Barcelona

Barcelona deja atrás los últimos vestigios de los cuarteles militares de la Ciutadella

La UPF comienza el derribo de cinco bloques de las calles Wellington y Villena

Viviendas para militares de la calle Wellington que ahora irán al suelo.
05/11/2025
3 min

BarcelonaEl 13 de febrero de 1992, en una tienda de campaña en medio del patio de armas del cuartel militar de Jaime I, se firmó un acuerdo histórico por el que el ministerio de Defensa cedió definitivamente a la Generalitat –y ésta a la Universidad Pompeu Fabra (UPF)– los cuarteles y los pabellones militares cercanos al parque de la Ciuta. Más de 33 años después, el paisaje ha cambiado por completo. Ese patio de armas es ahora la plaza central del campus universitario, y los últimos vestigios militares que quedaban en la zona –las casas para militares de la calle Wellington– empezarán a derribarse este miércoles.

Se trata de los cinco bloques de viviendas del cruce entre las calles Wellington y Villena. A pesar de su precario estado de conservación –se levantaron en 1888–, hasta hace tres años todavía había algunos pisos habitados. Ahora la UPF comienza los trabajos para derribar estos inmuebles y ganar espacio para ampliar las instalaciones de la universidad y también para el proyecto del Antiguo Mercado del Peix, uno de los complejos de investigación que se están levantando en la zona de la mano de la Ciutadella del Conocimiento.

Fachada del edificio que se derribará en la calle Wellington.

Con el derribo de estas casas se acaba un procedimiento que empezó desde el momento en que la universidad obtuvo su propiedad, y que ha implicado diferentes procesos de negociación con los familiares de militares que todavía vivían allí. "Con el derribo de las viviendas de Wellington estamos construyendo el futuro de la UPF", ha celebrado la rectora de la universidad, Laia de Nadal. En un comunicado, ha destacado que el nuevo espacio permitirá diseñar una universidad "más ambiciosa, interdisciplinar y con espacios innovadores para impulsar el conocimiento".

Durante el derribo se extraerán de la parte inferior del edificio aproximadamente unos 320 bloques de piedra de sillería de un peso de una tonelada cada uno. Ahora la UPF dará íntegramente estas piedras –que provienen de las históricas canteras de Montjuïc– al Ayuntamiento, que las almacenará en dos solares municipales mientras estudia qué hacer con ellas. Sobre la mesa existe la posibilidad de que se utilicen en alguno de los proyectos vinculados a la reurbanización de la montaña de Montjuïc.

Los últimos de Filipinas

Las casas que ahora empiezan a derribarse –este martes ya podían verse operarios retirando piezas con amianto– formaban parte del acuerdo que en 1868 alcanzó Barcelona con el ministerio de Guerra de la época. En compensación por haber cedido la Ciutadella –que debería acoger la Exposición Universal de 1888–, el ministerio exigió la construcción de dos cuarteles militares –Jaime I y Roger de Llúria– y unos pabellones anexos y las casas para acoger a los familiares.

Operarios trabajando este martes retirando amianto de los edificios de la calle Wellington.

Tal y como explicó en un artículo en este mismo diario el escritor y antropólogo Xavier Theros, en 1899 residieron en estos cuarteles los famosos héroes de Baler, los últimos de Filipinas, que aparecieron retratados en el patio con sus uniformes coloniales. Durante la Guerra Civil fue el cuartel Carl Marx, donde se entrenaron los hombres del POUM, entre ellos el escritor inglés George Orwell. Y en la posguerra se instalaron los Juzgados Militares y funcionó como Caja de Reclutas, por la que pasaron varias generaciones de barceloneses obligados a realizar el servicio militar.

Esta zona fue, de hecho, una de las más castigadas por los bombardeos de la aviación fascista durante la Guerra Civil y, de hecho, todavía ahora se podían ver en la fachada impactos de disparos y de metralla provenientes de esas bombas.

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