Barcelona talará a medio millar palmeras tras el accidente mortal del Raval
Collboni elimina la mitad de los árboles con características similares a lo que se partió en Ciutat Vella
BarcelonaJusto detrás del cementerio de Montjuïc se encuentra un campo rodeado de matorrales y algunos árboles. También hay cañas de bambú y alguna palmera de gran tamaño. Sin embargo, es una zona medio abandonada. Al inicio, una valla avisa que eso es propiedad del Ayuntamiento de Barcelona, concretamente del departamento de Parcs i Jardins. Un camino lleno de roderas de camiones conduce hasta un pequeño descampado donde hay una montaña de decenas de palmeras taladas y troceadas. El lugar es desde hace pocos días un vertedero de palmeras temporal ante la tala masiva que ha puesto en marcha el Ayuntamiento de Barcelona desde que uno de estos árboles se partió por la mitad en el Raval de Barcelona y mató a una chica de 20 años.
Las palmeras que hay en el vertedero de Montjuïc son sólo una pequeña muestra de todas las cortadas. La del Raval no estaba dentro del grupo de las 350 palmeras datileras de Barcelona que se consideraban de riesgo. Cinco meses antes del accidente, los vecinos avisaron de que no estaba bien pero después de una inspección ocular se decidió mantenerla. La principal hipótesis es que se partió por la sequía acumulada. Sea como fuere, el consistorio vio cómo había fallado el sistema de prevención -se revisaban cada dos años- y decidió evaluar 900 palmeras que tenían las mismas características que la del Raval con unos protocolos más estrictos. La revisión se inició a principios de agosto y el ritmo se ha acelerado. Según fuentes consultadas por el ARA, la previsión del ayuntamiento es cortar 500 palmeras, más de la mitad de las que se propuso revisar. Ahora mismo, según las mismas fuentes, ya se han talado aproximadamente unas 300.
Entre estas palmeras se encuentran ocho de la plaza de Trilla de Gràcia, un lugar conocido hasta ahora por el vecindario como la plaza de las palmeras. Las nueve que existían eran "un emblema del barrio", en palabras de un vecino que vive allí mismo. Ahora, sólo ha quedado una derecha, justamente porque es la única que no es de la especie datilera, como las que se han sentenciado. Hace unos años se cayó (sin provocar heridos) y ya la cambiaron por una palmera de una especie menos inestable. Las ocho que le acompañaban ahora están en el vertedero de Montjuïc. "Impresiona mucho", comenta una vecina que aún no había visto nunca la plaza sin esos árboles.
Cuando las cortaron, este martes, algunos residentes del barrio reprocharon a los operarios municipales que no estaban tan mal, pero en general los vecinos comentan que si es por la seguridad de todos, "dobre mal, pero se entiende". Ahora hay ocho cepas, pero se plantarán nuevos árboles. Fuentes del entorno del departamento de Parcs i Jardins también lamentan que quizás ahora el ritmo de tala es demasiado alto y que se está queriendo corregir demasiado rápido la situación después del accidente. Sea como fuere, la plaza de Trilla se va acostumbrando a no tener la misma sombra. Un comerciante explica que nunca debía desplegar la sombrilla y que ahora toca hacerlo todos los días. Este miércoles ya estaban talando unas cuantas palmeras más de alrededor, en la calle Gran de Gràcia.
Destino provisional
El vertedero de Montjuïc será, según fuentes municipales, un destino temporal para las ocho palmeras de la plaza de Trilla. Normalmente, como todos los árboles talados de la ciudad, se llevan a una planta de compostaje para reciclar la madera. Sin embargo, fuentes conocedoras de la situación apuntan a que el ritmo supera la capacidad de tratamiento de la planta. Mientras tanto, se quedarán en Montjuïc. A veces, también se envían pedazos de las palmeras, tratados y barnizados, a las escuelas para realizar actividades.
El protocolo fija que antes de cortarlas se evalúa cada palmera cuyos criterios son más estrictos después del accidente del Raval. De alguna forma, el Ayuntamiento quiere prevenir antes que curar. Lo ha hecho también con una palmera emblemática del barrio del Guinardó. "Llevaba aquí casi 50 años", dice una vecina que vive allí desde hace 70 años. Pasaba por delante siempre que iba a comprar el diario al quiosco y esta mañana le ha "sobrado mucho" ver sólo el tronco. "Era altísima, medía al menos 20 metros", comenta.
Las que se cortan suelen ser palmeras que sufren un estrechamiento del tronco y que están algo inclinadas. Hay otros factores de riesgo, como que exista un nido de cotorras en la copa. Y, a todo esto, deben sumarse las plagas y la sequía. La del Raval, por ejemplo, estaba "sequísima", según testigos que la inspeccionaron después. Por si acaso, el consistorio regó a todas las palmeras datileras de la ciudad tras el accidente (y hace pocos días también les llegó la lluvia). También se encargó un informe externo para saber exactamente lo que ocurrió. A la espera de que lleguen las conclusiones, la tala de palmeras continúa y aún quedan unas 200 por cortar.