Contaminación acústica

Joaquín Costa, Escudellers y Pere IV: el triplete infernal del ruido nocturno en Barcelona

Son algunas de las calles que obtienen peores resultados en las mediciones que ha hecho el Ayuntamiento como paso previo a desplegar medidas

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Uno de los sonómetros colocados a la calle Joaquim Costa del Arrabal

BarcelonaEl primer paso era poner números a un problema que hace décadas que se ensaña con los vecinos de algunas zonas de Barcelona: el ruido vinculado al ocio nocturno y el incivismo. Por eso, el Ayuntamiento anunció, en mayo, que colocaría sonómetros en los 11 puntos que había identificado como más conflictivos. El objetivo era verificar si se detectaba una superación continuada del límite permitido en tres decibelios. Y no ha habido sorpresas: el consistorio ha informado esta mañana que esto pasa en todas las zonas analizadas. Con los datos en la mano, los que salen peor parados son los vecinos del Raval y el Gòtic, porque los sonómetros que se han colocado en las calles Joaquín Costa y Escudellers (en la plaza George Orwell) son los que más a menudo han obtenido resultados rojos, que son aquellos que superan en más de diez decibelios el límite marcado durante la franja de la noche. De hecho, tal como radiografiaba el ARA en un interactivo, el distrito de Ciutat Vella es el que más sufre los estragos del ruido derivado del ocio, mientras que el Eixample es el más maltratado por el tránsito.

A pesar de que los resultados todavía son preliminares y se tienen que cruzar con otros datos, en Joaquín Costa en un mes hubo siete resultados rojos e incluso uno morado (superación del límite en más de 15 decibelios), coincidiendo con la noche de la verbena de San Juan, y hasta 32 superaciones del límite si se miran todas las franjas del día. Y en la plaza Orwell hubo seis resultados rojos y 25 que superaron los niveles marcados si se miran las 24 horas del día, con noches por encima de los 72 decibelios.

Uno de los sonómetros colocados en la calle Joaquín Costa del Raval.

Tampoco sale muy bien parada la calle Pere IV, en el conocido como Triángulo Golfo del Poblenou, con cinco números en rojo y uno en morado (81 decibelios) el día de la verbena y con la problemática de los decibelios concentrada en la franja nocturna desde el miércoles y hasta el fin de semana. San Juan también hizo disparar los sonómetros en las plazas de Gràcia hasta casi tocar los 90 decibelios en la plaza de la Virreina.

Jóvenes delante de la Sala Razzmatazz, en el conocido como Triángulo Golfo del Poblenou

También destaca en el particular ranking del ruido, la calle de Allada-Vermell, en Sant Pere y Santa Caterina, con hasta 24 valores por encima de los máximos. O Almirall Churruca, en la Barceloneta, con 20 superaciones, solo la mitad de las cuales en la franja por la noche, porque aquí el ruido es más constante. En términos generales, el gobierno municipal da por confirmado que en los 11 puntos que tenía identificados como críticos hay superaciones continuadas en tres decibelios de los límites marcados.

Recortar el horario de la restauración

Ahora, el siguiente paso tienen que ser las medidas para afrontar la situación. Y el gobierno municipal promete que tomará. "Debemos actuar en todos los puntos; son pocos, pero es urgente actuar", ha sentenciado el regidor de Emergencia Climática, Eloi Badia, que ha apuntado que ahora la pelota está en la azotea de los distritos, que son los que tendrán que definir las medidas para conseguir reducir decibelios durante la noche. Entre las que se plantean hay, como informó el ARA, la reducción de una hora del horario de las terrazas (que ya se aplica en la calle Blai del Poble-sec y en la plaza de Osca) e incluso de los locales de restauración. Por eso, el regidor ya ha enviado hoy un mensaje a los restauradores: "No es una situación que se dé en toda la ciudad, pasa en zonas muy concretas, y los locales tienen que ser los primeros interesados en solucionarlo".

