de cinco generaciones distintas , que abarcan una década– había un grupo de escogidos. Cuando daban el salto al bachillerato, el hombre les daba el número de móvil con la excusa de mantener el contacto y entonces es cuando empezaba el juego Primero con bromas sexualizadas. . Después con peticiones. calvo", explica el denunciante. En su caso, esta dinámica pasó a ser casi diaria y, si no respondía, le hacía sentir culpable. La tercera fase fue de flirteo. Aunque el estudiante no había hecho pública la su condición sexual, el docente podía intuirla porque le conocía desde los 12 años. Las conversaciones se hicieron cada vez más explícitas hasta que a los 16 años –asegura el chico–, ya hubo tocamientos en una piscina. hizo los 18, todo fue a más: hubo tocamientos de carácter sexual en dos o tres ocasiones. Es un proceso de cuidado, independientemente del proceso judicial", argumenta el chico, que pone en duda que hubiera un consentimiento real cuando ocurrieron los hechos porque el profesor era plenamente "consciente" de la "vulnerabilidad" de aquel adolescente desubicado y se aprovechó de que estaba descubriendo su sexualidad. Tanto él como las familias del resto de menores están convencidos de que hay muchas más víctimas. las víctimas y las familias y los jóvenes que también puedan estar afectados por la situación. . Según el texto, el consistorio abrirá un canal de asesoramiento y acompañamiento para los afectados, reforzará los proyectos de coeducación en chicos jóvenes y apoyará a las AFA en una campaña de concienciación. institutos de la Garriga, pretende alertar a los jóvenes de posibles situaciones de acoso sexual y de abuso de poder a través de las redes sociales.
El papel de la escuela
La semana pasada se realizó el vaciado de algunos dispositivos móviles. Pese a aportar diversas pruebas documentales, los denunciantes, representados por el abogado Benet Salellas, explicaron que muchas imágenes de carácter sexual eran de una única visualización y no se pueden recuperar. Además, hubo un decalaje entre las denuncias y el momento en que se requisan los aparatos, por lo que el acusado pudo borrar documentación, explica Salellas.
Algunas de estas fotografías –como por ejemplo alumnos que salen mostrando las nalgas con un sello de la escuela estampado– se hicieron dentro del centro. Los denunciantes lamentan que inicialmente la escuela no fue suficientemente contundente con el jefe de estudios. Posteriormente, desde el colegio intentaron formalmente comparecer como acusación, pero se les denegó porque en estos casos el centro actúa como responsable civil.
El caso lo lleva el juzgado de instrucción número 4 de Granollers, que ordenó medidas cautelares contra el acusado, entre las que constan la prohibición de acercarse a 100 metros de la escuela y una orden de alejamiento de las víctimas. Sin embargo, tras ser despedido el acusado solicitó que se levantara la prohibición de acercarse a la escuela, una demanda que ahora está en manos del juez.
Las familias lamentan "la actitud desafiante" del exjefe de estudios que, según afirman, se pasea por el pueblo y por los alrededores del instituto, sin incumplir las medidas cautelares. "Mi hijo se le ha encontrado dos veces por la calle", denuncia la madre de uno de los denunciantes, que subraya la carga que supone para un menor.