Collboni se abre a hablar de cerrar las terminales de cruceros para negociar los presupuestos
El PSC prioriza el acuerdo con ERC y los comunes pese a chocar con Colau por la Copa América
BarcelonaJaume Collboni ya dibuja el terreno de juego de la negociación de los presupuestos del 2025. El alcalde de Barcelona ha tomado la palabra este viernes durante el pleno para mostrar su preferencia para pactar con ERC y Barcelona en Comú, y para intentar seducir a ambos grupos, se mostró "dispuesto" a debatir sobre algunas de las propuestas que ya han puesto sobre la mesa en los últimos días. A los republicanos, les ha dicho que quiere hablar del impulso del catalán y de nuevos planes para los barrios del Besòs y de montaña. A los comunes, que está abierto a negociar herramientas para regular los alquileres de temporada, hablar de los precios del transporte público y de la revisión del convenio de 2018 con el Port de Barcelona.
Collboni, que ha subrayado que la seguridad, la gestión turística y la vivienda son sus preocupaciones, abre la puerta así a hablar de la reducción de dos terminales de cruceros que los comunes pidieron la semana pasada. En concreto, plantean no renovar la concesión de la terminal que se renueva anualmente y detener la que todavía no está operativa. Pese a no estar en marcha, la terminal ya está construida, lo que podría hacer que tuvieran que afrontar posibles indemnizaciones millonarias.
Más sencillo parece el acuerdo en cuanto a la regulación de alquileres de temporada. Este viernes, PSC, BComú y ERC han aprobado una propuesta de los republicanos instando al Govern y al Estado a regular con celeridad este fenómeno. Un debate en el que los tres grupos se han topado con Junts, a quien Collboni ha descartado prácticamente como socios para los presupuestos. Sin embargo, el alcalde sí se ha mostrado dispuesto a alcanzar acuerdos puntuales. Desde Junts, el presidente, Jordi Martí, ha recogido el guante, pero ha subrayado la "debilidad" del gobierno municipal.
Pese a la mano tendida del PSC en ERC y Comuns, el entendimiento entre los tres grupos no está ni mucho menos cerca. Si bien las relaciones entre socialistas y republicanos en el Ayuntamiento llevan tiempo engrasadas, parece difícil cerrar acuerdos mientras no se resuelva el congreso del partido del mes de noviembre. Con los comunes, en cambio, el pleno de este viernes ha vuelto a evidenciar que la relación es tensa. Sobre todo con el aún líder del grupo en el Ayuntamiento, Ada Colau.
Reproches a Colau por la Copa América
El momento más tenso entre socialistas y comunes ha llegado durante una intervención de la ex alcaldesa sobre la Copa América. Colau, que ha hecho autocrítica por apoyar en el pasado a la competición –como alcaldesa validó el proyecto–, ha puesto ahora en cuestión los informes de acuerdo con los que tomó esa decisión y que hablaban de unas cifras asistencia que no se están cumpliendo. Por ello, apostó por no acoger ninguna otra edición de la competición de vela y pidió realizar una auditoría que analice si "se han dado ventajas fiscales a los organizadores de acuerdo con unos datos falsos".
En ausencia de Collboni, que no estaba en el pleno durante el debate de la Copa América, el encargado de responder a Colau fue el teniente de alcalde de Economía, Jordi Valls. El concejal socialista ha explicado que ya se ha encargado a la UB un informe sobre el impacto de la Copa América para cuando acabe la competición, y ha asegurado que la ciudad no se ha endeudado. Sin mojarse sobre futuras ediciones de la Copa América, Valls ha cargado contra los comunes por hacer una "autocrítica victimista que pretende eludir la responsabilidad sobre sus propios actos". El resto de grupos sin excepción también han cargado contra Colau por cuestionar ahora una competición que ella ayudó a llevar a Barcelona.
Está por ver si el adiós de Colau en el pleno del mes de octubre supone un cambio en la relación entre el PSC y los comunes y favorece el acuerdo. De momento, este viernes la que será la presidenta de Barcelona en Común en el Ayuntamiento, Janet Sanz, ha cargado también contra la "deriva elitista" del gobierno de Collboni.