Derechos Sociales

Control en las residencias: los resultados de las inspecciones serán públicos

La Generalitat abrirá una página web en la que los geriátricos actualizarán las listas de espera

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Una residencia en una imagen de archivo

BarcelonaLa protección de datos en las residencias de ancianos ya no será excusa para conocer oficialmente si un centro presenta deficiencias. El departamento de Derechos Sociales abrirá en las próximas semanas una página web con los resultados de las inspecciones al millar de geriátricos que hay en Catalunya para que las familias con residentes o las que están buscando una plaza conozcan las condiciones del centro de forma oficial. El anuncio lo ha hecho esta semana en el Parlament el secretario de Asuntos Sociales y Familias, Lluís Torrens, quien ha justificado la transparencia de los datos como una forma de "mejorar" el funcionamiento tanto de cada centro como del propio sistema.

La medida queda lejos de lo que familiares y algunos expertos habían pedido, que era incluso copiar el método que se utiliza en varios países europeos, en el que las conclusiones de las inspecciones se cuelgan en la puerta del geriátrico y sirven para puntuar su calidad con un sistema de estrellas, como se hace con los hoteles.

Los cambios en el control de los geriátricos, muy cuestionados a raíz de la crisis del covid, incluyen que a través de la misma página se detallará la lista de espera de cada centro, un dato que a veces puede ser un "buen indicador de calidad", señala Torrens. Ha añadido que en muchos casos "más lista de espera se corresponde con una mejor calidad del servicio". A modo de catálogo, las residencias se podrán publicitar y podrán publicar cuáles son los servicios que ofrecen con fotografías de sus instalaciones.

Torrens ha dado explicaciones sobre la muerte por un brote de legionela de ocho personas mayores de la residencia geriátrica Aragón, en el Eixample de Barcelona, que la dirección y la gerencia del centro escondieron durante meses en los departamentos de Salud y Derechos Sociales, aunque las familias habían denunciado las malas condiciones, como las inspecciones posteriores confirmaron. El caso, destapado por El Periódico, es investigado por un juzgado de lo penal y ha puesto en evidencia los errores y la falta de coordinación en la inspección de geriátricos.

Descoordinación en las investigaciones

Este desbarajuste, la falta de comunicación entre los diferentes cuerpos de inspección, posibilitó que la residencia tardara más de un año en corregir las deficiencias que se habían detectado, como suciedad en todas las instalaciones, pañales colgados en las grúas para mover a los residentes, comida de calidad muy deficiente y restos de vómitos en los lavabos. Incluso, pese a que la administración ordenó su destitución, la directora continuó como subdirectora hasta que Derechos Sociales fue advertida por los inspectores. Para los grupos de la oposición (todos, salvo ERC), tanto la situación en la que tuvieron que vivir los usuarios del centro como la actuación de los departamentos de Derechos Sociales y Salud son un despropósito que evidencia la falta de controles.

Torrens admitió que su departamento fue "engañado" por la dirección y la gerencia del centro, que presentaron recurso contra la sanción administrativa impuesta. Pero en el centro Aragón falló también la coordinación entre los distintos inspectores que la visitaron. Para evitar que la información se pierda, Torrens ha anunciado cambios en las inspecciones, en el sentido de que los tres cuerpos distintos de inspectores tengan un circuito establecido para comunicarse incidencias en caso de que detecten irregularidades y deficiencias. El objetivo es responder lo antes posible para evitar males mayores y no deteriorar la calidad del servicio de las residencias que, formalmente, son consideradas casa de los residentes. "Poner más ojos", ha ilustrado el responsable de la conselleria. Sin embargo, Torrens no ha hablado de valorar otros aspectos, como reclaman patronal y sindicatos, como actualizar los criterios de valoraciones para adaptarse a los nuevos usuarios, cada vez de mayor edad y con un estado físico y cognitivo más deteriorado.

Tres son los cuerpos de inspección a geriátricos con capacidad para sancionar: los que dependen directamente de Servicios Sociales y realizan inspecciones anuales "sin avisar", ha dicho Torrens para desmentir las voces que afirman que los controles son pactados con las direcciones, y "extensas" ". Duran aproximadamente seis horas y se valoran aspectos como las actividades existentes para los residentes, la alimentación, la limpieza y los recursos humanos y materiales. El segundo pilar es el de las agencias de salud pública de Cataluña y de Barcelona, que se encargan de vigilar la calidad y la higiene, y realizan controles periódicos de entre seis meses y cinco años, en función de las deficiencias que se han encontrado anteriormente. Por último, los inspectores de salud, que se activan en caso de denuncia por errores o carencias en la medicación, en la atención sanitaria o si se está cobrando por un servicio que ya está incluido en la cartera pública de la Seguridad Social , ha relatado Torrens. Aparte, hay dos estamentos –de la atención primaria y sociales– que no pueden multar, pero sí comunicar a inspección las anomalías que detectan para que se investiguen.

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