Educación

Educación deniega finalmente la subvención a las dos escuelas del Opus que no serán mixtas

El Govern da por buenas las solicitudes de los ocho centros que ahora dejarán de separar niños y niñas

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La Escuela Siroco del Hospitalet es uno de los centros que pasará a ser mixte.

BarcelonaEl departamento de Educación ha publicado este lunes la esperada resolución que renueva las subvenciones de los cursos de infantil y ESO de las escuelas concertadas de Catalunya. Y, haciendo oficial el anuncio que hizo hace unos meses la conselleria, se han denegado finalmente los conciertos a los dos únicos centros vinculados al Opus Dei que no han comunicado al Govern que mezclarán niños y niñas. Así pues, las escuelas Viaró, de Sant Cugat del Vallès, y Camp Joliu, en L'Arboç, pierden el concierto en la secundaria porque no son mixtas. En Catalunya, pues, quedarán dos centros educativos que segregan a los alumnos por razón de género.

La resolución, que ha salido este lunes en el Diario Oficial de la Generalitat de Catalunya (DOGC), informa que Viaró, a pesar de todo, había pedido la subvención para 12 unidades (tres líneas por cada curso de ESO) y Camp Joliu para 16 (cuatro líneas por curso), pero tendrán 0 líneas concertadas del 2022 al 2026 porque "el centro no desarrolla el principio de coeducación" que marca la ley estatal de educación, la Lomloe. Desde Viaró ya se comunicó a las familias que desde sus inicios el centro ha optado por "la educación diferenciada", en este caso, aceptar solo chicos, para "potenciar al máximo la personalización educativa". "Viaró no podría ser, ni ofrecer, lo que es si renuncia a este rasgo fundamental de su carácter propio", decían en el texto, al cual tuvo acceso el ARA. Y a pesar de que admitían que "es muy probable que el departamento de Educación no renueve el concierto en secundaria", aseguraron que "el próximo curso" no se incrementará el coste para las familias. 

En cambio, el Govern ha renovado los conciertos a los otros ocho centros catalanes que separaban los niños y las niñas y que ya habían comunicado a la conselleria que harán "escolarización mixta" a partir del curso que viene. Se trata de los centros La Farga (hasta ahora solo de chicos), La Vall (hasta ahora solo de chicas), Institució Tarragona (formada por los centros Aura, de chicas, y Turó, de chicos) y Les Alzines (de chicas), Bell-lloc del Pla (de chicos), Canigó (de chicas), Xaloc (de chicos) y Pineda (de chicas). Se sumaban, así, al que ya han hecho otros centros que, debido a la pérdida de alumnado y el riesgo de quedarse sin concierto por no llenar suficientemente los grupos, habían ido mezclando chicos y chicas –también en primaria–, como en el caso de las escuelas de Igualada (Montclar y Mistral), de Lleida (Terraferma y Arabell) y de Terrassa (Airina).

30 millones de euros públicos

Con el anuncio en el DOGC, el Govern da por buenas, pues, las "pruebas y evidencias" que el departamento de Educación pidió a todos estos centros para asegurarse de que realmente cambiarán de modelo educativo. Entre otros documentos, la conselleria reclamó la circular en que se informa a las familias o el acuerdo del claustro y el consejo escolar. Así, el Govern sí que ha alargado la subvención para todas las líneas que han pedido estos centros, que durante muchos años habían separado niños y niñas. En total, las 16 escuelas que segregaban por sexo recibían unos 30 millones de euros públicos cada año.

Aun así, desde el departamento siempre han dicho que la integración de chicos y chicas en estos centros no será sencilla. En Igualada y Lleida, donde el edificio de chicos y el de chicas están muy cerca y las dos escuelas forman parte del mismo grupo, lo han tenido relativamente fácil para pasar a ser mixtas. Lo mismo puede pasar en Tarragona. En cambio, será más complicado en La Farga y La Vall, porque, a pesar de que son complementarios, están separados por 14 km; o en Girona, porque la escuela de chicos y la de chicas no forman parte del mismo grupo empresarial. Además, se dará la paradoja de que algunas familias tendrán los hijos en Viaró, que continuará siendo masculina, y las hijas en Canigó, que a partir del curso que viene quiere escolarizar chicos. Todo ello, un desmadre de casuísticas que el departamento quiere controlar con lupa, pero también con paciencia, consciente de que el cambio será "progresivo" y puede tardar unos años en ser definitivo.

En todo caso, el departamento de Educación ya hace tiempo que batalla por retirar la subvención a estos centros. Hace más de un año lo intentaron hacer con los conciertos de primaria, pero la justicia tumbó cautelarmente aquella decisión y obligó a los miembros del Govern a "abstenerse" de hacer cualquier declaración o acto "que impida" que las familias que lo quieran matriculen a sus hijos en estos centros. Para tumbar el concierto en las otras etapas se ha tenido que esperar hasta ahora, porque en febrero de 2018, aprovechando la aplicación del artículo 155, el Estado renovó automáticamente y hasta 2022 todos los conciertos de infantil, ESO y bachillerato. A pesar de que la justicia siempre ha parado los intentos de retirar estas subvenciones, con la entrada en vigor de la nueva ley de educación (llamada ley Celaá) el Govern cree que tiene cobertura jurídica para hacerlo, porque la normativa prohíbe explícitamente dar dinero público a los centros que segregan por sexo. Es en este contexto que los centros vinculados de alguna manera al Opus Dei se han puesto las pilas para no perder la subvención. Todos excepto dos.

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