Movilidad

Barcelona no espera grandes aglomeraciones en el centro durante este puente

La ciudad refuerza el transporte público en festivos y descarta organizar la fiesta de Fin de Año en Maria Cristina

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Peatones cruzando una calle en el centro de Barcelona, decorado con motivos navideños, en vigilias del 8 de diciembre

BarcelonaFue la tormenta perfecta: no había confinamiento municipal, los centros comerciales todavía estaban cerrados, y mucha gente tenía ganas de pasear y hacer compras después de meses de restricciones. El puente de la Purísima del año pasado fue explosivo en el centro de Barcelona, con colapsos de tránsito y aglomeraciones en las zonas de peatones, y el Ayuntamiento tuvo que improvisar medidas de urgencia como cortar el tránsito del paseo de Gràcia entre la Gran Via y la plaza Catalunya. "Nadie lo supo prever", admitía la entonces regidora de Movilidad, Rosa Alarcón. Pero el consistorio, a pesar de las grandes afluencias de gente haciendo compras en el centro el fin de semana pasado, no espera que la situación de colapso se repita este año, porque el contexto es diferente, y ahora se prevé que habrá más gente que se irá de la ciudad que gente que vendrá, y porque se confía que el transporte público recupere el papel protagonista en los desplazamientos internos. Lo que no se prevé es recuperar la fiesta de Fin de Año en la avenida Maria Cristina, que el año pasado ya no se hizo.

La ciudad se prepara ahora para un nuevo examen a la movilidad y lo hace con atractivos como el récord de kilómetros de luces navideñas y el trato especial al centro, con propuestas nuevas como el pérgola luminosa de la plaza Catalunya. La teniente de alcaldía responsable del área de Movilidad, Laia Bonet, ha hecho un llamamiento este viernes a apostar por hacer los desplazamientos en metro y bus y ha informado de que los dos servicios tendrán un refuerzo de entre el 7% y el 13% los días festivos desde ahora y hasta el 9 de enero, con una atención especial al centro y los ejes comerciales y en el horario de más demanda, de una del mediodía a diez de la noche.

En el metro, el intervalo medio de espera a las líneas convencionales en festivo se reducirá 28 segundos y se situará en los cinco minutos y medio. De entrada, no se prevé ninguna medida para regular el tránsito de peatones en las zonas más concurridas, pero el teniente de alcalde de Seguridad, Albert Batlle, ha pedido "contención, responsabilidad y sentido común" y ha apuntado a que la Guardia Urbana estará al acecho por si hay que aplicar algún tipo de contención.

Un 15% más de policía

El dispositivo navideño de la policía, de hecho, se refuerza este año en relación al anterior: se destinarán 350 agentes, un 15% más que en 2020. Una de las prioridades será que haya "mucha presencia" de agentes uniformados en las zonas más comerciales con el objetivo de "facilitar la convivencia y ayudar a la actividad comercial", según ha expuesto el intendente mayor Pedro Velázquez. La Guardia Urbana también centrará esfuerzos a apoyar el plan Tremall de los Mossos contra la reincidencia –en este caso con agentes de paisano– y a reforzar los controles de alcoholemia y drogas. Durante el fin de semana pasado, ya hicieron un millar de pruebas y detectaron a 154 personas bebidas y a 18 positivos de drogas.

La policía también ha avisado de que tendrá una dedicación espacial a controlar que los locales no vendan bebidas alcohólicas ni a menores ni fuera del horario aprobado, como ya se anunció durante las Fiestas de la Mercè. También habrá un control específico de la venta ambulante, que se considera que ahora está en un momento de "mucha contención" y no se quiere que vaya a más. En cuanto a la movilidad, además de controlar posibles aglomeraciones en esos comerciales, a partir del lunes pondrán en marcha una campaña para intensificar los controles a patinetes y otros vehículos de movilidad personal.

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