La multiplicación de las terrazas en Barcelona: 11.000 mesas más que en 2019
La FAVB reclama cambios en la ordenanza a partir de datos como que el espacio público ocupado por la restauración se ha casi doblado respecto a antes de la pandemia
BarcelonaSi una cosa ha dejado la pandemia en Barcelona, además de calles pacificadas con urbanismo táctico, es un incremento del número de terrazas. En su balance final, el Ayuntamiento cifró en 1.131 las terrazas que habían aparecido o habían crecido durante los años del covid. Este martes la Federación de Asociaciones de Vecinos de Barcelona (FAVB) se ha armado con una batería de cifras, obtenidas del mismo Ayuntamiento, para denunciar lo que consideran un crecimiento "exponencial y excesivo" y reclamar que el mandato que viene se cambien las reglas del juego con una nueva ordenanza que regule mesas y sillas en la calle. Según su balance, en 2019 en Barcelona había 4.217 permisos de terraza (que ya eran casi el doble de los que había en 2000) y la última cifra ya es de 6.501 licencias. Y esto se traduce en un incremento de más de 11.000 mesas (11.653) en cuatro años hasta situarse en las 30.427. Y, según denuncia el movimiento vecinal, también en un crecimiento más que notorio del espacio público ocupado con mesas y sillas: se pasa de 44.496 metros cuadrados en 2019 a 75.802, un aumento de más del 70%.
"Ya avisamos que consolidar las terrazas en la calzada tendría un efecto multiplicador, porque no ha ido ligado a la reducción de las que los locales ya tenían en la acera y, por lo tanto, en muchos casos no hay una ganancia para el peatón", se queja Pere Mariné en nombre de la FAVB.
El informe que han presentado hoy hace la comparativa con Madrid para concluir que la ocupación en Barcelona es "excesiva" porque, a pesar de que la capital española tiene más mesas por habitante, Barcelona gana en número de mesas por hectárea: 2,99 en Barcelona y 1,03 en Madrid. "Una sobresaturación muy acusada de mesas en el espacio público", a parecer de la FAVB, que también considera que la tasa que pagan los restauradores es baja y que, además, en los últimos años se los han bonificado en un 75% por la pandemia. Remarcan, en este sentido, que una mesa en una de las mejores calles de la ciudad (categoría A) les cuesta poco más de un euro al día. Por lo tanto, una terraza estándar de cuatro mesas paga 120 euros al mes. Y este 2023, teniendo en cuenta la bonificación, el precio se queda en 30 euros al mes.
Inspecciones
Una de las principales demandas del movimiento vecinal es poner en marcha un servicio adecuado de inspecciones que evite que algunos restauradores hagan trampas y coloquen, por ejemplo, más mesas de las que tienen autorizadas. Este sería, entienden, un punto clave de la nueva ordenanza, pero también piden que se quiten mesas, sobre todo de las zonas más masificadas, y que se ajusten a la baja los horarios.
Los datos que ha obtenido la FAVB bailan ligeramente con las del balance que presentó el gobierno municipal ahora hace dos meses, que determinaba que la ciudad tiene 29.858 mesas de terraza y 114.056 sillas, unas cifras algo más bajas que las que han presentado este martes los vecinos. En cualquiera de los dos casos, no obstante, la ciudad habrá ganado más de 11.000 mesas en solo cuatro años. Si se miran las cifras desde que Ada Colau es alcaldesa (2015), Barcelona ha sumado 3.147 terrazas y casi 30.000 metros cuadrados más ocupados por mesas y sillas.