Las quejas por la suciedad fuerzan a Collboni a intensificar la vigilancia y las sanciones en Ciutat Vella
El Ayuntamiento de Barcelona presenta una campaña informativa y dentro de 15 días empezará a multar al Gòtic, el Raval y el Casc Antic


BarcelonaEra una petición a gritos desde hacía años de los vecinos del Gòtic, el Casc Antic y el Raval, y finalmente el Ayuntamiento de Barcelona ha puesto manos a la obra. El gobierno municipal ha anunciado que pone en marcha una prueba piloto para reducir la suciedad en las calles de Barcelona, sobre todo en estos barrios del distrito de Ciutat Vella. Y lo harán a base de información y concienciación, pero también con mayores sanciones. Así lo ha anunciado este martes el tercer teniente de alcalde y concejal de Ciutat Vella, Albert Batlle, quien ha insistido en que el problema no se centra en la labor de los servicios de limpieza –a quien ha agradecido su trabajo– sino en el incivismo de los "vecinos, comerciantes y visitantes".
"Hay un volumen exagerado de incivismo continuo que no queremos permitir", ha dicho Batlle en referencia a los lugares donde se desplegará el plan piloto. "En estas zonas hemos detectado importantísimos casos de infracciones, y es ahí donde se hará el máximo control", ha insistido el concejal de Ciutat Vella. Dejar la basura fuera del contenedor que toca, fuera de las horas estipuladas o acumular trastos viejos o rotos en la calle ya era motivo de multa en Barcelona, pero Batlle ha explicado que ahora con este nuevo plan el consistorio quiere intensificar la vigilancia y también las sanciones al menos en 21 calles de la ciudad que se consideran especialmente conflictivas.
Primero advertir y después multar
En un primer momento, la campaña será meramente informativa. Los equipos de limpieza etiquetarán con grandes pegatinas de color naranja, muy visibles, las bolsas mal clasificadas, se colgarán carteles informativos y se avisará de las posibles sanciones. Pero este primer estadio de aviso será corto: "No queremos alargarlo demasiado en el tiempo, la gente ya sabe las normas básicas de convivencia -ha argumentado Batlle- y nosotros las recordaremos. Pero después de un período corto, de unas dos semanas, empezaremos a sancionar", ha explicado. Las multas por abandonar desechos en la calle pueden alcanzar los 600 euros. Cuando llegue esta segunda fase del plan será necesaria una estrategia específica, con más agentes de la Guardia Urbana en la calle y más inspectores para imponer sanciones a los vecinos y comerciantes que peguen dejando la basura fuera de lugar o haciendo un mal uso de los contenedores. "Los turistas que lo hagan mal, evidentemente, también serán sancionados", aclaró el concejal, quien no detalló cuántos agentes más se incorporarán a las patrullas para aumentar el control en estas zonas. De hecho, Batlle ha dicho que tampoco se descarta que "en un futuro" se puedan utilizar las cámaras de videovigilancia que se utilizan para investigar hechos delictivos, también para vigilar a quienes no hagan un buen uso de los contenedores.
La prueba, que de momento no se ha planteado para ninguna otra zona de la ciudad, también implica repensar cómo se hace la recogida de la basura en estas zonas más conflictivas. El Ayuntamiento ha explicado que se concentrarán las recogidas de residuos a primera hora de la mañana y de la tarde, "por lo que se vean más todos los residuos abandonados fuera del horario establecido". Un cambio que tampoco han detallado hasta cuándo se mantendrá o si se alargará mucho en el tiempo o no.
Los vecinos, hartos
Todo ello forma parte de una campaña de "sensibilización y concienciación" incluida en el Plan Endreça ya que, según Batlle, los servicios de limpieza funcionan correctamente. "Nos lo dicen los vecinos y lo vemos y sentimos en los consejos de barrio. En Ciutat Vella hay constantemente personal de limpieza funcionando, pero hay determinadas calles que siguen sucias a la cabeza. Es una cuestión que entra por los ojos", se quejó el teniente de alcaldía. Sin embargo, barrios como los del Raval y Sant Antoni continúan expresando su malestar por la situación con carteles pegados a los entornos de las calles más sucias en contra del Ayuntamiento y del Pla Endreça.
Las quejas vecinales por la suciedad en Barcelona se convirtieron en una de las principales preocupaciones de los ciudadanos hace un par de años. "Era una problemática que preocupaba mucho a los vecinos, sobre todo en el Casc Antic, y este gobierno ya entendió que era una situación que había que abordar", ha explicado Batlle, quien ha asegurado que al inicio de su mandato el alcalde Jaume Collboni ya habló directamente con las empresas que hacen el contrato de la limpieza y les dijo que era necesario "un punto de inflexión". Sin embargo, el gobierno municipal mantenía entonces que el sistema de limpieza funcionaba correctamente y atribuía el conflicto al incivismo. "La situación desde entonces ha mejorado, pero el problema se mantiene en algunos puntos, por eso hacemos esta prueba piloto", ha concluido Batlle.