Los embalses se encuentran en el 77% de su capacidad total después del mes de julio, una cifra muy superior al 36% registrado en el mismo período del año pasado.
Cataluña vive en julio más lluvioso del último siglo
El mes rompe la inercia cálida de junio y deja registros históricos de precipitaciones en diversas comarcas
BarcelonaCataluña ha vivido este 2025 uno de los julios más lluviosos de los últimos cien años, comparable a los meses estivales de 1977, 1960 y 1943, y sólo superado por el de 1932, cuando en localidades como Tossa de Mar (Selva) se alcanzaron hasta 186 litros por metro3/m. de Cataluña (Meteocat), este año, aunque los valores exactos han sido ligeramente inferiores, las precipitaciones han multiplicado por dos, tres o incluso cuatro veces la media climática habitual del mes de julio en muchas zonas del país
La mayor parte de la lluvia se concentraron en pocos días. registró 123,2 mm en Inglés (Selva), mientras que el día 12, el paso de una pequeña DANA provocó tormentas intensas y extensas al prelitoral, con acumulaciones superiores a los 100 mm. (Maresme).
Sin embargo, el Pirineo occidental ha sido una de las excepciones: allí, julio ha sido seco, incluso por debajo de lo habitual, "El mes de julio es, fuera del Pirineo, el que climáticamente recibe menos lluvias del año" muy poco frecuente".
Cambio de tendencia térmica
Julio también ha supuesto un punto de inflexión respecto a junio, que fue excepcionalmente cálido. La irrupción de varias masas de aire más fresco ha suavizado las temperaturas, con un desigual balance entre la costa y el interior. En el litoral, las temperaturas medias fueron entre uno y dos grados por encima de lo habitual, probablemente por la inercia térmica del mar. Pero en zonas del Prepirineo y del norte de Catalunya Central, el mes ha sido incluso fresco. "Ha sido en julio más fresco desde el 2014 en algunos sectores del interior", apunta Anna Rius, jefe de los servicios climáticos del Meteocat.
En algunas áreas de montaña y del interior se ha producido un hecho inusual: el mes de junio fue más cálido que en julio, rompiendo con el patrón climático habitual.
Entre la lluvia y el fuego
Pese a las lluvias generalizadas, la irregularidad de las precipitaciones no ha impedido la aparición de incendios forestales. Mientras que algunas comarcas han acumulado litros de agua por encima de la media, otras han visto cómo la vegetación se mantenía seca y expuesta a condiciones favorables para la propagación del fuego.
Dos de los incendios más graves del mes tuvieron lugar en la Segarra y en Paüls (Baix Ebre). El primero arrasó más de 6.500 hectáreas y el segundo, más de 3.300, en pleno Parque Natural de Els Ports. Temperaturas puntualmente altas, viento seco y una acumulación de material vegetal inflamable después de meses de estrés hídrico explican cómo desencadenar estos fuegos en un contexto aparentemente húmedo.
El contraste entre las lluvias torrenciales en algunas zonas y los suelos resecos a pocos kilómetros de distancia pone de manifiesto la complejidad del clima mediterráneo. Según los expertos, esa extrema variabilidad del régimen de precipitaciones, sumada a las oleadas de calor intermitentes, incrementa el riesgo de incendios incluso en veranos que, estadísticamente, son húmedos.