BarcelonaDesde que una universidad decide que quiere abrir una nueva titulación hasta que salen los primeros graduados de estos estudios, suelen pasar unos siete años. De éstos están los cuatro cursos estándar que suele durar un grado, pero también existen los aproximadamente tres años que pasan por idear el proyecto y completar el circuito que controla qué titulaciones se imparten en las facultades catalanas y cuáles no.
Dentro de este circuito, uno de los puntos clave y obligatorios es que la propuesta de titulación sea valorada favorablemente por la Agencia de Calidad Universitaria (AQU) de Cataluña. Un filtro que no supera uno de cada diez proyectos. Esta información se desprende de los datos recopilados por la AQU que ha podido consultar el ARA sobre el número de propuestas de nuevos grados, másteres o programas de doctorado que la agencia ha evaluado en los últimos cinco años para emitir un informe que acredite la calidad de estos futuros estudios.
Titulacions amb informe favorable de l'AQU
Entre 2020 y 2024 AQU ha recibido 348 propuestas de nuevas titulaciones, de las cuales la mayoría (303) han acabado recibiendo un informe favorable por parte de la agencia. Ahora bien, también hay 45 que no han logrado ese requisito indispensable para empezar a impartirse. De estas 45, que representan el 13% del total de propuestas recibidas, la mitad (24) recibieron un informe desfavorable por parte de AQU, mientras que 21 de los proyectos fueron retirados durante el proceso de evaluación porque las universidades que las habían presentado desistieron.
"Los datos demuestran que el sistema universitario catalán está comprometido con la calidad y con el diseño de estas propuestas de títulos. Podemos tener algunos títulos que no se verifican en la primera, pero esto también es bueno desde el punto de vista de calidad porque significa que los procesos están funcionando", defiende la jefa del Área de Evaluación de la Calidad.
Memorias detalladas, pero no imposibles
Ahora bien, que una propuesta reciba un informe desfavorable de AQU no implica que esa idea de nuevos estudios tenga que quedar en un cajón. "Cuando un título no tiene una evaluación favorable puede ser por varios motivos como que no haya coherencia entre la denominación y el nivel académico de la titulación; que no haya una buena definición de los resultados de aprendizaje; que no se haga un buen despliegue del plan de estudios, o que el profesorado no tenga un perfil suficiente para impartir aquellos estudios", detalla Huertas. También insiste: "Hay que presentar memorias, muy bien trabajadas y justificadas, que demuestren la capacidad de la universidad para poder impartir aquella titulación, pero no es imposible. Las cifras demuestran que si una propuesta viene bien trabajada acaba obteniendo el informe necesario".
De hecho, desde la AQU explican que antes de que se emita el informe oficial, la agencia envía un primer documento de recomendaciones a la universidad apuntando qué habría que mejorar para que la titulación acabe recibiendo luz verde. Después de enviar estas recomendaciones –casi todas las propuestas que recibe la AQU necesitan alguna modificación–, la universidad tiene quince días para rehacer lo que sea necesario de su planteamiento inicial y será este documento el que acabará analizando la Agencia de Calidad Universitaria para decidir si emite informe favorable. Por tanto, en el caso de no pasar el filtro, la universidad ya tiene una referencia de qué debe cambiar de su propuesta para volver a presentarla. Un nuevo intento, pues, que habitualmente se realiza con casi todas las propuestas que no reciben luz verde en un primer intento por parte de la agencia.
Más masters que grados
En cuanto a las titulaciones que han recibido luz verde por parte de la AQU en los últimos cinco años (303), la mayoría son masters (181), seguidos de los grados (114). Muy por detrás están los programas de doctorado (8).
Resultat de les avaluacions de l'AQU (2020-2024)
"Tenemos más masters que gradoslo que también es algo lógico, porque los másteres de especialización son más cortos y tienen capacidad de abrir y cerrar según las necesidades del mercado laboral o de investigación, –reconoce Huertas–, pero también es cierto que últimamente tenemos un porcentaje de nuevos grados vinculados con la inteligencia artificial y con la seguridad que son consecuencia de la evolución de las necesidades de la sociedad y del mercado laboral”. puras entre las verificaciones que hace la AQU también hay muchas "reverificaciones" que son necesarias cuando una universidad hace cambios sustanciales a un grado o máster y, por tanto, hay que volver a evaluarlos como si fueran una nueva titulación. De hecho, estas puestas a punto, a efectos prácticos, se contabilizan como nuevas titulaciones.
Un circuito de tres años
Ahora bien, aunque conseguir un informe favorable de la AQU es indispensable, para que unos estudios universitarios puedan impartirse en Cataluña es necesario que la propuesta pase por un circuito de validaciones que involucra a varios organismos y que coordina el departamento de Investigación y Universidades, a través de la Dirección General de Universidades (DGU).
