Barcelona

Collboni cumple un año sobreviviendo en minoría

El alcalde de Barcelona aspiraba a tener cerrado el acuerdo con ERC para el primer aniversario de su gobierno

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El nuevo alcalde de Barcelona, Jaume Collboni.

BarcelonaJaume Collboni aspiraba a celebrar este lunes su primer cumpleaños como alcalde de Barcelona estrenando un nuevo gobierno más amplio de la mano de Esquerra. No pudo ser. La crisis de los republicanos en la capital catalana ha impedido que, como estaba previsto, este domingo se tomara la fotografía de un nuevo ejecutivo en la ciudad. Collboni, que había prometido nuevo gobierno durante la primavera, soplará la primera vela en solitario. E iniciará el segundo año de su mandato debiendo responder al que ya ha sido el gran interrogante de su primer año de mandato: con quien gobernará.

365 días después de cerrar el paso a un gobierno independentista y conseguir in extremis la vara de alcalde con los votos de los comunes y el PP, Collboni sobrevive en minoría, sin capacidad de tomar todavía velocidad de crucero. No le ha ayudado la aritmética precaria –solo 10 concejales sobre 41– ni el contexto político fuera de la ciudad, condicionado por las elecciones españolas del 2023 primero, y por la amnistía, las elecciones catalanas y las europeas después.

Durante este tiempo, la posición del PSC ha ido virando. Del apoyo de los comunes y el PP por la investidura se pasó a abrir un baile en el que parecía que el alcalde podía elegir entre un pacto con Xavier Trias (Juntos), con el que había sintonía y se pactaron medidas como la nueva tasa de terrazas, o con Ada Colau (Barcelona en Comú), a quien Collboni ha preferido siempre fuera del ejecutivo. El relevo de Ernest Maragall al frente de ERC abrió la puerta a una vía hasta entonces cerrada: la de un pacto a dos con los republicanos que, pese a no dar la mayoría absoluta del pleno, permitiera llegar a acuerdos puntuales, fuera con Junts o con Barcelona en Comú. Ésta sigue siendo todavía hoy en día la opción preferida del alcalde, que confía en que los republicanos superen el callejón sin salida donde se han situado.

La gasolina de los presupuestos

El entendimiento con los republicanos debía dar oxígeno a un gobierno que hasta ahora ha sufrido en los plenos y en las comisiones, donde se ha reprobado el alcalde y se han tumbado las ordenanzas fiscales, el Plan de Actuación Municipal y, hasta y todo, los presupuestos en primera instancia. Solo la incapacidad de la oposición de forjar una mayoría alternativa en Collboni –el veto cruzado entre Junts y Comuns lo imposibilita– ha permitido al ejecutivo municipal aprobar las cuentas mediante una cuestión de confianza.

La aprobación de los presupuestos pactados con ERC ha permitido, sin embargo, cargar de gasolina el depósito del gobierno municipal, que ahora dispone de unas cuentas de 3.807 millones de euros –las más altas de la historia del Ayuntamiento– para poder realizar inversiones e impulsar algunas de las obras y proyectos que se quieren llevar a cabo este mandato, como la cobertura de la ronda de Dalt o la reforma de la Rambla.

El plan Dirección y la gestión del turismo

Con el impulso de estos recursos, Collboni aspira a dar empuje a un mandato que hasta ahora ha pivotado casi exclusivamente sobre el plano Dirección. Con este proyecto, el PSC ha buscado marcar distancias con la etapa de Ada Colau haciendo bandera de la limpieza y seguridad, convertidos desde hace tiempo en dos de los principales problemas de los barceloneses en los barómetros. De ahí también que el alcalde haya puesto el foco reiteradamente en la necesidad de cambiar el Código Penal para luchar contra la multirreincidencia.

También el turismo ha tenido un papel destacado en el primer año del gobierno Collboni. El alcalde ha hablado de la necesidad de ponerle límites y ha puesto sobre la mesa la reducción de pisos turísticos en las zonas más tensadas y la limitación de cruceros. Sin embargo, unos mensajes que ha combinado con la promoción de grandes eventos como el desfile de Louis Vuitton en el Parc Güell, la exhibición de la Fórmula 1 en el paseo de Gràcia de esta semana o la celebración de la Copa América de Vela en partir del próximo mes.

Collboni, a quien la oposición atribuye "propensión a las fotografías" y "poca capacidad de trabajo", tiene pendientes también algunos de los proyectos que ha ido avanzando y que quiere desplegar este mandato, entre ellos la reforma prometida de reserva del 30% de vivienda social; el plan de mejora de los interiores de manzana –la apuesta urbanística del nuevo gobierno en contraposición con los ejes verdes de Colau– o la creación del alcalde de noche. Una figura, esta última, que ató a una ampliación del gobierno que, por ahora, tendrá que esperar.

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