Barcelona

Un comedor social de Gràcia, "en riesgo" por un encontronazo con el Ayuntamiento

La entidad reprocha al gobierno municipal que no haya reeditado el contrato

El comedor social La Terrasseta de Gràcia sigue ofreciendo apoyo gracias a la asociación Rauxa, a pesar de los retos con la renovación del contrato municipal.
22/01/2025
4 min

BarcelonaNada hace pensar que algo ha cambiado cuando se pasa por delante del histórico comedor social la Terrasseta de Gràcia. Después de 24 años, este equipamiento sigue ofreciendo cenar cada noche a las 160 personas que van a buscar una comida. Sin embargo, desde noviembre lo hace sin el apoyo económico del Ayuntamiento de Barcelona.

Después de décadas de colaboración, ahora la entidad denuncia en una carta abierta al alcalde, Jaume Collboni, que el consistorio pone "en riesgo" su proyecto –que no sólo actúa como comedor social sino que también forma parte de un programa de integración para alcohólicos rehabilitados– con una medida "ilícita, injusta y arbitraria".

Para entender el conflicto es necesario viajar 25 años atrás. Entonces, los comedores sociales se traspasaron de la Generalitat a los ayuntamientos, y la Asociación Rauxa –que ahora gestiona La Terrasseta– se presentó en los concursos abiertos para los comedores de Navas y del Paral·lel. Obtuvo la mejor puntuación técnica y ofreció el precio más bajo, pero el Ayuntamiento le adjudicó a otra empresa.

El argumento esgrimido entonces por el consistorio fue que no tenían certificado de empresa, algo que no se exigía a las bases del concurso. La Associació Rauxa presentó recurso y, ante el riesgo de perder en los tribunales, el Ayuntamiento les ofreció un trato compensatorio: una indemnización de 20 millones de pesetas y un contrato especial que hasta ahora se ha ido prorrogando cada cuatro años. Con ese dinero se adquirió y puso en marcha La Terrasseta.

¿Y por qué ahora se rompe esa colaboración? Fuentes del Ayuntamiento explican que ese modelo de contrato expreso para Rauxa –en supuesto de exclusividad técnica, es decir, negociado directamente sin concurso público– "no es posible jurídicamente atendiendo a la normativa actual", ya que requiere que "no haya otro proveedor que pueda efectuar el mismo tipo de prestación".

El comedor social La Terrasseta de Gràcia sigue ofreciendo apoyo gracias a la asociación Rauxa, a pesar de los retos con la renovación del contrato municipal.
El comedor social La Terrasseta de Gràcia sigue ofreciendo apoyo gracias a la asociación Rauxa, a pesar de los retos con la renovación del contrato municipal.

Quejas de la entidad

Por eso, y en el marco de un rediseño de los servicios de comedor, las mismas fuentes explican que en el segundo trimestre del año pasado se convocó un nuevo concurso con "un modelo de atención integral para mejorar la atención que se presta a los ciudadanos". Un concurso que es ahora el epicentro del choque entre la Asociación Rauxa y el Ayuntamiento.

En conversación con el ARA, la presidenta de la Asociación Rauxa, María Luisa Marín, denuncia que, pese a mantener varios encuentros con el consistorio, no se les habló en ningún momento de este nuevo concurso y sólo se les avisó cuando ya sólo quedaban siete días para que venciera el plazo y ya era "inviable" presentarse.

Desde el consistorio se admite que no fue hasta abril cuando se comunicó a la entidad la existencia del concurso para que decidiera si quería presentarse, pero se subraya que fue la entidad quien "valoró libremente" no presentarse. Se apunta además que se ha ofrecido a la entidad una subvención nominativa de 100.000 euros para ayudar a continuar con el proyecto.

Marín, sin embargo, responde que esta ayuda no cubre ni una cuarta parte de lo que se financiaba con el contrato existente hasta ahora. Cuestiona, también, que el Ayuntamiento esté pagando a la empresa que ha ganado el concurso –la multinacional Aramark– "el doble por comida" de lo que abonaba hasta ahora en La Terrasseta. "Han querido no financiar nuestro proyecto, si no se explica", lamenta.

Desde el Ayuntamiento se defienden los beneficios del nuevo concurso. Se subraya que los nuevos comedores sociales del Eixample y Les Corts –con 75 plazas cada uno– “triplican el espacio físico” de La Terrasseta, lo que permite tener espacios reservados para mujeres y que los usuarios no tengan que hacer cola en el calle, favoreciendo así su intimidad. Se apunta también que ambos equipamientos ofrecen la posibilidad de comer –y no solo cenar, como ocurre en Gràcia–, y que se retrasa el horario de cenas de las 18 a las 20 horas.

El comedor social La Terrasseta de Gràcia sigue ofreciendo apoyo gracias a la asociación Rauxa, a pesar de los retos con la renovación del contrato municipal.

Un proyecto único y avalado

Marín se muestra especialmente dolida por el hecho de que el consistorio hable de "dignificar" a los comedores sociales, y reivindica que el proyecto de La Terrasseta es único por varios motivos. De entrada, explica, porque no sólo da servicio de comedor social, sino que favorece la integración de alcohólicos rehabilitados. Actualmente, de los diez trabajadores existentes, siete son alcohólicos rehabilitados.

Además, destaca que, a diferencia de otros grandes comedores sociales, La Terrasseta "es un lugar muy acogedor", con mesas como un restaurante y donde la comida es casera y hecha por los trabajadores de la casa. "No es un catering ultraprocesado", defiende. Como evidencia de este proyecto único, Marín aporta también una larga lista de entidades y personalidades que han apoyado el proyecto, como Cáritas, la Fundación Paco Candel, la Mesa de Entidades del Tercer Sector, el expresidente de la Generalitat Quim Torra, la Fundación Irla o la Fundación Banc dels Aliments.

Pese al impacto que supone la pérdida de los ingresos municipales, Marín asegura que el proyecto de La Terrasseta continuará en marcha, y agradece las aportaciones privadas recibidas hasta ahora.

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