Una vez la universidad, en el ámbito interno, ha decidido que quiere apostar por unos nuevos estudios, debe presentar su propuesta a la DGU, que aplica los criterios establecidos por el Consejo Interuniversitario de Cataluña (CIC), el órgano de coordinación del sistema universitario catalán formado por las doce universidades, públicas y privadas de Cataluña, que asesora al Gobierno. Entre los criterios que se aplican para abrir una nueva titulación en el curso 2026-2027 hay aspectos como la respuesta a la demanda estudiantil y social, la calidad y experiencia del centro universitario o la racionalización de la oferta formativa, entre otros.
Una vez la DGC autoriza el proyecto, éste se eleva al CIC y, si el órgano hace un informe favorable, la propuesta de nuevo estudio se incluye en la Resolución de programación universitaria.
En una segunda fase, la universidad interesada en impartir unos nuevos estudios debe conseguir que su propuesta cuente con el informe favorable de la AQU, la verificación positiva del Consejo de Universidades –un órgano colegiado adscrito al ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades– y la validación de los órganos de gobierno de la misma universidad. Además, debe aportar evidencias de que se han formalizado los convenios o acuerdos necesarios, de que las instalaciones y equipamientos donde se desarrollará la docencia y las prácticas son adecuadas, de que el personal docente e investigador asignado cumple los requisitos exigidos y de que la propuesta es viable económicamente.
Todo ello debe hacerse constar en una documentación que la Dirección General de Universidades deberá analizar para verificar que los estudios cumplen con todos los requisitos establecidos por la normativa vigente. Las propuestas que superan esta fase se publican en el DOGC, ya partir de aquí se autoriza el inicio de la actividad académica del nuevo grado, máster o doctorado.
La universidad quiere crear una nueva titulación
Se presenta la propuesta a la Dirección General de Universidades
Se eleva la propuesta al Consejo Interuniversitario de Cataluña
Se incluye en la Resolución de programación universitaria
La Dirección General de Universidades verifica los requisitos de cada estudio
✅ Informe de la AQU
✅ Verificación del Consejo de Universidades (Minsiterio)
✅ Validación Órganos de gobierno de la universidad
✅ Firma de posibles convenios
✅ Adecuación de instalaciones y equipamientos
✅ Personal docente e investigador que cumple los requisitos
✅ Viabilidad económica
Se publica en el Diario Oficial de la Generalidad (DOGC)
Se autoriza impartir los estudios
Con todo ello, el proceso se alarga de tal modo que una universidad que presente su propuesta este otoño, si todo va bien, podrá empezar a implantar sus estudios en el curso 2027-2028, ya que normalmente la resolución llega a marzo –para poder mostrar la nueva titulación en el Salón de la Enseñanza– y las clases comienzan en septiembre.
¿Y dentro de las universidades?
Más allá del circuito formal, cada universidad internamente tiene su propia logística para decidir qué nuevas titulaciones abre. En el caso de la Universidad de Barcelona (UB) y la Universidad Pompeu Fabra (UPF), dos de las organizaciones públicas que más titulaciones han creado en los últimos años, gran parte de los procesos han sido reverificaciones, es decir, que han realizado cambios sustanciales a grados que ya existían para actualizarlos.
Graus, màsters i doctorats creats a Catalunya
Des del curs 2021-2022
"Nosotros decidimos bidireccionalmente con las facultades qué titulaciones queremos abrir en función de las necesidades sociales y de la capacidad de la universidad y después se inician todos los procedimientos que tenemos ya estandarizados y que son transversales para todas las facultades", detalla la vicerrectora de Política Académica de la UB, Pilar Delgado. En la universidad barcelonesa dos de los aspectos que trabajan para incluir en las nuevas titulaciones –o en los proyectos que se renuevan– son que todos los estudios tengan prácticas y que el plan de estudios tenga "ventanas de movilidad", entre otros.
En cambio, desde la UPF, al ser una universidad más pequeña, su vicerrector de Planificación Académica, Sergi Torner, explica que los acuerdos para crear nuevos estudios se realizan directamente entre rectorado y decanato. En su caso, uno de los factores decisivos para abrir una nueva titulación son los datos de demanda –que no la nota de corte–, pero también piden "qué necesitan" a instituciones y empresas. "También miramos qué hacen esas universidades que se parecen a lo que quisiéramos hacer nosotros para decidir", admite Torner.
Aunque la demanda es un factor importante, el vicerrector de la Pompeu también advierte de la responsabilidad de las facultades públicas de mantener algunos estudios troncales. "Las humanidades no están de moda, pero nosotros defendemos que es necesario ofrecer desde las universidades públicas una buena docencia de estos estudios aunque no tengan tanta demanda social. Si no lo hacemos las públicas, no lo hará nadie", concluye.