La batalla personal de James Rhodes por aprobar una ley pionera

MadridEra el febrero de 2020, España veía todavía lejos la pandemia que asolaba China, y el pianista James Rhodes se despertó en un hotel de Barcelona con el móvil que sacaba humo. El entonces vicepresidente segundo del gobierno español, Pablo Iglesias, acababa de anunciar que pronto el consejo de ministros aprobaría la pionera ley de protección de la infancia. De hecho, para sorpresa del mismo pianista, el líder de Unidas Podemos había bautizado el texto como ley Rhodes, en homenaje a la batalla personal que había emprendido el artista dos años antes para intentar aportar su pequeño grano de arena a la lucha contra las violaciones de niños que él sufrió de niño en el Reino Unido.

El agosto del 2018 Rhodes escribió una dura carta al presidente español, Pedro Sánchez, a través del diario El País, en la que le pedía una ley que acabara con la prescripción a los 18 años –después de ver cómo muchas de las denuncias vinculadas al caso de los Maristas no se podían llegar a juzgar– . "Solo el 15% de los casos se denunció a la policía. De este 15%, el 70% no llegaron a juicio", detallaba. La carta tuvo un efecto inmediato: Pedro Sánchez se puso en contacto el mismo día y por la tarde se reunieron en la Moncloa junto con el representante de Save the Children, que hacía mucho tiempo que intentaba una reunión en vano. De allá salió la promesa de aprobar por la vía de urgencia una ley que había impulsado el PP al Congreso ya en 2015.

Tres años de espera

"Como un idiota, me lo creí", escribe Rhodes en el libro que acaba de publicar titulado Made in Spain (Plan B, 2021), después de que la convocatoria de elecciones el 2019 dejara en papel mojado la promesa hecha. El músico tuvo que esperar a que acabara lo peor de la pandemia para ver que la ley llegaba finalmente al consejo de ministros gracias al compromiso de Pablo Iglesias. Este jueves ha asistido entusiasmado a la votación en el Congreso, a la espera de que lo apruebe también el Senado y entre en vigor definitivamente cuanto antes mejor.

"La única razón por la cual entré en política fue la ley, y he pagado un precio que no te puedes ni imaginar, pero a un nivel que casi ni me explico", dice en declaraciones al ARA sobre los ataques que ha recibido por haber apoyado al gobierno español para impulsar una ley que, en su día, impulsó el PP. "Hemos conseguido una cosa increíble: ahora en España somos líderes en el mundo con esta ley de protección infantil. Pero esto de los golpes que he recibido de la prensa, en las redes, en medios de derechas, por haber hecho una cosa para proteger los niños, es tan feo, corrupto, innecesario...", añade dolido. Aun así, asegura que "vale la pena" porque la ley es el proyecto más importante que ha emprendido en su vida.