Hasta ahora, el gremio ha recibido de mala manera cualquier propuesta enfocada a recortar el horario, sea en vías saturadas como la calle Enric Granados o en el conjunto de la ciudad, y su director, Roger Pallarols, ha pedido poner el foco en los problemas derivados del incivismo.

La de los horarios es solo una de las medidas que pueden acabar incluidas en estos planes antiruido. Badia también ha hecho referencia este miércoles a la posibilidad de avanzar el paso de las brigadas de limpieza para evitar las concentraciones de gente bebiendo en la calle, el despliegue de agentes cívicos y las campañas informativas. Ha reconocido, sin embargo, que las propuestas que afecten a los horarios son las que tendrán un despliegue más lento, a pesar de que también se quieren aplicar este mismo verano. El regidor también ha apuntado que es posible que en estos puntos más conflictivos se denieguen las peticiones de mantener las terrazas extras ganadas en pandemia como, de hecho, el Eixample ya ha confirmado que hará en vías como Enric Granados, el paseo de Sant Joan o la calle Parlament.

El problema del ruido

Barcelona supera los umbrales recomendados de ruido tanto de día como por la noche. La primera causa del problema es el tránsito, pero la segunda es la difícil convivencia entre vecinos y ocio nocturno, que es la que genera más quejas. Fue para intentar empezar a aplicar medidas que reduzcan el exceso de decibelios pasadas las once de la noche que el Ayuntamiento empezó a hacer mediciones en las zonas más complicadas.

Horta-Guinardó

Sarrià -

Sant Gervasi

Nou Barris

places

de la Vila

les Corts

plaça

Osca

Sant Andreu

Gràcia

Rogent

Enric

Granados

Eixample

Allada

Vermell

Triangle

Lúdic

Joaquim

Costa

Sant Martí

rambla del

Poblenou

Nou de la

Rambla

Ciutat

Vella

George

Orwell

Sants-Montjuïc

Almirall

Churruca

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de la Vila

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Osca

Rogent

Enric

Granados

Allada

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Triangle

Lúdic

Joaquim

Costa

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Rambla

George

Orwell

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Poblenou

Almirall

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rambla del

Poblenou

Almirall

Churruca

De momento, los puntos conflictivos se han identificado en los distritos del Eixample, Ciutat Vella, Sant Martí, Sants-Montjuïc y Gràcia. Y lo que se hará ahora es sumar nuevos espacios sospechosos de superar el límite de ruido para comprobar si también pueden entrar en la lista de zonas acústicamente tensas en horario nocturno (ZATHN), que es la herramienta que el Ayuntamiento considera que lo habilita para tomar decisiones como por ejemplo reducir los horarios de la restauración. Se sumarán, como avanzó el ARA, los jardines de la Mediterránea, al barrio de Marina, pero también la calle Blai del Pueble-sec y plazas de Gràcia donde todavía no se han colocado sonómetros como Joanic, Diamant, plaza de la Vila o Raspall.

Uno de los objetivos municipales es actualizar el mapa de capacidad acústica de la ciudad, que es el que marca los límites de decibelios permitidos en función de la actividad predominante en la zona. Uno de los cambios que se quiere hacer es crear la categoría de zonas urbanas tranquilas para conseguir bajar los decibelios en las áreas más próximas a los vecinos. Esto tiene que permitir, según Badia, reducir en 12 puntos (del 20% al 8%) las calles que se considera que pueden admitir más ruido y se hace porque se considera que la ciudad está haciendo un proceso de pacificación que tiene que ir de la mano de esta exigencia superior. "La buena noticia es que Barcelona está transformándose para ser una ciudad más calmada y que seremos más exigentes", ha defendido Badia.

Los 11 puntos analizados

  • Plaza de Osca
  • Calle Enric Granados
  • Calle Rogent
  • Rambla del Poblenou
  • Triángulo Lúdico del Poblenou
  • Plazas Virreina, del Sol y Revolució, en Gràcia
  • Calle Joaquín Costa
  • Calle Nou de la Rambla
  • Calle del Almirant Churruca
  • Plaza George Orwell
  • Calle del Allada-Vermell
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