Cambio climático

El verano más caluroso jamás registrado (con permiso del 2003)

Varios observatorios han registrado una estación cálida más dura que la de aquel año, pero no es el caso de Barcelona

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Una persona se refresca en la playa de Barcelona

BarcelonaSe ha acabado agosto y esto quiere decir que se puede dar por cerrado el verano meteorológico, que incluye los meses enteros de junio, julio y agosto. Los datos revelan que en general en Catalunya ha sido el verano más caluroso que se haya podido medir nunca, a pesar de que algunos observatorios de la costa central no han llegado a superar los datos del 2003.

Según cálculos del ARA, a partir de datos de 84 estaciones del Meteocat, la media de temperatura de los últimos tres meses en Catalunya se ha situado en 23 grados, un valor que no admite comparaciones con cualquier de los últimos trece veranos. Varanos muy calurosos como los del 2017 y el 2019 apenas llegaron a una media de 21,5 grados. Fueron veranos con episodios de calor incluso más importantes que los más duros de este año, pero el calor no fue en absoluto tan persistente como ahora. Hay que recordar, además, que ya veníamos del mayo más cálido jamás registrado en Catalunya.

Los datos abiertos del Meteocat no llegan más allá del 2009 y, por lo tanto, no nos permiten hacer este mismo cálculo con los valores del histórico verano del 2003, pero a partir de algunas series individuales sí que se puede valorar la diferencia entre uno y otro. Alrededor de Barcelona los datos de observatorios como el del aeropuerto del Prat y el Observatorio Fabra revelan que el 2003 aquí fue todavía más duro que este año. La media de temperatura de entonces fue algo más alta y también hubo más días de mucho calor. En el Prat, por ejemplo, los 30 grados este año se han superado 58 veces y el 2003 fueron 71 días de calor intenso. En el resto de observatorios consultados, la media de temperatura del verano de este año supera la de aquel brutal 2003, a pesar de que en general son diferencias que no superan el medio grado.

Otro indicador que ayuda a ver hasta qué punto el verano de este año ha sido muy largo y extraordinariamente caluroso es el de las superaciones totales de 35 grados, es decir, la cantidad de estaciones y días en que se han llegado a superar los 35 grados. A partir de datos de 84 estaciones del Meteocat, ya se ha producido más de 1.200 veces este año, un dato que supera por mucho los de veranos muy calurosos recientes. Es bastante probable que este dato sea superior al del 2003, porque este año el mes de mayo ya hubo situaciones de calor realmente fuerte. En cambio, si hacemos este mismo cálculo fijando el umbral en los 40 grados, los datos revelan que el 2019 los picos de calor extremo llegaron a ser más duros que los de este año. También es muy interesante fijarse en el hecho que entre el 2009 y el 2015 se superaron 31 veces los 40 grados y, en cambio, entre el 2015 y el 2022 se han superado 152 veces.

En cuanto a precipitaciones, después de un julio muy crítico y sin casi tormentas por la tarde en el Pirineo, las últimas semanas han estado marcadas por más actividad y por algunos días de chubascos incluso más extensos. Si se calcula la suma diaria de las precipitaciones de 84 estaciones del Meteocat, el gráfico que resulta de ello muestra claramente que después de un comienzo de verano muy seco, las últimas semanas han sido marcadas no por grandes tandas de lluvia, pero sí por un goteo de chubascos más constante.

De entre las precipitaciones acumuladas durante el mes de agosto hay que destacar los 288 l/m² acumulados en Les Llosses, en el Ripollès, los 271 de Planoles y los 245 de Castellar de n'Hug. Las lluvias no han conseguido hacer aumentar las reservas de agua en los embalses, pero sí que han conseguido frenar la bajada. Ahora mismo los embalses de las cuencas interiores de Catalunya están al 39% de la capacidad.

Acumulación de precipitación durante el mes de agosto
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